sábado, 28 de octubre de 2023

La renta per cápita valenciana se aleja de la media nacional tras la covid y está un 15% por debajo


CASTELLÓN.- La brecha entre el PIB per cápita de la Comunitat Valenciana y la media de España se ha ampliado casi dos puntos porcentuales desde 2019 y ya se sitúa un 14,8% por debajo del promedio nacional, frente al 13% anterior al COVID-19. Aunque la Comunitat recuperó el PIB real anterior a la pandemia en el primer trimestre de 2023, el mayor crecimiento de la población explica que la renta por habitante haya caído un -4,6% entre 2019 y junio de 2023, lo que supone un descenso superior al -2,5% registrado para el conjunto del país.

Esta es una de las principales conclusiones que muestra el informe La evolución de la economía valenciana desde el estallido de la crisis de la COVID-19, que ha presentado el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Joaquín Maudos, en la última sesión del V Congreso de Economía Valenciana, celebrado en Castellón. 

La jornada, organizada por la Generalitat Valenciana y el Ivie, en colaboración con la Càtedra de Transformació del Model Econòmic de la UJI, ha tenido lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de Salud de la Universitat Jaume I y ha sido clausurada por el secretario autonómico de Hacienda y Financiación de la Conselleria de Hacienda, Economía y Administración Pública, Eusebio Monzó.

El congreso ha comenzado con Joaquín Maudos Villarroya, que ha sintetizado en cifras la evolución de la economía valenciana tras la pandemia de 2020. Además del PIB, ha analizado el empleo, el dinamismo empresarial, las exportaciones, la inversión extranjera y la competitividad, entre otros aspectos.

El mercado de trabajo valenciano se ha mostrado más dinámico que el nacional entre 2020 y 2023, ya que, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la cifra de personas ocupadas en el segundo trimestre de 2023 es un 6,4% superior a la del último de 2019, lo que supone un crecimiento casi un punto mayor al de España (5,5%).

El informe también destaca la creación de empresas, con un crecimiento del 1,2% en el número de sociedades registradas en la Comunitat Valenciana en 2022 en comparación a las existentes a principios de 2020, una evolución que también supera el 0,8% de crecimiento del tejido empresarial español.

En cuanto al sector exterior, aunque el número de empresas valencianas que exportan ha aumentado en la Comunitat Valenciana un 12,7% entre 2019 y 2022 (dato que contrasta con la caída del -9,45% de España), las exportaciones valencianas han crecido con menor intensidad (36,9% vs 26,1% desde 2019), lo que nos ha hecho perder cuota exportadora. 

Sin embargo, donde la Comunitat Valenciana sale muy bien parada es en la atracción de inversión directa extranjera. Así, entre julio de 2022 y junio de 2023 captó 3.323 millones de euros de inversión foránea, lo que supone multiplicar por 4,3 la cifra de 2019.

El documento del Ivie presentado en el V Congreso de Economía Valenciana señala como preocupante el aumento de la brecha en renta por habitante que separa a la Comunitat Valenciana de la media nacional, y que nos sitúa en la posición 12 del ranking regional. 

Del mismo modo, crece la brecha que nos separa del promedio nacional en productividad. Si en 2019 la productividad por hora trabajada era en la Comunitat Valenciana un 6,9% inferior a la de España, en junio de 2023 es ya un 10,1% menor.

Por último, Joaquín Maudos ha recordado el problema del elevado déficit y deuda pública de la región. En 2023, con datos hasta junio, el déficit valenciano se situaba en el 1,39% del PIB, por encima del 0,85% de media de las regiones españolas. 

En cuanto a la deuda pública como porcentaje del PIB, desde el máximo alcanzado en marzo de 2021, ha ido disminuyendo en la Comunitat Valenciana y España conforme aumentaba el PIB. 

Aun así, a fecha junio de 2023, la deuda valenciana suponía el 43,5% del PIB (la ratio más elevada de las CC.AA. españolas), 1,6 puntos porcentuales (pp) más alta que a finales de 2019, lo que contrasta con la caída de 0,5 pp de España.

Tras la conferencia del director adjunto del Ivie, que ha servido para hacer un retrato de la actualidad económica de la región, la sesión ha continuado con la Mesa de debate La transición energética y la sostenibilidad de la industria, en la que han participado Eliseo Monfort, catedrático de Ingeniería Química y co-director de la Cátedra BP de Medio Ambiente Industrial de la Universitat Jaume I; Eugenio Domínguez, CEO de Hybrid Energy Storage Solutions; y Jordi Ripollés, profesor e investigador del Instituto de Economía Internacional de la Universitat Jaume I.

La segunda parte del congreso ha comenzado con una segunda mesa de debate en la que se han analizado los Retos y transformaciones tecnológicas del clúster cerámico y su cadena de valor

Para ello, se ha contado con la intervención de Juan José Montoro, presidente de la Asociación de Técnicos Cerámicos (ATC); Victoria Zaera, responsable de Medioambiente y sostenibilidad de ASCER (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos); y Francisco Corma, gerente de QPT Consultores.

A continuación, ha intervenido Manuel Rivas, jefe del Equipo de Análisis de Mercado, Dirección General de Energía de la Comisión Europea, que ha ofrecido la conferencia Crisis y transición energética de la UE: impactos en el horizonte de 2030.

Por último, el secretario autonómico de Hacienda y Financiación de la Conselleria de Hacienda, Economía y Administración Pública, Eusebio Monzó, ha clausurado la última jornada del V Congreso de Economía Valenciana, que completa las sesiones celebradas el año pasado en Alicante y Valencia. 

Mientras, en los dos primeros encuentros se abordó la evolución de la economía valenciana desde el Estatut d’Autonomia, y los principales desafíos en la actualidad, esta última jornada se ha centrado en analizar la transformación de la economía valenciana desde la pandemia y los retos futuros.

Dentro de estos retos, el congreso ha puesto especial foco en la transición energética, ya que representa un desafío significativo para la industria española, y en particular para el clúster cerámico, cuyo consumo de energía es especialmente intensivo. 

En un mundo cada vez más centrado en la sostenibilidad, las empresas se enfrentan a la presión de reducir su huella de carbono y adoptar fuentes de energía renovable. Esto implica inversiones sustanciales, pero también oportunidades de innovación y competitividad, así como una imagen más verde que puede atraer a inversores y consumidores.

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