El Rey está en silencio, pero más activo que nunca. Quien crea que el Rey se siente cohibido y acobardado, no conoce ni al Rey ni al ejemplar sentido del cumplimiento de sus deberes. Por La Zarzuela han pasado presidentes y magistrados del Tribunal Constitucional, magistrados del Tribunal Supremo, Catedráticos. Destacados representantes de la Judicatura, abogados y políticos de anteriores Gobiernos.
El obligado silencio del Rey está apoyado por una documentación poderosa, que proviene del Poder Judicial y Legislativo de todas las sensibilidades ideológicas. E intuyo que sus constantes consultas han ratificado su opinión personal. El Rey es el garante máximo del cumplimiento de la Constitución Española, y el Rey va a seguir siéndolo. Sus consejeros eventuales para una acción concreta y despiadada contra el orden constitucional, no son Pallín, Garzón ó la futbolista Putelles, que se ha metido en política-sindicalista.
El Rey espera, y Sánchez amenaza. El que amenaza siempre está en peligro. Su jugada golpista encuentra, cada día que pasa, mayor resistencia social. El Rey no va a firmar nada que atente contra la unidad, la libertad y la democracia en España. Y sin su firma, el golpe de Estado encubierto de Pedro Sánchez, se desvanece. Encubierto por una aministía inconstitucional en beneficio de unos delincuentes que fracasaron en su golpe de Estado contra España y de los cuales, su provocador máximo está fugado de la Justicia española aunque viva de gorra de los españoles en Bélgica.
El Rey no va a rebajar su debate con Sánchez a los ámbitos de las opiniones personales. El Rey guarda y acumula en La Zarzuela centenares de dictámenes, estudios, análisis y testimonios que justificarían su probable negativa a firmar la Ley sanchista con la que se iniciaría la destrucción de la nación más antigua de Europa. La crisis institucional está servida. Y el Rey – y España- triunfarán ante la traición, la infamia y la desvergüenza del segundo partido más votado en las últimas elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario