MADRID.- Las empresas que estuvieran aplicando expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) a causa de la pandemia de Covid-19 pondrán
renunciar a estos progresivamente para parte o toda la plantilla y
"facilitar su tránsito" hacia las reducciones de jornada, "que suponen
un menor impacto económico sobre la persona trabajadora".
Así lo ha explicado el Ministerio de Trabajo y Economía Social en un criterio publicado este viernes sobre la aplicación de las medidas de suspensión y reducción de jornada.
Concretamente, explica que esto podrá hacerse de forma progresiva conforme vayan desapareciendo las razones vinculadas a la fuerza mayor.
Además, apunta que facilitar el tránsito hacia las reducciones de jornada
supone "un menor impacto económico sobre los trabajadores" y permitirá
atender a la paulatina creciente oferta y demanda de productos y
servicios de las empresas.
El criterio dice que la definición concreta de las causas objetivas que integran la fuerza mayor por coronavirus,
recogida en el Real Decreto Ley, por el que se estableció el estado de
alarma, responden a una causa "externa y perentoria cuyos efectos y
ámbitos concretos son decididos en cada momento por las autoridades
competentes por razones de salud pública".
Esto, según Trabajo, tiene como consecuencia que las distintas medidas puedan ser aplicadas con una intensidad y graduación paulatina y diferenciada.
Así, esta definición ajustada de un escenario de crisis, "no solo permite, sino que hace aconsejable,
que las suspensiones o reducciones que se hubiesen adoptado con arreglo
a un mayor rigor en la exigencia del confinamiento se vayan dejando de
aplicar y sean modificadas en su alcance de acuerdo con la propia
evaluación de la situación de emergencia sanitaria, las previsiones de
desescalada y los factores a los que responde".
En
este sentido, Trabajo afirma que se tiene como precedente de lo
anterior la interrupción de actividades no esenciales decretada por el Gobierno del
30 de marzo al 9 de abril y en el que muchas empresas se vieron
abocadas a solicitar expedientes de regulación de empleo por causa de
fuerza mayor temporal para garantizar la extensión del confinamiento y la restricción de movimientos.
"Las exigencias documentales
y de procedimiento deben ser imprescindibles", apunta, tras resaltar
que bastará con comunicar a la autoridad laboral la renuncia a la medida
autorizada o comunicada, ante una recuperación íntegra de la actividad,
y trasladar a la entidad gestora de las prestaciones la situación de
afección y desafección de cada uno de los trabajadores.
De hecho, remarca que el ERTE garantiza un tránsito "no traumático" hacia una normalidad futura en la que las medidas coyunturales han dejado de ser necesarias.
En resumen, el criterio dice que toda la normalidad adoptada por el coronavirus,
cuyo pilar o eje fundamental está constituido por medidas de ajuste
interno de las empresas, "tiene como objetivo mantener el empleo y
proteger a los trabajadores y flexibilizar y agilizar los mecanismos que
son imprescindibles para lograrlo".
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