martes, 4 de enero de 2022

La UCO de la Guardia Civil concluye que Zaplana blanqueó 16,2 millones a través de las cuatro empresas de sus testaferros


VALENCIA.- El exministro de Trabajo y expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, se permitía lujos como relojes de 20.000 euros, pero pagaba un sueldo de 500 euros (entre 491,89€ y 506,89 €) a la asistenta que lo atendía en una vivienda de Madrid en la calle Núñez de Balboa, en pleno barrio de Salamanca, el más exclusivo de la capital. 

El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil incorporado al caso Erial detalla este y otros detalles del elevado tren de vida que llevó el exministro hasta su detención en mayo de 2018. 

El análisis de los investigadores judicial, adelantado hoy por "El Plural", concluye que "los indicios recopilados evidencian la titularidad velada efectuada por Eduardo Zaplana de estos fondos y bienes [analizados en la causa], incidiendo la carga indiciara no sólo en el gran número de elementos en este sentido, sino también en su extensión temporal y en la diversidad de fuentes de las que manan estos indicios", aseguran en referencia a las propiedades en Altea, la Vila-Joiosa y Madrid adquiridas por las empresas de sus presuntos testaferros. 

Los investigadores de la UCO han analizado "la trazabilidad de los fondos hasta su inversión final, cuando se utilizan para llevar a cabo la adquisición de diferentes inmuebles, efectuar retiradas de efectivo, adquirir relojes, efectuar inversiones en terceras empresas o llevar a cabo la adquisición de una embarcación", señalan en el informe. 

Un dispendio que contrasta con el sueldo que abonaba a la asistenta de Zaplana en una de sus viviendas en Madrid. Los agentes de la Guardia Civil encontraron a Zaplana cuando fue detenido "junto a otra serie de documentos relacionados con el inmueble de la Calle Núñez de Balboa, en su maletín personall se localizaron las nóminas correspondientes a los meses de enero y febrero" de la mujer que ejercía labores de asistenta y que ascendían a 400 euros mensuales. 

Aunque formalmente quien pagaba las nóminas y abonaba la seguridad social de la mujer era Joaquín Miguel Barceló "Pachano", el amigo de la infancia de Zaplana y presunto testaferro del exministro.

La mujer fue citada a declarar por la Guardia Civil y confirmó que "trabajó como empleada del hogar en el inmueble de la Calle Núñez de Balboa entre 2010 y 2018 —salvo algunos periodos puntuales—". Un periodo que, recuerdan los agentes, coincide durante todo el periodo en el que este inmueble fue propiedad de la mercantil Costera del Glorio, propiedad de su amigo y presunto testaferro Joaquín Barceló. 

Una vivienda en la que «Eduardo Zaplana era la única persona que usaba la casa desde 2010 a 2018", declaró la empleada de hogar. "Las cosas que había en la vivienda, como por ejemplo la ropa, eran de él». Durante los primeros tres años en los que trabajó para Zaplana la asistenta lo hizo "sin contrato. Pasado un año, en noviembre de 2014 volvió a trabajar en la misma casa hasta febrero de 2018". Entre 2014 y 2017 "contratada por Eduardo Zaplana" y hasta 2018 "contratada por Joaquín Barceló".

El dinero presuntamente blanqueado por Eduardo Zaplana ascendería a 16,2 millones de euros, según las cifras que maneja la Guardia Civil. 

La pasión de Zaplana por los relojes es conocida desde hace años. En el último informe, los agentes de la UCO han podido constatar, entre otros detalles, "otro elemento que vincula a Eduardo Zaplana con la mercantil Costera del Glorio (propiedad de su presunto testaferro Joaquín Barceló) es la adquisición en 2010 por parte de esta sociedad de un reloj valorado en 20.000 euros.

 Este reloj fue entregado a Eduardo Zaplana, tal como el propio Barceló expuso, justificando esta entrega en un 'regalo'". La Guardia Civil halló y decomisó 31 relojes de alta gama, valorados en unos 189.000 euros, en la casa del exministro en Madrid cuando estalló el caso Erial.  

Desde el entorno de Zaplana critican duramente el contenido del informe elaborado por la UCO de la Guardia Civil. "El atestado de la UCO no es sino un nuevo reciclado del mismo material ya reutilizado en anteriores informes, que se basa en sospechas, conjeturas y presunciones", señalan fuentes próximas al expresidente de la Generalitat Valenciana. 

"Nos parece destacable -continúa- que, después de seis años de intensa investigación por fuerza policial actuante, la Fiscalía Anticorrupción y el Juzgado de instrucción, no exista una evidencia directa de que el señor Zaplana participara en las transacciones objeto de investigación o fuera el titular de los activos localizados en el extrajero". 

Una falta de evidencias que, a juicio del entorno de Zaplana, "confirma la certeza de que lo manifestado por el señor Zaplana desde el inicio de la instrucción acerca de su absoluta falta de participación en la adjudicación de proyectos del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana (PECV) o de las concesiones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), y que ni tiene, ni ha tenido, activos o fondos fuera de España". 

Y concluye con la afirmación de que "el señor Zaplana no pierde la confianza en que, en algún momento, se le permitirá acreditar esta realidad mediante la práctica de la prueba de descargo que hasta ahora se le ha negado".

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