jueves, 2 de enero de 2020

Ximo Puig se reserva un millón para subvenciones a dedo en plena sospecha por las ayudas a su hermano

MADRID.- El socialista Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, dispone de una prerrogativa de la que carecen la mayoría de los presidentes autonómicos: una partida propia para otorgar subvenciones sin necesidad previa de concurso público. La cifra no es anecdótica: un millón de euros que Puig puede repartir de forma directa, sin mayor criterio que su propia voluntad.

Prerrogativa que Puig ha logrado conservar un año más en los presupuestos autonómicos, pese a las críticas que recibió la pasada legislatura de sus socios de Podemos y al hecho de estar bajo sospecha por las subvenciones concedidas a las empresas de su hermano durante ya más de cinco años de gestión.
Según las cuentas públicas valencianas, el Gabinete de la Presidencia dispondrá en 2020 de 250.000 euros para la campaña ‘El Nadal es Valencià’, que promociona los productos valencianos vinculados a la Navidad, y otros 750.000 para la «concesión de ayudas a entidades, instituciones y personas físicas y jurídicas destacadas para la promoción, el fomento y realización de actividades de interés público, socio-cultural, económico o humanitario de la Comunidad Valenciana».
Un enunciado lo suficientemente amplio y escaso de concreción para que el presidente valenciano pueda gestionarlo a su libre albedrío, sin estar obligado a abrir un proceso de concurrencia competitiva.
El millón de este año se suma a los 1,6 millones de los que dispuso Puig en 2016; 1,5 en 2019 y un millón anual más en 2017 y 2018. Son, pues, más de 6 millones los que el presidente valenciano ha tenido a su disposición desde el Gabinete de Presidencia para repartir a dedo desde que accedió al cargo.

Bajo investigación judicial

La regalía de Ximo Puig contrasta con una gestión de las ayudas públicas bajo sospecha. Un juez investiga desde octubre los 370.000 euros que la Generalitat valenciana ha otorgado al hermano de Puig desde que accedió al cargo en 2015. 
Según la querella que presentó el PP, las subvenciones concedidas desde entonces a las empresas audiovisuales de Francisco Javier Puig para el fomento del valenciano habrían incurrido en malversación, prevaricación y fraude.
El emporio editorial del hermano del dirigente socialista tiene como epicentro el municipio de Morella, la pequeña localidad (apenas 2.500 habitantes) limítrofe con Cataluña de la que fue alcalde el hoy presidente valenciano. 
Los medios de su hermano han adoptado el dominio ‘.cat’ y no ocultan su voluntad de ser “estandarte de los medios de comunicación en catalán” dentro de la Comunidad valenciana.
Las dos sociedades participadas, que arrastraban tres años de pérdidas hasta 2015, incrementaron sus ingresos en 686.000 euros desde que Ximo Puig es presidente, lo que supone un aumento del 290%.
El PP considera que esconden “una auténtica trama para conseguir fondos públicos mediante gastos cruzados, alquileres fraudulentos y nóminas de una gran familia”.

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