domingo, 26 de enero de 2020

Jorge Olcina: «Hay que empezar a desocupar la costa de viviendas en peligro porque vendrán más temporales como Gloria»


ALICANTE.- Jorge Olcina. Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante Es ahora mismo una de las grandes autoridades de todo el país en calentamiento climático y ordenación del territorio, hasta el punto de que medios de comunicación de ámbito nacional no dudan en consultarle cada vez que se produce un episodio como el de Gloria, que ha asolado la costa de La Marina Alta. 

Jorge Olicna (Alicante, 1966) pide en esta entrevista concedida a la Marina Plaza medidas extraordinarias ante la previsible repetición de tempestades de tanta magnitud como ésta.

–La sucesión de temporales fuertes durante los últimos meses, desde la DANA el de Glòria, ¿se puede asociar al cambio climático? O, preguntad de otra manera, ¿Provocará el cambio climático que en el futuro tengamos más temporales y más intensos?
–Empieza a haber evidencias de que la circulación atmosférica en nuestras latitudes está experimentando cambios debido al proceso de calentamiento climático. Los vientos en la alta atmósfera, de los que dependen, los tiempos diarios, se mueven de forma más ondulada, originando con mayor frecuencias gotas frías. Y si a eso sumamos el calentamiento que experimentan las aguas del mar Mediterráneo, tenemos los ingredientes para que se generen episodios extremos como el que hemos vivido con la actual borrasca Gloria».
«En el último año hemos tenido hasta 4 situaciones de gota fría intensa (Semana Santa, Septiembre, octubre y ahora en enero). Se trata de una frecuencia muy alta que no ocurría con anterioridad. Por tanto, comienzan a manifestarse cambios en el tiempo debido al proceso de calentamiento climático».

–¿Qué papel juega la presión urbanística sobre costas ya tan masificadas como Dénia, Xàbia o Calp?
–Es un problema importante. Porque las gotas frías no causarían daños si no encontraran viviendas o infraestructuras, cerca de los cauces o en primera linea de costa. Por tanto, el componente territorial es fundamental para explicar la magnitud de los daños que ocasionan estos episodios atmosféricos. Y nuestra costa ha sido muy maltratada, desde mediados del siglo pasado, originando áreas con elevado riesgo antes episodios atmosféricos extremos como el que acabamos de vivir.

–¿Qué medidas correctoras se pueden poner en marcha para paliar estos efectos?
–En el caso de las inundaciones, por desbordamiento de los cauces, lo que debe hacerse es cumplir a rajatabla la ley de aguas y el Patricova en nuestro territorio. Es decir, evitar la futura ocupación de territorios con riesgo de inundarse. Para lo que está ya construido en zonas inundarles no cabe otra medida que realizar obras de infraestructura hidráulica que estén diseñadas para asumir la cantidad de lluvia que puede caer en el litoral mediterráneo. Y en casos en los que corra mucho riesgo la vida de las personas que viven en viviendas situadas en áreas de riesgo, debería pensarse en procesos de canje de terrenos para favorecer su desocupación y traslado a otros lugares más seguros de esas viviendas».

«En el caso de las viviendas que ocupan la primera línea de costa, si son concesiones administrativas, debería revisarse la actual Ley de Costas de 2013 porque prolongó durante setenta y cinco años, sin pensar en los efectos del cambio climático en nuestro litoral, especialmente en el aumento de frecuencia de los temporales marítimos con fuertes oleajes como el que acabamos de vivir. Si son viviendas en suelo urbano, no cabe otra solución que realizar obras de defensa o, como en el caso de las inundaciones, pensar en formulas de canje de terrenos para evitar el riesgo para la vida de las personas».

–Hay dos datos que parecen no tener precedentes históricos en este temporal: las olas de 8 metros al norte del cabo de Sant Antoni y los 132 l/m2 que se alcanzaron de racha máxima de viento en Xàbia. ¿Es cierto?
–Sí, es verdad. Este temporal ha batido algunos récords, en el territorio alicantino. Nos ha sorprendido por la intensidad de los vientos y el oleaje generado. Para mi ha sido lo más destacado de la borrasca Gloria, porque no había antecedentes, al menos desde que tenemos registros y mecanismos de alerta meteorológica.

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