CASTALLA/ALCOY.- El fabricante de mobiliario para el trabajo Actiu acaba de lanzar una pionera colección de bolsos y mochilas recicladas a partir de retales de los tejidos de alta gama empleados en el tapizado de sus sillas y sillones. La línea Second act aprovecha los textiles top que, por sus dimensiones, son desechados al fabricar las sillas y sillones en la planta de Actiu en Castalla para darles una "segunda vida".
Esto es así porque esos excedentes acaban en nuevos bolsos al hombro o de mano, mochilas, neceseres y hasta fundas de ordenador, entre otros complementos, con un diseño moderno y práctico para facilitar el día a día dentro de una colección que sale a la venta justo en plena campaña navideña.
La consejera y directora de Reputación de Marca Actiu, Soledat Berbegal, ha destacado que se trata de un proyecto de economía circular dentro de la filosofía del 'kilómetro cero' con la participación de emprendedoras del equipo creativo de Coba Complements, de la cercana población de Alcoy, con el objetivo de "dar una segunda oportunidad sostenible" a las materias primas que sobran de la fase productiva.
Second act ('segundo acto' en inglés) es un guiño al nombre de esta empresa familiar de segunda generación fundada en 1968 por Vicent Berbegal, que en 2017 se convirtió en el primer español en alzarse con el premio Empresario Europeo del Año concedido por los European Business Awards.
Esta pionera colección de bolsos se enmarca dentro de la estrategia seguida durante los últimos 50 años por la empresa de optimizar el uso de las materias primas, lo que actualmente se ha generalizado bajo el paraguas de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
El uso de las partes sobrantes de los tejidos que no suelen coincidir unos con otros provoca que cada bolso o neceser adquiera un diseño necesariamente singular y exclusivo, ha destacado Berbegal, a través de una confección artesanal para formar una edición limitada made in Spain con el lema Érase (otra vez).
Actiu calcula que crear
mil neceseres a partir de telas sobrantes de tapizado implica un ahorro
de 65 metros cuadrados de tejido y evita la emisión de 1,6 toneladas de
dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Esta
iniciativa sostenible se suma a otras lideradas en el pasado por esta
empresa familiar, como la certificación de las instalaciones en el
Parque Tecnológico de Actiu con los sellos internacionales Leed y Well
Platino, que acreditan a la sede de la compañía como un espacio
sostenible en cuanto a edificación y saludable en cuanto a sus
instalaciones interiores para los empleados.
Entre los
aspectos punteros de la fábrica de Actiu está una planta fotovoltaica
sobre los tejados de las naves que genera luz para abastecer a 5.000
habitantes, siete veces más de la energía que consume y una singular red
de canalizaciones de captación de la lluvia desde las cubiertas hacia
cisternas subterráneas con capacidad para cuatro piscinas olímpicas que
permite reutilizar las aguas pluviales tanto en la fabricación del
mobiliario como en el riego de las zonas verdes.
La
directora de Reputación ha recalcado que el respeto al medio ambiente ha
formado parte del ADN de Actiu desde el principio y se refleja en otras
actuaciones, como en la replantación en su parque empresarial con
árboles centenarios que iban a ser talados por la construcción de
infraestructuras viarias públicas en distintos puntos de la geografía
española.
Por ejemplo, un madroño de 650 años que estaba
previsto ser cortado por una nueva carretera en la provincia de Granada y
varios olivos de más de un siglo de otros lugares de Alicante.
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