MADRID.- El PP
ha tardado menos de dos horas en hacer frente a otro episodio de
descrédito por un nuevo caso de corrupción y ha decidido suspender de
militancia a Eduardo Zaplana, ex ministro de Trabajo y ex presidente de la Generalitat Valenciana, tras su detención esta mañana en el marco de una operación por presunto blanqueo de capitales procedentes de comisiones ilegales en su etapa al frente del Gobierno valenciano, según incide El Mundo.
Esta actuación, para desentenderse de los problemas judiciales de quien fuera también portavoz del PP en el Congreso,
se ha completado con la distribución a los medios de comunicación de
informaciones que sitúan al ex dirigente valenciano en el ámbito de Ciudadanos.
Desde el PP se ha explicado que algunos periodistas han solicitado
estas noticias y se ha optado por enviarlas a todos.
En el resumen se
puede ver al ex ministro con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuando éste pronunció una conferencia en el Club Siglo XXI,
que Zaplana presidía. Junto a la imagen se reproduce un párrafo de una
información en la que fuentes internas del PP apuntan a que fue él quien
abrió a Rivera "las puertas del Ibex 35, con lo que conlleva de financiación".
También se adjuntan noticias de 2015 del diario Las Provincias sobre el acercamiento a Ciudadanos de ex políticos del PP, todos muy cercanos a Zaplana.
Y una más reciente, de El Mundo del pasado abril, cuando el ex ministro en un ciclo de conferencias en el Ateneo Mercantil, criticó a PSPV y Compromís por "su falta de rumbo" y al PP por carecer de "relato político".
Mientras se recordaban estos hechos el PP ha consumado este martes la
expulsión de Zaplana en dos actos. Primero se ha reunido el Comité de Derechos y Garantías
del PP valenciano y ha acordado la apertura de un expediente
informativo, que se ha remitido a la dirección nacional para que proceda
a la suspensión cautelar de militancia. El siguiente paso es que que
este mismo órgano, pero a nivel nacional, valide la retirada del carné.
El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ya había anunciado esta mañana esta resolución en los pasillos del Congreso
que se producía, ha dicho, a instancias del PP valenciano. Aunque todo
queda a expensas de la investigación judicial, la detención, ha indicado
Maíllo, es un hecho "grave" que obliga a tomar una decisión "drástica" y
difícil".
"Nadie es detenido por casualidad", ha asegurado Maíllo
para justificar la reacción inmediata del partido. Respetamos la
presunción de inocencia, pero "el PP tiene que tomar medidas ante un
hecho que parece que reviste gravedad".
El dirigente se ha
esforzado en destacar que desde hace 10 años Zaplana no ocupa ningún
cargo público pero eso, ha reconocido, "no impide que debamos tomar
medidas". Zaplana, pese a los intentos de vincularlos a Cs, sigue siendo
para el votante de centro derecha un dirigente del PP tanto por el
poder territorial que tuvo en la Comunidad Valenciana como por su paso a lo política nacional en 2003, primero como ministro de Trabajo con José María Aznar y después como portavoz del PP en la oposición durante la legislatura 2004-2008 con Mariano Rajoy ya como líder del partido. No obstante, en los pasillos de la Cámara fuentes populares ironizaban hoy preguntando que "quién es Zaplana".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se encontraba en Salamanca, en el IV Encuentro Internacional de Rectores Universia, ha evitado pronunciarse sobre su detención que se ha producido sin que se haya transcurrido un mes de la "obligada" dimisión de Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid. Preguntado por los periodistas por cómo se encuentra "de ánimo", Rajoy ha respondido con un escueto "muy bien".
Sólo el barón gallego, Alberto Núñez Feijóo,
se ha atrevido a pronunciarse y ha expresado su "sorpresa" y
"tristeza". "Le ha sorprendido a mucha gente porque no conocíamos
ninguna información de forma directa o indirecta", ha dicho.
"Más
allá de "la tristeza que produce que una persona que tuvo cargos muy
relevantes en el PP haya sido detenida", Feijóo ha deseado que Zaplana
"pueda esclarecer los hechos y podamos tener una información completa de
su conducta y de sus actitudes".
Para el PP valenciano, carcomido
por los casos de corrupción y sin opciones reales de resurrección por
el lastre de todas las irregularidades de la era Camps, la detención de Zaplana ha sido un golpe político mayúsculo. Por ello han reclamado a Génova su
expulsión inmediata para intentar poner un muro de contención. "En el
PPCV no nos vamos a poner de perfil en este asunto", ha manifestado en Valencia la dirigente María José Catalá. Todos los implicados que estén afliados al PP serán también expulsados.
La
misma distancia quiere establecer el PP nacional. Maíllo, muy duro, ha
defendido que deben ser"tajantes" y "claros" en la lucha contra la
corrupción. "El PP no acepta que nadie intente aprovecharse de sus
siglas" aunque, ha añadido, "no digo que éste sea el caso".
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