Rusia, avisa Putin, prevalecerá en este revuelto escenario internacional. "Los Estados Unidos, habiendo proclamado la victoria en la Guerra Fría, se declararon los mensajeros de Dios en la tierra, que no tienen obligaciones, sino solo intereses. Parecen no darse cuenta de que se han formado nuevos centros poderosos en el planeta".
Han pasado casi cuatro meses desde su ataque a Ucrania y el discurso de Putin sobre el funcionamiento de las democracias occidentales es cada día más duro. "Se alternan partidos gemelos en el poder, pero no cambia la esencia, los intereses reales de la población se relegan a un segundo plano", describió.
"Claro que van surgir populismos y radicalismos, habrá un cambio de élites", vaticinó. "Pese a los intentos de poner buena cara al mal tiempo, la Unión Europea perdió su soberanía y las élites burocráticas cantan al son que les tocan".
Ante Occidente Putin vuelve a presentarse como el 'poli malo' desafiante. Pero ante los países en desarrollo es el viejo amigo eslavo que encarnó la URSS. El líder ruso asegura que su país está dispuesto a impulsar sus exportaciones de grano y fertilizantes. Y que enviará alimentos a África y Oriente Próximo.
Putin considera probado que la "guerra relámpago" de sanciones contra Moscú nunca tuvo ninguna posibilidad de éxito: "La idea de sanciones se basa en que Rusia no es un país soberano económicamente. Ignoran que nuestro país ha cambiado en los años recientes".
En su discurso ante el foro, Putin abogó por la renuncia a la globalización "en favor del crecimiento multipolar".
"Las reglas del comercio mundial las van a dictar los estados fuertes, que no siguen el camino de otros". No es el caso de los países europeos. Putin dijo que la UE podría perder más de 400.000 millones de dólares debido a las sanciones, que dijo que repercutirían en quienes las impusieron. El líder ruso admitió, eso sí que Rusia tiene una "gran inflación, tenemos que trabajar en ello".
El líder ruso dejó para el final un mensaje para los empresarios rusos que lo escuchaban en la sala "y otros que no están aquí". En relación a las sanciones y vetos occidentales, Putin señaló que "los últimos acontecimientos económicos han confirmado lo que yo decía 'en casa se está más seguro'. Así ha quedado el refugio tranquilo del dinero. No vuelvan a morder el anzuelo. Inviertan aquí".
Putin prometió que Rusia "no tomará el camino del aislamiento y la autocracia". "Colaboraremos con todos los que muestren interés a pesar de las presiones y chantajes de Estados Unidos".
Durante su discurso insistió varias veces en que la incipiente crisis alimentaria global no es cosa de los últimos meses y no tiene que ver con lo que el llama la "Operación Militar Especial" en Ucrania.
"El alza de los precios de materias primas empezó antes".
La política monetaria de los países del G7 es la culpable, concluyó,
antes de llamar "analfabetos" a los que piensan que el belicismo ruso
tiene algo que ver: "Rusia no tiene que ver nada con esto. Los precios
altos de la comida y los combustibles son resultado de las políticas
erróneas de EEUU y Europa".
Fue especialmente crítico con la "estúpida apuesta por energías renovables y compras de gas al contado". Si hay hambre en los países más pobres será "culpa de los euroburócratas y EEUU".
Respecto a los problemas que atraviesa el vecino al que atacó en febrero, Putin se sorprendió de que alguien le atribuya responsabilidad. "Nosotros no obstaculizamos las exportaciones ucranianas. No minamos los puertos: que quiten las minas", recomendó al gobierno de Kiev, sobre el que dijo que "tiene dueños extranjeros".
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