Lavrov ha alertado de que “cuanto mayor sea la gama de armamentos que (los países occidentales) suministren, más alejaremos de nuestro territorio la línea desde la que los neonazis pueden amenazar a la Federación de Rusia”.
Además, el ministro de Exteriores de Rusia ha subrayado que Occidente “no tiene reparos” en utilizar métodos “inapropiados” para mantener la presión sobre Moscú, refiriéndose al veto de Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro con respecto al vuelo que transportaba a Lavrov hacia Serbia.
EEUU ha confirmado la entrega a Kiev de sistemas de lanzamisiles múltiples Himars, mientras que Reino Unido ha hecho lo propio con los lanzacohetes M270. Según aseguran Washington y Londres, Ucrania se ha comprometido a no utilizar estas armas para atacar territorio ruso.
Los lanzacohetes M270 que Reino Unido va a entregar a Ucrania tienen un alcance de 80 kilómetros y “aumentarán significativamente las capacidades de las fuerzas ucranianas”, ha precisado el Ministerio de Defensa británico.
El secretario de Defensa, Ben Wallace, ha justificado que “a medida que cambian las tácticas de Rusia, también debe cambiar nuestro apoyo a Ucrania” y ha subrayado que esos lanzacohetes “permitirán a nuestros amigos ucranianos protegerse mejor contra el uso brutal de la artillería de largo alcance, que las fuerzas de Putin han usado indiscriminadamente para arrasar ciudades”.
Sin embargo, hay un problema. Los M270 son armas de alta gama con gran alcance y precisión pero que están dotadas de una importante sofisticación, con lo que es esencial que los soldados sepan cómo utilizarlas. Y, por el momento, las tropas ucranianas no cuentan con la formación adecuada para extraer todo el potencial que contienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario