La concentración había sido convocada por la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), una formación populista de derechas que entró por primera vez en el Parlamento en las elecciones del pasado diciembre al obtener un 9 % de los votos.
Los manifestantes -entre los que había numerosos popes ortodoxos- blandían iconos y pancartas contra "el nuevo orden satánico mundial", el 5G y la "vacunación forzada" e increpaban a diputados que entraban en el recinto del Parlamento con sus vehículos.
Algunos se encaramaron
al muro que rodea al Parlamento e incluso lograron entrar en el vasto
perímetro que acoge las sedes de las dos cámaras legislativas rumanas.
La Gendarmería intervino y evitó que siguieran acercándose al edificio.
El
proyecto de ley que prepara el Gobierno de coalición de liberales de
centroderecha y socialdemócratas no ha entrado finalmente en el orden
del día de hoy, como estaba previsto en un principio.
El texto es una
versión descafeinada del proyecto original, ya que sólo aplica la
obligatoriedad del pasaporte covid en el lugar de trabajo después de que
el índice de contagios supere los 1,5 casos por cada mil habitantes
durante tres semanas consecutivas.
Con menos de un 40 % de la
población vacunada, Rumanía es el segundo país con menos vacunados per
cápita de la Unión Europea (UE), después de Bulgaria.
Estas dos naciones balcánicas acaban de dejar atrás una virulenta cuarta oleada de la pandemia que llegó a colapsar las ucis y les ha puesto a la cabeza del continente en materia de mortalidad vinculada a la covid.
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