miércoles, 13 de marzo de 2019

La gestión del agua en Alicante, modelo a seguir por California e Israel

MADRID.- La desertificación y empobrecimiento de la tierra no son un mito. Los efectos imparables del cambio climático están comenzando a dejarse ver en una parte importante del territorio español, donde cada vez más informes alertan del progresivo deterioro de los suelos, especialmente en la mitad sur de la Península, recuerda hoy El Confidencial.

En ese contexto, la gestión de los recursos hídricos y el uso eficiente de los mismos se han convertido en los grandes retos de las ciudades para garantizar su sostenibilidad y que ese déficit no repercuta en la calidad de vida de sus habitantes.

A ese desafío han respondido con éxito urbes y áreas del país en las que, sin ser un elemento natural consustancial a su territorio, el agua representa un factor clave en su tejido productivo y vital. 

Alicante, donde el turismo y los servicios se combinan con un pujante sector agroalimentario en su área de influencia, es uno de los entornos metropolitanos españoles que han hecho de la necesidad virtud y donde las políticas públicas entienden la gestión del agua como instrumento troncal del servicio a sus ciudadanos. 

"Vivimos en una zona donde la eficiencia en el uso del agua la aprendimos con los musulmanes a partir del siglo V. Lo llevamos en nuestra propia cultura, apreciar el agua por encima de todo", señala el alcalde de Alicante, Luis Barcala, en un foro organizado por El Confidencial en colaboración con Suez.

Concejal de Medio Ambiente en el tramo final de la legislatura 2011-2015 con el Partido Popular, Barcala asumió la vara de mando de alcalde el 18 de abril del año pasado, tras el aparatoso final de la corta experiencia de coalición entre el excalde socialista Gabriel Echávarri, la franquicia de Podemos, Guanyar Alacant, y Compromís. En minoría y respaldado por Ciudadanos y una tránsfuga de Podemos, el alcalde popular trata de sacar adelante un proyecto que le permita optar a un mandato completo como cabeza de lista por su partido. 

En su mente, como en la de muchos gestores públicos de las capitales de provincia o ciudades medias españolas, la palabra sostenibilidad se ha interiorizado hasta el punto de imbricarse en casi todos los proyectos de futuro, que en su caso pasan por tratar de convertir la ciudad en un polo de atracción de tecnología y talento emprendedor y a la vez en elevar el carácter 'verde' de su planeamiento urbanístico para crear un entorno amable y propicio para la convivencia. "Mi visión es que en 10 años Alicante sea la ciudad donde todo el mundo quiera vivir y donde todo el mundo viva a gusto", afirma.

En materia de recursos hídricos, la segunda capital de la Comunidad Valenciana puede presumir de contar con la experiencia de colaboración público-privada más veterana del país. Aguas de Alicante, la sociedad que comparten el ayuntamiento e Hidraqua (Grupo Suez), ha desarrollado con el equipo municipal un proceso de gestión del ciclo integral del agua con iniciativas que han atraído incluso la atención de otras zonas del planeta reconocidas por su capacidad de innovación en el tratamiento del líquido elemento. 

Representantes de California o del Estado de Israel han visitado la ciudad para conocer de primera mano experiencias como el Parque de la Marjal, una extensión verde de la ciudad que se emplea como balsa de recogida de agua cuando llegan las temidas riadas otoñales, que antes castigaban zonas residenciales como la Playa de San Juan. El parque, convertido en pulmón verde, es a su vez una zona de anidamiento de aves y centro de educación ambiental.

"Tenemos a gala disponer de infraestructuras punteras en el aprovechamiento del ciclo integral, desde el suministro de agua potable para el consumo humano hasta el tratamiento de los residuos y la reutilización. La práctica totalidad de las zonas verdes de Alicante, que se han multiplicado por cinco, se riega con agua reutilizada. Estamos extendiendo esa red también para particulares, para que las muchas urbanizaciones y jardines privados que hay en Alicante también dispongan de esa agua", señala el alcalde.

El esfuerzo por la eficiencia de un recurso escaso justifica que Barcala exprese sin complejos su convencimiento de que los distintos territorios deben ser responsables, pero también solidarios con él. 

Así lo explica cuando se introduce el espinoso asunto de los trasvases, un tema sensible en Alicante por la dependencia de los aportes entre cuencas: "La desaparicion del trasvase Tajo-Segura condenaría a uno de los sectores mas importantes del PIB nacional, como es la industria agroalimentaria, que es también una de las más eficientes a nivel mundial. Castigar a quien más se esfuerza por hacer un mejor uso del agua no parece muy lógico".

"Claro que hay que conservar cupos ecológicos en cabecera o que cuando hay un año de sequía lo tiene que ser para todos. Pero cuando no estamos dentro de esos niveles, lo que es un absurdo es no compartir y distribuir los recursos. Soy partidario de que haya trasvases porque permiten traspasar excedentes entre cuencas. Soy partidario de que coexistan con otro medio alternativo de generación de agua potable y agua para riego, como son las desaladoras, y soy partidario de esa solidaridad. No debe haber un único sistema y todos esos sistemas deben complementarse entre sí", razona.

Luis Barcala enmarca su visión de la sostenibilidad en un proyecto más amplio de lo que quiere para la ciudad: una revisión de su configuración urbanística (nuevo PGOU) para redefinir su crecimiento y su modelo de convivencia; el ensayo de nodos 'verdes' basados en la economía circular, las energías renovables o la supresión de la huella de carbono, donde la isla de Tabarca y el llamado PAU2 servirán de avanzadillas. 

También trabaja en el impulso de un espacio de atracción de empresas tecnológicas y emprendimiento apoyado en el conocimiento de los parques tecnológicos y científicos de las universidades de Alicante y Miguel Hernánez de Elche. A este último proyecto lo ha bautizado como Alicante Futura y busca aprovechar el impulso inicial que pueden generar inversiones ya en marcha de varias multinacionales.

"Alicante siempre se dice que es una ciudad de servicios, pero nunca se termina de identificar con qué servicios. Creo que es el momento de que una tipología de industria como es la industria tecnológica sea la gran apuesta de la ciudad de futuro, convertir Alicante en la capital mediterránea de la industria tecnológica. La responsabilidad del ayuntamiento es aunar y liderar todas las partes, las administraciones públicas (desde la europea, estatal, autonómica y municipal) con los agentes privados. 

Hay grandes multinacionales que ya están apostando y se están instalando en Alicante, como Accenture, Indra, Everis o Telefónica", explica en referencia a los proyectos de inversión que se han anunciado en los últimos meses, en parte respaldados por la Generalitat que preside el socialista Ximo Puig.

"Podemos entrar competir con Málaga y con Valencia, con el nodo que está generando el consorcio en el puerto de Valencia. Creo que hay mercado para todos, pero la gran diferencia es que Alicante se encuentra en situación de ventaja en cuanto a infraestructuras, comunicaciones, clima, emprendedurismo, talento… Confluyen en mayor medida que en otros sitios, y esos potenciales hay que ponerlos en valor. La cercanía incluso a las dos ciudades más potentes económicamente de España, como son Madrid y Barcelona, nos sitúa en mejores condiciones que una ciudad como puede ser Málaga", insiste.

Barcala cuenta a su favor con unas arcas municipales saneadas gracias, en gran medida, a la aplicación de los planes de ajuste forzados por el Gobierno tras el estallido de la crisis. Como muchos otros municicipios, llegó a acumular importantes superávits y su carga financiera es de apenas el 12% de la capacidad de endeudamiento que tiene como Administración local. 

Esto ha permitido al primer edil aprovechar su corto mandato para introducir rebajas en el IBI con las que pretende atraer nuevas empresas y mejorar la competitividad fiscal de la ciudad. "Lo que buscamos es incentivar creación de riqueza y empleo", asevera.

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