VALENCIA.- Al PP valenciano le toca ahora digerir su propio regreso triunfal a las principales instituciones valencianas, desde la Generalitat a las diputaciones y los ayuntamientos de las tres capitales de provincia. Ahora bien, los números dicen que tendrá que apoyarse en Vox, pues los populares no suman mayoría absoluta ni en las Cortes Valencianas (tienen 40 de los 99 escaños) ni en el Ayuntamiento de la capital (logran 13 de los 34 concejales), se dice en El Mundo.
Así que tras el golpe de efecto de Pedro Sánchez adelantando las elecciones generales al 23 de julio, el PP arranca el largo proceso de negociación antes de su desembarco en las instituciones marcando distancias con Vox (aunque solo sea como estrategia negociadora).
En el partido de Carlos Mazón se asume que las conversaciones para su investidura como presidente de la Generalitat pueden solaparse directamente con una campaña electoral en la que el PSOE buscará señalar precisamente esto: los pactos del PP con Vox.
Las Cortes Valencianas no se constituirán hasta el 26 de junio, con lo que su investidura podría tener que celebrarse a mediados de julio. El objetivo de Mazón sigue siendo un gobierno en solitario, al que el líder del PP valenciano añade ahora un calificativo: "Estable". Pero para eso necesitará del favor de Vox.
Y tras crecer en el parlamento autonómico y quedarse a las puertas del sorpasso a Compromís, el candidato de Vox a la Generalitat, Carlos Flores, ha dicho que "tiende la mano" a los populares para abrir una nueva etapa en la Comunidad Valenciana.
Ahora bien, que tienda una mano no significa que con la otra vaya a "regalar" gobiernos gratis. En palabras de Flores, Vox "no está dispuesto a hacer regalos ni a aceptar chantajes", un mensaje que casa con la línea defendida por el líder de la formación, Santiago Abascal, que buscará un pacto nacional con el PP.
Vox mira al horizonte con una meta clara: entrar en un gobierno de la Generalitat a imagen y semejanza de lo que hizo en Castilla y León. Sin embargo, el primer paso del PP ha sido ignorar esta pretensión. O, como mínimo, ganar tiempo para rebajar las expectativas de Vox.
Si Mazón avanzaba el domingo que quiere reunirse con todos los grupos parlamentarios, el director de campaña del PP valenciano, Miguel Barrachina, ha puntualizado este lunes que "la ronda de conversaciones será con todos los partidos", por orden de mayor a menor representación.
El primero será el PSOE, y ya luego el resto. Es decir, Vox sería el último como cuarto grupo en las Cortes. Compromís, por cierto, ya ha dejado claro que descarta una hipotética abstención para facilitar un gobierno del PP sin Vox.
Mazón, que ha reunido este lunes por la tarde a la junta directiva del PPCV, ha negado en todo caso que el adelanto electoral vaya a entorpecer su estrategia para negociar un pacto de gobierno, aunque sigue sin mencionar expresamente a Vox.
En su opinión, "nada debe influir en el proceso valenciano", ha contestado tras ser preguntado por si preferiría una investidura antes del 23 de julio. "Estoy contento de que antes de lo previsto podamos decir lo que opinamos del sanchismo en la Comunidad Valenciana", ha insistido Mazón.
El movimiento lógico de Mazón se completa en paralelo con el dado ya este lunes por el PP en el Ayuntamiento de Valencia. Apenas unas horas después de confirmar que el 17 de junio se convertirá en la sucesora de Rita Barberá como la nueva alcaldesa de Valencia, María José Catalá no ha dudado en apuntar a un gobierno en minoría con "acuerdos puntuales" para la aprobación de los presupuestos o de las ordenanzas municipales.
Catalá habla de "buscar consensos", pero la gestión diaria es más llevadera en el Ayuntamiento que en el gobierno autonómico, que depende de las Cortes para aprobar las leyes. El caso de los ayuntamientos es distinto, pues la ley favorece que gobierne el partido más votado si no hay un acuerdo de fuerzas alternativo. Y en este 28-M, el PP recupera el liderazgo como partido más votado por 151.000 personas.
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