MADRID.- El socialista Ximo Puig,
presidente de la Comunidad Valenciana, dispone de una prerrogativa de
la que carecen la mayoría de los presidentes autonómicos: una partida
propia para otorgar subvenciones sin necesidad previa de concurso
público. La cifra no es anecdótica: un millón de euros que Puig puede repartir de forma directa, sin mayor criterio que su propia voluntad.
Prerrogativa que Puig ha logrado conservar un año más en los
presupuestos autonómicos, pese a las críticas que recibió la pasada
legislatura de sus socios de Podemos y al hecho de estar bajo sospecha
por las subvenciones concedidas a las empresas de su hermano durante ya
más de cinco años de gestión.
Según las cuentas públicas valencianas, el Gabinete de la Presidencia
dispondrá en 2020 de 250.000 euros para la campaña ‘El Nadal es
Valencià’, que promociona los productos valencianos vinculados a la
Navidad, y otros 750.000 para la «concesión de ayudas a entidades,
instituciones y personas físicas y jurídicas destacadas para la
promoción, el fomento y realización de actividades de interés público,
socio-cultural, económico o humanitario de la Comunidad Valenciana».
Un enunciado lo suficientemente amplio y escaso de concreción para
que el presidente valenciano pueda gestionarlo a su libre albedrío, sin
estar obligado a abrir un proceso de concurrencia competitiva.
El millón de este año se suma a los 1,6 millones de los que dispuso
Puig en 2016; 1,5 en 2019 y un millón anual más en 2017 y 2018. Son,
pues, más de 6 millones los que el presidente
valenciano ha tenido a su disposición desde el Gabinete de Presidencia
para repartir a dedo desde que accedió al cargo.
Bajo investigación judicial
La regalía de Ximo Puig contrasta con una gestión de las ayudas públicas bajo sospecha. Un juez investiga desde octubre los 370.000 euros que la Generalitat valenciana ha otorgado al hermano de Puig
desde que accedió al cargo en 2015.
Según la querella que presentó el
PP, las subvenciones concedidas desde entonces a las empresas
audiovisuales de Francisco Javier Puig para el fomento del valenciano
habrían incurrido en malversación, prevaricación y fraude.
El emporio editorial del hermano del dirigente socialista tiene como
epicentro el municipio de Morella, la pequeña localidad (apenas 2.500
habitantes) limítrofe con Cataluña de la que fue alcalde el hoy
presidente valenciano.
Los medios de su hermano han adoptado el dominio
‘.cat’ y no ocultan su voluntad de ser “estandarte de los medios de
comunicación en catalán” dentro de la Comunidad valenciana.
Las dos sociedades participadas, que arrastraban tres años de
pérdidas hasta 2015, incrementaron sus ingresos en 686.000 euros desde
que Ximo Puig es presidente, lo que supone un aumento del 290%.
El PP considera que esconden “una auténtica trama para
conseguir fondos públicos mediante gastos cruzados, alquileres
fraudulentos y nóminas de una gran familia”.
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