MADRID.- En los meses previos a su detención en el marco de la operación Erial, el cartagenero Eduardo Zaplana (62) retomó su afición por las inversiones inmobiliarias mientras los investigadores seguían sus pasos de cerca en el secreto más absoluto. Recientemente, el ex presidente de la Generalitat Valenciana, acusado de siete delitos, vendió por 2,8 millones de euros un piso de 500 metros cuadrados en el madrileño Paseo de La Castellana para reinvertir estos fondos en un inmueble de 290 metros cuadrados en el barrio de Chamberí, adquirido el pasado marzo por 1,8 millones de euros.
Una transacción, adelantada por Vanitatis,
para la que no necesitó contratar hipoteca, lo que llamó la atención de
los agentes, quienes durante los dos últimos años intentaban averiguar
cómo el también ex ministro de Aznar pudo repatriar 10,5 millones de
euros que supuestamente cobró en sobornos y que ocultó en Panamá a
través de empresas gestionadas desde Uruguay. La compra de este
apartamento precipitó su detención. Sin embargo, ésta no ha sido, tal y
como ha podido saber El Mundo en exclusiva, la única adquisición millonaria reciente de los Zaplana.
María
Zaplana Barceló (33), la hija de Eduardo Zaplana y Rosa Barceló,
miembro de una de las familias más adineradas de Alicante y también
detenida en la operación Erial, se hizo el pasado 14 de noviembre de
2017 con un impresionante piso de 310 metros cuadrados en la calle Poeta Querol de Valencia,
una céntrica calle de la ciudad del Turia, donde se ubican las tiendas
de grandes marcas de lujo, como Ferragamo o Louis Vuitton.
Al igual que
sus padres, María, a pesar de su juventud, no tuvo que suscribir ninguna
hipoteca. Fuentes cercanas sostienen que la compra fue analizada "exhaustivamente"
por las entidades bancarias para descartar un posible blanqueo de
capitales por lo que la operación, a su juicio, "está completamente
limpia".
Aunque la hija de Zaplana está casada en el régimen de sociedad
conyugal con el controvertido y riquísimo empresario Luis Iglesias Rodríguez-Viña,
con el que vive en Puerta de Hierro, en el momento de la firma del
citado 'pisazo', María sostuvo ante el notario Antonio Pérez-Coca que el
dinero era privativo, es decir exclusivamente suyo, y fruto de unas
"donaciones" efectuadas por sus padres. Con el dinero regalado, María
invirtió en una propiedad valorada entre 1.200.000 y 1.485.000 euros,
según el equipo de Idealista Data.
En estos meses previos a la
detención de su progenitor, María Zaplana, quien trabaja como asesora en
la Secretaría de Estado de Turismo, ha quintuplicado su patrimonio
inmobiliario. En julio de 2009, sólo tenía el 50% de un garaje en la
calle Príncipe de Vergara de Madrid -el otro 50 % figura a nombre de
Inversiones Mun SL-.
En la segunda mitad de 2017, adquirió cuatro más: el citado inmueble de Valencia y otros tres en Menorca.
Eso sí, en esta ocasión junto a su marido, ex socio de Oleguer Pujol en
la compraventa de 1.152 sucursales del Banco Santander. Su causa por un
presunto delito de blanqueo de capitales fue reabierta por el
magistrado José de la Mata en enero de 2017.
El matrimonio, que se
casó en 2013 y celebró el enlace de manera íntima en el restaurante
Horcher, tiene un local y una vivienda en Mahón, así como una finca de
83 hectáreas en la que están realizando obras con las que han tenido problemas.
Tal y como ha podido confirmar El Mundo, el Consorcio por la
legalidad urbanística en suelo rústico de Menorca ha abierto un
expediente de disciplina urbanística sobre esta finca. Puestos en
contacto con la hija de Zaplana, ésta ha declinado realizar
declaraciones.
La mujer de Zaplana, también detenida
María
Zaplana y su hermana Rosa María, quien tampoco necesitó de hipoteca para
la compra en 2012 de una vivienda de 131 metros cuadrados en la Avenida
Alberto Alcocer, de Madrid, arroparon a su madre Rosa, a la salida de la
comandancia de la Guardia Civil de Valencia este miércoles.
María
llevaba un bolso de Loewe valorado en 1.000 euros y su hermana, uno de
estimación económica parecida, pero de Louis Vuitton. Las dos intentaban
proteger de las preguntas de los periodistas a su progenitora, quien hacía unas horas también había sido detenida,
pero había sido puesta posteriormente en libertad, con mayor suerte que
su marido, en prisión provisional comunicada y sin fianza.
No
son
buenos momentos para Rosa Barceló, quien en marzo perdió a su padre,
Miguel Barceló, histórico senador del PP fallecido a los 94 años, quien
deja un gran legado a sus herederos.
Lo
que riza el rizo son los importantes problemas de salud de la familia.
Tras despedir a su padre, Rosa acaba de ser diagnosticada de un cáncer,
según OK Diario, y Zaplana sigue requiriendo de revisiones médicas para tratar la leucemia que sufre desde hace unos años.
Eduardo Zaplana y su mujer han superado momentos duros, como la muerte
en 2011 de su hijo Eduardo, y otros asuntos no tan relevantes, pero
también dolorosos, como la presunta amistad del ex ministro con una
compañera del PP en la Comunidad Valenciana.
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