jueves, 27 de febrero de 2020

Arcadi España presenta sus credenciales / Salvador Enguix *

Arcadi España es algo más que un conseller del ejecutivo de Ximo Puig. Bastaba ver hoy el perfil del público que ha asistido a su conferencia en el Forum Europa para confirmarlo; había expectación. No son pocos los que observan en su persona una garantía de futuro para el PSPV, partido aún poblado de dirigentes que llevaron chaquetas de pana en los años 70 y 80; cuando el conseller no era más que un niño de Carcaixent arropado por una figura paternal de fuertes convicciones socialdemócratas. 

Las mismas convicciones, que están en crisis en toda europa, que Arcadi España ha asumido como propias, una convicción profunda, que abraza una realpolitik que ofrece la moderación como marco de negociación para afianzar políticas sociales, y que entiende los complejos retos a los que se enfrentan la sociedades futuras. Pero su discurso también traslada una esperanza que puede chocar con una realidad compleja y en ocasiones lacerante, tanto en lo social como en lo orgánico en un partido plagado de cadáveres políticos.

Hombre de una lealtad absoluta a Ximo Puig, del que ha sido su jefe de gabinete durante cuatro años, Arcadi España, que se asemeja a un profesor de una universidad británica por su aspecto, ha asumido la cartera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad como podría haber asumido cualquier otra del Consell. 

Tiene en la cabeza toda la acción de gobierno, y sabe del valor que supone modular las aristas de las acciones del president, y de su gobierno,en diferentes contextos, que no son pocas. Es el caso de la ampliación del Puerto de València, objetivo que Arcadi España valoró hace tiempo como una bomba de relojería que podía dinamitar el gobierno valenciano en un contexto en el que la emergencia climática se ha convertido en la ideología más importante, junto al feminismo, del siglo XXI. 

Ha trabajado, y mucho, para que la Autoridad Portuaria reconsidere el proyecto en favor de una lectura más ecológica, lo que no significa que lo haya logrado. En la decisión de eliminar el dragado y la ampliación del dique hay trabajo de trinchera del conseller, quien hoy ha pedido además que los puertos inviertan parte de beneficios en su entorno. 

Es la misma actitud que mantiene con el caos de los trenes de cercanías,en la Comunidad Valenciana con la esperanza de amortiguar el fuerte malestar de los usuarios, que son muchos, forzando al Estado a buscar soluciones. Faltará ver si tanto en un objetivo como el otro su gestión da los frutos deseados; lo contrario podría erosionarle.  

En su conferencia, precedida por una presentación corta y elegante de Josep Vicent Boira (ejemplo que otros presentadores deberían seguir) ha situado los ejes de la importancia de una acción política socialdemócrata que combina el clasicismo de la protección social con la voluntad de encarar un futuro donde la digitalización está modificando todos los procesos de producción. Con el empleo digno como principal reto, acompañado de otros como el feminismo y el ecologismo. Una apuesta que choca, frontalmente, con el modelo neoliberal que gana adeptos en todas las geografías. 

Para afianzar crecimiento y sostenibilidad, social y ecológica, ha abogado por “un nuevo contrato social verde. Una nueva alianza entre administraciones, empresarios, sindicatos y sociedad civil. Un nuevo contrato que recupere los equilibrios. Tenemos la responsabilidad de gestionar el presente, pero mirando al futuro. Debemos hacernos las preguntas adecuadas, y no parar hasta encontrar las respuestas necesarias”.

El Arcadi España que se ha visto hoy es la versión de un político que, en definitiva, ha presentado sus credenciales. O, dicho de otra manera, ha verbalizado en su discurso lo que muchos pensaban de él, seguramente los mismos que elaboran hipótesis sobre un futuro del PSPV en el que Ximo Puig no será eterno. 

El conseller forma parte de ese grupo de jóvenes políticos socialistas que deberán esforzarse para mantener la hegemonía de la izquierda en la Comunidad Valenciana en los próximos años frente a Compromís y Podem, que también trabajan en la misma línea, potenciando también a sus jóvenes liderazgos. 

Pero no es exagerado decir que él simboliza mejor que nadie el cambio generacional en el PSPV. Por eso hoy se ha visto un público más nutrido, y más curioso, que en otras conferencias de otros consellers. Lo que siempre es un síntoma a tener en cuenta.


(*) Periodista


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