martes, 28 de noviembre de 2023

Magna exposición en el Museo Naval sobre el ilustre marino de Novelda, Jorge Juan, que revolucionó la flota española en el siglo XVIII


MADRID.- Una exposición temporal en el Museo Naval de Madrid recuerda estos días, con más de un centenar de piezas, la contribución del marino y científico alicantino de Novelda, Jorge Juan y Santacilia, uno de los grandes representantes de la ciencia española del siglo XVIII, a la Flota de nuestro país.


Junto a las obras procedentes de las colecciones del Museo Naval, destacan las 47 piezas procedentes de otras instituciones, entre las que se encuentran la Biblioteca Nacional de España, el Archivo General de Simancas, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o el Museo Nacional del Prado.

Entre las obras de las 15 instituciones prestatarias, destacan algunas que se muestran por primera vez en España, como el retrato pintado durante su etapa de formación como caballero de la Orden de Malta, que actualmente se exhibe en el Palacio del Gran Maestre de La Valetta; o los retratos de los científicos franceses Louis Godin y Charles-Marie de La Condamine, prestados por el Observatorio de París.

A lo largo de los cinco espacios por los que discurre la exposición se desvela la huella que Jorge Juan dejó en campos diversos como la política, la economía, la historia, la naturaleza, la geografía y, muy especialmente, en las matemáticas, la astronomía, la construcción y la enseñanza naval.

El recorrido de la muestra se estructura en cinco áreas temáticas, que comienzan con una introducción dedicada a su Origen y formación. Este primer espacio conduce al visitante por los lugares de los primeros años de Jorge Juan, desde su Novelda natal, a su primera formación en Alicante y su paso por la isla de Malta, donde ingresó en la Orden de Caballeros de San Juan, hasta su llegada a Cádiz, para estudiar en la Academia de Guardiamarinas.

Este apartado, el más extenso de la muestra, aborda la iniciativa que puso en marcha la Academia de Ciencias francesa para determinar cuál era la verdadera forma de la tierra, según ha explicado el Museo Naval.

Para aclarar la disputa que enfrentaba a científicos ingleses y franceses se organizaron dos expediciones, una en el polo norte y otra en el ecuador, para medir un grado del arco terrestre en ambas zonas y poner fin a la controversia.

En esta unidad se presenta a los protagonistas de la expedición enviada al ecuador para realizar las mediciones, en la que participaron Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que fueron comisionados para acompañar a los científicos franceses que encabezaban la misión.

Se muestran también los instrumentos científicos que se utilizaron para realizar las mediciones, la más moderna tecnología de la época, que permitió calcular la medida del arco del meridiano con una precisión sorprendente y comprobar que la tierra era una esfera achatada por los polos.

También se abordan los resultados de la expedición, que se dieron a conocer en distintas obras publicadas por sus principales integrantes, y las misiones que en paralelo debieron acometer Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que les permitieron conocer en profundidad el sistema de gobierno virreinal, cuyos abusos denunciaron en un informe reservado que presentaron al regresar a España. 

El tercer ámbito de la exposición está dedicado a la labor de Jorge Juan al frente de la construcción naval española. Recién llegado de América, Jorge Juan fue enviado a Londres por el marqués de la Ensenada con el objetivo de conocer y estudiar los métodos ingleses de construcción naval.

Las labores de espionaje dieron su fruto y consiguió reclutar decenas de técnicos ingleses que se incorporaron a los arsenales españoles. La valiosa información recopilada por Jorge Juan permitió mejorar el diseño de los arsenales de Ferrol, Cartagena y La Carraca y dio lugar a un nuevo modelo de construcción naval conocido como 'sistema Jorge Juan', que permitió renovar y mejorar la flota española.

La versatilidad de un genio da título al cuarto espacio de la exposición, que aborda un periodo trepidante en la vida de Jorge Juan, por la cantidad de iniciativas que puso en marcha. Comienza con su nombramiento como director de la Compañía de Guardiamarinas, lo que supuso una auténtica revolución en la institución.

Últimos años del noveldense

Para complementar los estudios de la Academia, especialmente en el campo de la astronomía, puso en marcha el Real Observatorio de la Armada en un edificio anexo y redactó su Compendio de Navegación, dirigido a los caballeros guardiamarinas.

En los mismos años propuso la creación de una Academia de Ciencias que no llegó a constituirse y, para llenar ese vacío, estableció en su propia casa una Asamblea Amistosa Literaria para la discusión de asuntos científicos.

Su reconocimiento y autoridad fueron creciendo por el éxito de sus iniciativas, llegando a convertirse en consejero y asesor habitual de la corona, que recabó su opinión sobre los más diversos asuntos. 

El quinto y último espacio de la exposición, Últimas obras, se encarga de sus últimos años, en los que fue nombrado embajador extraordinario en la corte del Sultán de Marruecos para la firma de un tratado de paz y director del Seminario de Nobles.

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