BARCELONA.- Bankia es una patata caliente para el Gobierno y el nuevo ministro de Economía, Román Escolano. Tiene el compromiso de privatizar totalmente el banco a finales de 2019, pero debe encajarlo con el de recuperar el máximo de ayudas públicas, y es ahí donde se atasca, según Economía Digital.
Todo apunta a que este mayo, por segunda vez, el Gobierno y el FROB
aplazarán la que debía ser la primera colocación de Bankia del año. En
diciembre vendió el 7,5%, quedándose con el 60,6% y se programó para
marzo la siguiente colocación. Pero el mal primer trimestre en bolsa
obligó a abortarla.
Entonces se habló de mayo, cuando se volvía a abrir lo que llaman una
“ventana de oportunidad”, y se barajó vender una participación mayor,
de hasta el 15%, de manera que el FROB dejaría de tener más de la mitad
de las acciones. Pero el Gobierno no sacará al mercado ni un 7,5% ni un
15% de Bankia, según las fuentes financieras consultadas. Economía evitó
hacer comentarios.
Ahora estamos en una de estas ventanas, puesto que legalmente existe
la opción de vender. Tienen, en realidad, hasta finales de junio, ya que
a menos de un mes para la presentación de los resultados no pueden
hacerse colocaciones, y a finales de julio está previsto que Bankia
presente sus cuentas del primer semestre.
Pero la legalidad no es la única condición para vender, de hecho solo
es el punto de partida. Hay otras condiciones, como el apetito
existente en el mercado, que marca la demanda, y la cotización de las
acciones. Para encontrar el mejor momento y barajar todas las opciones,
el FROB ha contratado a 17 bancos de inversión, según informó Expansión.
El fondo de la cuestión, no obstante, es que Bankia está sufriendo en
bolsa este año, lo que obligaría al Estado a vender más barato que en
diciembre y perder más de lo previsto. Y eso que hizo una segunda mitad
de semana espectacular, pero el balance de año sigue siendo todavía
negativo, en más de un 6% –hasta el pasado martes caía más del 10%–.
El Gobierno colocó el 7,5% a 4,04 euros por acción, con descuento
respecto a los 4,17 euros a los que cotizaba en ese momento. Y eso que
veníamos de la crisis catalana post 1-O. Este viernes cerró a 3,74
euros, y las fuentes consultadas apuntan que el FROB no se lanzará a
vender por debajo de los cuatro euros, por lo que si no hay un rally en
la segunda mitad de mayo, ni se estudiará.
Hay otro factor que tampoco juega a favor. Bankia presentó a finales de febrero su plan estratégico e hizo un road show entre analistas e inversores para explicarlo y venderlo, pero su acogida no fue lo buena que José Ignacio Goirigolzarri y José Sevilla, presidente y consejero delegado de Bankia respectivamente, así como el propio Román Escolano, habrían querido.
Hay apetito inversor, pero no lo suficiente como para aventurarse
ahora a una colocación, especialmente si la acción está baja, apuntan
desde el sector. No juegan a favor los resultados de Bankia, que no
gustaron a los inversores: tras la presentación de los de 2017, inició
una caída que rozó los dos dígitos en dos semanas. Después de los
trimestrales también bajó… hasta el rebote de esta semana.
Tampoco jugó a favor, apuntan, el malentendido de Gorigolzarri en Financial Times: su frase, pronunciada precisamente durante el road show con los analistas, sobre el “encaje perfecto” que tendría Bankia con los grandes bancos españoles, especialmente BBVA, se leyó como un canto de sirena al que nadie acudió. Al contrario, Francisco González dijo que no estaba interesado en “bancos físicos”. Días después, Goirigolzarri se retractó.
Si no puede aprovechar esta ventana, lo que parece poco probable, ya
debería irse a septiembre… por lo que estaría en riesgo el objetivo de
salir de Bankia en 2019. Quizá por ello, a modo de advertencia, Escolano
ya avisó hace unos días de que el Gobierno no se siente “presionado”
para vender el banco y añadió que los plazos pueden alargarse.
Parece que Mariano Rajoy eligió a alguien más parecido a él para sustituir a Luis de Guindos.
Tranquilo, sin prisa, y con un horizonte político incierto –sólo hay
que ver las dificultades para aprobar los presupuestos y la pugna actual
con Ciudadanos por Cataluña–, Escolano ha calibrado bien los riesgos
políticos.
Es decir: en el Congreso y en la calle se van a castigar más las
posibles pérdidas, si se venden paquetes a precios poco atractivos, que
tener un banco público, y el Gobierno no necesita imperiosamente los más
de 6.500 millones que vale actualmente su participación. Así que mejor
esperar. Rajoy en estado puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario