miércoles, 4 de noviembre de 2020

Los riesgos de no cambiar la mascarilla cada cuatro horas

MADRID.-  El 79,8 por ciento de los españoles afirma tener descuidos y no sustituir la mascarilla una vez cumplido su tiempo de uso, a pesar de saber cuándo reemplazarla, siendo un problema más habitual en hombres, según un estudio llevado a cabo por Tendencias Cofares sobre los hábitos de protección frente la Covid-19.

Así, cabe recordar que, dependiendo del tipo de mascarilla, varía el tiempo de utilización, que deberá ser marcado por el fabricante. En términos generales, el Ministerio de Consumo determina que, para garantizar su eficacia y, por tanto, la protección frente a la Covid-19, las mascarillas deben reemplazarse cada cuatro horas.

Igualmente, ahora que se han puesto de moda los productos de spray con alcohol para limpiar las mascarillas, expertos explican que pese a eso tienen unas horas de uso y a partir de esas horas pierden propiedades y no filtran igual. En ese sentido conviene renovarlas cada cuatro horas por nuestra salud. En cuanto a las de tela, siempre que estén homologadas son adecuadas, porque la que hacemos en casa podemos creer que son aptas pero no ofrecen ningún tipo de garantía. En cuanto a su conservación conviene guardarlas en un sobre de papel cuando no se usen.

Los españoles son conscientes del cambio

En este sentido, el reciente análisis Tendencias Cofares sobre los hábitos de protección frente la Covid-19 revela que la mayoría de los españoles (el 82,5%) aseguran que lo tienen claro y son conscientes de las horas de recambio, demostrando así un conocimiento alto de su uso. Se detecta una mayor conciencia al respecto por parte de las mujeres (87%) frente a los hombres (78%).

Preguntados por el establecimiento donde adquirir las mascarillas, el 83,8 por ciento de los españoles considera que la farmacia es el lugar más seguro y que más garantías ofrece. Tras ella, el supermercado queda como segunda opción, con un 9 por ciento, y las plataformas 'online' como tercera, con un 7,2 por ciento.

En lo que respecta al ámbito laboral, se detecta un uso estricto de la mascarilla, ya que el 71 por ciento asegura que la utiliza durante toda la jornada. Por otro lado, el 17 por ciento no la usa en su puesto por cumplirse las medidas de distanciamiento, y el 12 por ciento de los empleados lo hace dependiendo del día y de con quién se vaya a relacionar.

Adaptación a la mascarilla

En general, los españoles se han adaptado bien a la utilización de la mascarilla. De hecho, el 67 por ciento asegura no haber tenido ningún problema en ello o haberse adaptado más rápido de lo que esperaba. En este punto, las mujeres (39,8%) reconocen en mayor medida que los hombres (26,6%) que su uso les sigue resultando incómodo y no se adaptan a llevarlas.

Por rango de edad, son las generaciones más jóvenes las que se han adaptado más rápido al uso de la mascarilla o no han tenido problemas para ello. Así lo asegura el 74,2 por ciento de los encuestados de la Generación Z (18-25 años), el 67,3 por ciento de los Millennials (26-35 años), el 60,7 por ciento de la Generación X (36-55 años) y el 65 por ciento de los 'Boomers' (más de 55 años)

Más allá del uso de la mascarilla, el análisis de Tendencias Cofares ha evaluado también las preferencias de los españoles en cuanto a higiene de manos. Así, se ha detectado que el 75 por ciento de los encuestados prefiere utilizar agua y jabón antes que gel hidroalcohólico.

Además, no ha habido grandes cambios en la frecuencia de toma de temperatura a raíz de la pandemia. A nivel global, el 53 por ciento afirma no tomarse más la temperatura, y de nuevo son los más jóvenes quienes se muestran más sensibles al respecto. Son los encuestados de la Generación Z (61%) y los Millennials (59%) los que más han incrementado la frecuencia de toma de temperatura, frente al grupo de la Generación X (40%) y los Boomers (26%).

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