El informe señala que muchos de los radicales actuales que lideran las principales oficinas metropolitanas no tienen experiencia previa en la fiscalía.
Tradicionalmente, las elecciones para fiscal de distrito han sido tranquilas. Los candidatos gastaron muy poco en sus campañas, en lugar de eso, compitieron por el respaldo local y pulieron sus calificaciones legales para el puesto más alto.
Eso cambió recientemente, ya que millones de dólares de campaña fluyeron hacia estos concursos de votación negativa. La mayor parte de ese generoso gasto en publicidad y consultores ha sido realizado por (o en nombre de) candidatos de “justicia social”.
En la mayoría de estos concursos de gasto libre, las fuerzas progresistas resultaron victoriosas al derrotar a los demócratas en el cargo o al aplastar a un campo de contendientes primarios.
Sorprendentemente, la mayoría de estos fiscales eran neófitos políticos y no tenían experiencia procesal, lo que anteriormente se suponía que era un requisito previo para el cargo. Muchos no tienen experiencia previa en casos penales.
El factor decisivo en la mayoría de los casos fue el financiamiento externo: niveles sin precedentes de efectivo de campaña directamente de grandes donantes o a través de grupos aliados de terceros (es decir, comités de acción política).
No hay comentarios:
Publicar un comentario