MADRID.- El cáncer ha dejado de ser una sentencia de muerte. La supervivencia de
los pacientes en España ya alcanza el 53% a los cinco años del
diagnóstico, una cifra similar a la del resto de países europeos ricos.
Sin embargo, en 2016 todavía se registraron 113.000 fallecimientos por
tumores en España. Un análisis realizado por Materia,
comparando las cifras españolas con las de los países líderes mundiales
en cada tipo de tumor, sugiere márgenes de mejora enormes, no siempre
reales, recoge hoy el diario El País.
La supervivencia a los cinco años al cáncer de pulmón es casi un
144% mayor en Japón que en España. También es un 8,6% mayor en cáncer
de próstata y casi un 6% mayor en cáncer de mama en EE UU. Y Corea del
Sur pulveriza los resultados españoles con supervivencias mucho mayores
en el caso del cáncer de estómago (un 150% más), de recto (un 20% más) y
de colon (casi un 14% más).
Las causas de estas diferencias a veces abismales son múltiples. El presidente de la Sociedad Europea de Oncología Clínica, Josep Tabernero,
señala factores políticos, como los programas de diagnóstico precoz de
cáncer colorrectal que se están implantando en todas las comunidades
autónomas.
Las pruebas consisten en un test de sangre oculta en heces,
que se hace en casa y se lleva al centro de salud. Si el test da
positivo, al paciente se le realiza una colonoscopia para descartar
pólipos. Solo País Vasco, Navarra, La Rioja y Comunidad Valenciana
garantizan el acceso a este cribado a toda la población en riesgo, según
denunció la asociación de pacientes EuropaColon. La
cobertura nacional de los programas de cribado era solo del 38% en
diciembre de 2016, según los datos de la Red Española de Cribado del
Cáncer.
Tabernero subraya también otro factor, esta vez sociológico. “Solo el
30% de la población hace caso y acude a los programas de cribado. Es
triste. La gente tiene miedo a saber”, afirma el médico, director del
Vall d’Hebron Instituto de Oncología, en Barcelona.
El cáncer
colorrectal es el tumor maligno más frecuente en España, con más de
34.000 casos diagnosticados al año, y es la segunda causa de muerte por
cáncer. Los programas de cribado podrían reducir la mortalidad un 35% y
salvar hasta 4.000 vidas al año en España, según los cálculos de la
Asociación Española Contra el Cáncer.
La comparativa internacional ofrece cifras sorprendentes. La
supervivencia al cáncer de esófago a los cinco años es un 177% mayor en
Japón que en España. La explicación, en este caso, es diferente. “Los
tumores de esófago y estómago son muchísimo más frecuentes en Asia por
factores genéticos. En Corea del Sur y Japón se ha llevado a cabo una
política muy activa de prevención y diagnóstico precoz, con
gastroscopias de manera rutinaria. En nuestro entorno no hay ningún
programa de cribado, porque no es coste-efectivo”, apunta Tabernero. En
2017 se detectaron 8.284 casos de cáncer de estómago y 2.239 de esófago
en España.
Casi el 33% de las personas con cáncer de pulmón en Japón viven al
menos cinco años después del diagnóstico, frente al 21% de EE UU y al
13,5% de España. “En Japón existen más casos de cáncer de pulmón no
relacionado con el tabaco y por eso los resultados de supervivencia son
mejores”, explica Bartomeu Massuti,
jefe de Oncología del Hospital General de Alicante.
“En Estados Unidos,
en general, las diferencias hay que atribuirlas a la mayor
disponibilidad de fármacos y tecnología: cirugías especializadas y
técnicas diagnósticas más complejas”, añade Massuti, secretario del
Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
El oncólogo pone sobre la mesa un problema denunciado por muchos
especialistas consultados: la organización de la sanidad en España. “Es
necesario concentrar los recursos en centros de referencia. Las
posibilidades de curación son más altas si hay centralización y
especialización, ahora que tenemos diagnósticos más precisos”, sostiene.
“España tiene un sistema público de salud que es aberrante, porque
tiene 17 sistemas, lo que crea inequidades y situaciones grotescas.
Puede ocurrir que en una región un fármaco se apruebe y en otra no. Es
como tener 17 países”, lamenta Miguel Martín, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
Pablo Menéndez
es el director científico del Campus Clínic-UB del Instituto de
Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, en Barcelona. “En
pediatría y tumores raros, la descentralización de la sanidad nos mata”,
coincide.
“¿Cuál es la experiencia de los oncólogos infantiles en
sitios donde solo ven ocho casos al año? Que todos los niños vayan a
Madrid y lo pague el Estado es más coherente y barato que hacer un
centro en cada comunidad”, resume.
La supervivencia a los cinco años de
los tumores cerebrales infantiles es un 20% superior en Suecia que en
España.
La epidemióloga Núria Malats, del Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas, también critica la descentralización. "En el caso del
cáncer de páncreas observamos que hay una heterogeneidad brutal en el
tratamiento y en el diagnóstico. Hay que regularizar todo. Deberían
existir centros de referencia en algunas comunidades autónomas", opina.
"Falta voluntad política, por ejemplo para invertir más en
investigación", se queja. La supervivencia a los cinco años con un
cáncer de páncreas es un 56% mayor en Australia que en España.
La presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica, Ruth Vera,
destaca la necesidad de mejorar los registros de tumores en España. El
estudio de referencia internacional de supervivencia al cáncer, el Concord-3,
se publicó este enero con datos de 71 países tomados hasta 2014.
Miembros de la UE como Bélgica, Irlanda, Polonia, Portugal y los países
nórdicos ofrecieron los datos del 100% de su población. Sin embargo, en
España no existe un registro nacional del cáncer y los datos utilizados,
provinciales o autonómicos, solo cubrían al 20% de los ciudadanos.
Los
registros españoles no incluían las cifras de Madrid y Barcelona —las
ciudades con los mejores hospitales—, por lo que sus datos de
supervivencia podrían estar sesgados a la baja. “Nos faltan registros
hospitalarios de cáncer”, zanja Vera, jefa del Servicio de Oncología
Médica del Complejo Hospitalario de Navarra.
El oncólogo Josep Tabernero, pese a todo, es optimista y hace un
llamamiento a mirar hacia atrás. El presidente de los oncólogos europeos
todavía pasa consulta un día a la semana. "Cuando empecé en 1988 la
supervivencia global en cáncer era del 30%. Yo he visto un cambio
brutal".
No hay comentarios:
Publicar un comentario