lunes, 29 de mayo de 2023

Junio será un mes muy lluvioso en el noroeste y sureste de España


MADRID.- Hace un puñado de semanas, parecía algo casi imposible, pero las previsiones empiezan a tomar cuerpo. Aún hoy suena increíble. Pero los modelos lo tienen claro y así lo explicaba AEMET:  "anomalía positiva en precipitaciones para esta semana y el resto del mes de junio". Es decir, lluvia, lluvia y más lluvia. Y justo a las puertas del verano, según www.xataka.com.

¿Qué está pasando? Durante meses, en la península Ibérica ha tenido un enorme anticiclón de bloqueo sobre nuestras cabezas. Eso ha sido lo que nos ha asegurado la extenuante estabilidad atmosférica: el anticiclón desviaba todas las borrascas que pudieran dirigirse hacia nuestra zona del mapa.

Pues bien, ese anticiclón está ahora sobre las islas Británicas y afecta (además de a Gran Bretaña e Irlanda) al Benelux, Dinamarca, la fachada atlántica de Noruega, buena parte del norte de Francia y amplias regiones de Alemania. Las consecuencias son exactamente las mismas que las que sufrimos nosotros: las borrascas no se internan en Europa continental (y, según AEMET, no lo harán en un futuro próximo).

La gran diferencia. En este reparto de cartas que ha hecho la meteorología del final de la primavera y el principio del verano, la diferencia es que la España peninsular sale beneficiada. Por la colocación del anticiclón de las islas Británicas, la dinámica atmosférica ha creado un pasillo que nos va a enchufar una DANA tras otra hasta que nos encontremos en las cercanías de julio.

¡Lluvia! Eso es lo que significa "anomalía positiva en precipitaciones". Que mientras el norte de Europa se seca, toda España va a recibir más lluvias de lo normal durante las próximas semanas. Los cuadrantes noroeste y sureste de la Península, además, van a tener una anomalía especialmente intensa.

¿Servirá de algo todo esto? La respuesta es clara, sí. Claro que servirá. La sequía se ha cebado con nuestras reservas de agua embalsada y con un rosario casi interminable de numerosos cultivos: cualquier cantidad de agua será bien recibida. Muy bien recibida, de hecho. Sobre todo, porque es agua justo antes de los meses más duros del verano.

Otro debate es si estas tendencias (de materializarse) conseguirán resetear el marcador de la sequía. Y es que, tras casi una década en la que cada año ha tenido menos agua que la media histórica, el país llega exhausto a 2023. Eso significa que, entre otras cosas, muy grandes deben de ser las lluvias de las próximas semanas para desterrar la sequía meteorológica.

Es decir, que sería raro que pasara, pero no es la primera vez que tenemos un golpe de suerte.

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