Trillium Health Partners en Ontario, Canadá, envió tres memorandos a su personal con solo tres días de diferencia, lamentando la pérdida de tres queridos médicos. Los memorandos no revelaron la causa de estas muertes repentinas e inesperadas, ya que el hospital continúa impulsando su cuarto mandato de vacunas contra COVID para los trabajadores de la salud.
Los directores ejecutivos, los miembros de la junta y los administradores de los hospitales deberían avergonzarse de sí mismos por no defender las vidas inocentes que se han perdido a causa de las vacunas COVID y todos aquellos que han resultado heridos y asesinados por protocolos inhumanos y mortales.
Los sistemas hospitalarios continúan facilitando experimentos médicos innecesarios que perpetúan el genocidio global. Estos administradores débiles continúan persiguiendo a sus compañeros trabajadores de la salud que no cumplen con estos experimentos médicos mortales y destructivos.
Los
trabajadores
de la salud literalmente se están matando a sí mismos como en una
secta. Con cada refuerzo, deben demostrar su lealtad a este culto de
vacunación. Refuerzo tras refuerzo, se destruyen a sí mismos desde
adentro hacia afuera.
El primer memorando lamenta la pérdida del Dr. Lorne Segall, un otorrinolaringólogo que se desempeñó como Jefe de División de Otorrinolaringología de 2016 a 2017. Se unió a los socios de salud de Trillium en 2007 y se desempeñó como otorrinolaringólogo en Credit Valley Hospital. Falleció el 17 de julio de 2022 y deja esposa y tres hijos.
El segundo memorando lamenta la pérdida del Dr. Stephen McKenzie, neurólogo del hospital de Mississauga. El Dr. McKenzie contribuyó a la educación médica de pregrado y posgrado en Trillium Health Partners y en la Universidad de Toronto. Pasó gran parte de su tiempo cuidando a pacientes con esclerosis múltiple. Falleció el 18 de julio de 2022.
El tercer memorando lamenta la pérdida del Dr. Jakub Sawicki, miembro del equipo de asistencia quirúrgica de Trillium Health Partners. En 2013, completó su capacitación en la Unidad de Enseñanza de Medicina Familiar de Credit Valley y comenzó a trabajar en Trillium en 2014. Se especializó en el manejo del dolor y se convirtió en Director Médico de las clínicas de medicina del dolor en la región, mientras enseñaba a los residentes de medicina familiar. Falleció el 20 de julio de 2022.
El fallecimiento repentino e inesperado de esos tres jóvenes profesionales médicos con tres días de diferencia debería hacer sonar las alarmas en todo el sistema hospitalario y en todo Canadá, pero Trillium Health Partners continuará ignorando el problema obvio en cuestión, mientras impulsa otra ronda de malversación médica coercitiva en su ciego culto a la «vacunación».
Las estadísticas gubernamentales más recientes de Canadá (del 9 al 19 de junio) muestran que los vacunados representan el 92 por ciento de las muertes por covid-19. En ese período de tiempo, hubo 4.954 muertes por covid-19 en todo Canadá, y los vacunados representaron 3.796 de esas muertes.
Con cada refuerzo adicional, el porcentaje de muertes aumenta linealmente. Hubo 135 muertes de personas que recibieron una vacuna, 1.174 muertes de personas que recibieron dos vacunas y 2.487 muertes de personas que recibieron tres vacunas.
Para empeorar las cosas, los vacunados cuádruples están impulsando la mayoría de los nuevos casos en 2022. De los 20.842 casos de COVID-19 reportados durante el mismo período, los vacunados cuádruples representaron 13.987 de ellos. Los vacunados representan el 93 por ciento del total de casos.
La vacuna no solo no funciona para detener la propagación de covid-19, sino que también es el factor impulsor detrás de las «nuevas variantes» que matan predominantemente a los vacunados.
Las 1.377 hospitalizaciones por COVID-19 durante el mismo período también fueron predominantemente en la población vacunada. Aproximadamente el 85 por ciento de las hospitalizaciones provienen de los vacunados y son los cuádruples vacunados (65 por ciento) los que generan la mayoría de estas hospitalizaciones.
La dictadura de Trudeau todavía requiere estas supuestas vacunas para que las personas ingresen al país, y el gobierno continúa aplicando políticas discriminatorias para obligar a más personas a tomar inyecciones de coágulos compuestos.
En la mayoría de los casos, los directores ejecutivos y administradores de hospitales tienen demasiado miedo de informar la verdad y defender a sus compañeros de trabajo, pacientes y familiares. A medida que se inclinan ante la tiranía médica en todos y cada uno de los casos, continuarán muriendo inesperadamente a manos de los tiranos.
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