ELCHE.- Los efectos de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se dejan sentir varias semanas después de las inundaciones en la Vega Baja de Alicante: 13 municipios han unido sus fuerzas para combatir la plaga de mosquitos que ha traído la gota fría en una auténtica «guerra» por tierra y aire.
El prolongado estancamiento de aguas
en numerosas zonas del sur de la provincia ha propiciado este problema
y este martes se han reunido para tomar medidas alcaldes y
representantes de los ayuntamientos de Elche, Alicante, Santa Pola, Daya
Vieja, Crevillent, Rojales, Guardamar, Almoradí, Monforte del Cid,
Catral, Dolores, San Fulgencio y Aspe.
El encuentro en el
Consistorio ilicitano ha contado también con técnicos y las empresas
responsables de los tratamientos contra la plaga para establecer
acciones más efectivas.
La concejal de Sanidad del Ayuntamiento de
Elche, Mariola Galiana, ha señalado en rueda de prensa que una de las
primeras actuaciones será la de realizar fumigaciones el mismo día y a la misma hora para que sean más efectivas.
Además,
se ha acordado solicitar a la Diputación de Alicante y a la Generalitat
Valenciana que “agilicen los permisos para poder realizar fumigaciones
aéreas” ya que, aunque los tratamientos desde el aire “no son tan
efectivos como los terrestres, unidos son útiles”.
Galiana ha
anunciado que los ayuntamientos con las empresas de fumigación más
fuertes como Elche, Alicante y Santa Pola van a prestar sus medios para
actuar contra los mosquitos en otras localidades afectadas por la DANA.
"Damos un paso importante en la lucha contra los mosquitos ante una situación excepcional a consecuencia de unas lluvias que no se habían dado en las últimas décadas y que han tenido efectos devastadores”, en palabras de la concejal.
La
concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Santa Pola, Gela Roche, ha
señalado que se trata de un problema que “afecta a todos”, por lo que es
importante adoptar medidas conjuntas que sean más efectivas.
Por
su parte, el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante,
Manuel Villar, ha afirmado que esta es una situación singular que
requiere de “medidas excepcionales”.
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