Desde tiempo inmemorial la agricultura ha sido esencial para la producción de alimentos y por tanto para la subsistencia del ser humano, y en general para todo ser vivo. La relevancia del sector agrario, si analizamos su eficiencia y relación directa con el empleo, comercio interior, comercio exterior, industria derivada y sector sanitario, podemos afirmar el carácter estratégico e insustituible de la agricultura en la economía mundial, su elevado peso y resultados contrastados estadísticos en el PIB nacional, y su creciente tecnología, sitúan a España entre los países más preparados, modelo por calidad, variabilidad y alto porcentaje de la balanza exterior.
Sin
embargo, si el sector agrícola en general y la hortofruticultura en
particular los comparamos sectorialmente, comprobamos que la promoción y
protección es inferior al que reciben otros, si bien, la adaptación a
los nuevos mercados de consumo y la formación y experiencia del
agricultor y empresas fomentan la actividad mediante la solidaridad. La
agricultura, con especialidades distintas, es extensiva en todos los
países avanzados y en especial en España, aunque por razones de clima,
calidad de las tierras y especialidad profesional, las regiones más
productivas e intensivas son todo el levante y sureste.
La
actividad que nos ocupa tiene los flujos de efectivo cada doce meses,
mientras que en el resto la media es de tres, lo cual influye en los
costos ligeramente alcistas, salvo que cambie la productividad por la
influencia de una técnica progresivamente superactiva, especialmente por
la aplicación cada vez más inteligente del agua, hoy día por goteo. La
garantía de rentabilidad en la agricultura se basa exclusivamente en el
desarrollo tecnológico y en la investigación sobre la metodología de
los cultivos; sin duda la economía de futuro tiene como uno de los
pilares básicos la actividad agroalimentaria, su industria y derivados.
La
agricultura sólo es posible si se cuenta con tierra fértil, agua, clima
y experiencia técnica. Para alcanzar un producto de calidad que respete
la vida humana y animal, y el propio medio ambiente, la UE y la OMS han
establecido la guía de calidad del agua potable, rechazando por sus
componentes tóxicos las subálveas, respetándolas como componentes que
mantienen en impermeables los cauces de los ríos y en aprovechables las
aguas de lluvias.
Contamos con una red fluvial de gran calidad y
cobertura territorial integral, pero se suspende el Plan Hidrológico
Nacional por ausencia de solidaridad interregional. No existen
propietarios exclusivos del Patrimonio Hidráulico Nacional, y sí
pérdidas y recesos para la economía y balanza exterior. Esperemos que el
cambio mundial que se está operando nos traiga la unión, la economía
colaboradora voluntaria y el trabajo en equipo de todos los españoles.
Los
elementos nocivos para las plantas y cadena alimentaria de las aguas
desaladas marítimas y aún peor de las procedentes de los pozos, de
acuerdo con análisis de laboratorios dotados de autorización oficial,
son los siguientes:
El
Boro es acumulativo en el suelo y en las plantas, cuyos efectos,
(Ems-ley del Departamento de Química de la Universidad de Oxford), más
importantes destaca directamente en los órganos reproductivos
masculinos, si su concentración es superior a la establecida por la OMS.
El
Bromo, según Lenntech (Delft, Holanda), pueden causar disfunciones
estomacales y gastrointestinale, y también perjudiciales para los
mamíferos por sus efectos sobre el ADN (cromosomas de las células).
El
Estroncio, según la agencia oficial ATSDR de Estados Unidos y la
Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), en niños altera el
crecimiento de los huesos.
El
Berilio, ni en España ni en la OMS existen registros de este elemento
tóxico, aunque la EPA y el Departamento de Salud del Estado de
California eliminan el agua que lo contiene. El agua de los ríos
españoles carece de este elemento tóxico.
El desarrollo agrícola
necesita una nueva regulación oficial sobre “investigación científica” y
su “desarrollo tecnológico” como garantía de rentabilidad. Por lo
tanto, regulemos y controlemos las necesidades nutricionales de los
cultivos evaluando las necesidades de abonos por kg. producido, ya que
los nutrientes se absorben por iones en su carga vía delagua.
También en los países más avanzados se han adoptado las teorías de nutrición celular, que armonizaron la cantidad de nutrientes que absorbe la planta por gramo de materia seca y hora, así como el control del desequilibrio electroquímico a nivel celular, avances que aplicados en conjunto son conocidos como la tecnología MOHT, con lo que se obtiene un mayor ajuste del riego y reducción de costo.
Una
importante empresa de investigación agrícola española ha creado un
“biofertilizante” capaz deevitar la contaminación por el uso de
nitratos, sustituyendo el 100% de los mismos.
Es necesario promulgar una ley que elimine los abonos nitrogenados y que incluya el control de su cumplimiento.
Por
último, la sustitución del agua de riego de superficie por la
procedente de desaladoras presenta una muy importante problemática
ecológica, especialmente por los efluentes (55% de agua de rechazo de
una planta desaladora de ósmosis inversa), en la que la llamada salmuera
se vierte de nuevo al mar por medio de los llamados emisarios, 31 veces
más alta que la cantidad límite establecida por la OMS, ocasionando
altos perjuicios medioambientales y en las costas.
Abordemos
con urgencia hasta su conclusión el Plan Hidrológico Nacional, ya que
ha sido calificado como torpeza, desde varios países, que las aguas
sobrantes de nuestros ríos en cantidades exageradas de metros cúbicos
sean vertidas al mar y océanos, para que luego se rescaten en cantidades
muy inferiores y tratar de potabilizarlas mediante inversiones sin
posibilidad de amortización, ocasionando daños materiales y humanos.
(*) Economista y empresario
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