sábado, 27 de enero de 2024

El acusado por asfixiar al canónigo emérito de Valencia tenía con él una relación sexual


VALENCIA.- El presunto autor del homicidio del canónigo emérito de la catedral de Valencia Alfonso López Benito se ha negado a declarar ante los agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional. 


El acusado, que había permanecido aislado en un calabozo del complejo policial de Zapadores desde su arresto, el miércoles a las 15.30 horas, fue sacado a media mañana y conducido a la Jefatura Superior de Policía de Valencia, para declarar ante Homicidios, en presencia de una letrada del turno de oficio. 

Sin embargo, Miguel V. N. no ha querido ofrecer su versión y se ha acogido a su derecho a no declarar, por lo que, una vez concluidos los trámites, tuvo que ser llevado nuevamente a las celdas de Zapadores, donde ha pasado esta noche previa a su comparecencia en el juzgado de guardia.  

El presunto homicida del sacerdote, con quien mantenía una relación de tipo sexual, iba a ser conducido este sábado, con toda seguridad, al centro penitenciario de Picassent, después de que el juez de guardia lo acuerde, a petición de la Fiscalía y tras analizar el atestado policial.

El arrestado es un hombre de 40 años natural de un país suramericano, con quien la víctima habría mantenido una relación de índole sexual, según han confirmado a Levante-EMV, del Grupo Prensa Ibérica, fuentes de toda solvencia, y que está acusado, además, de robo, ya que se llevó el teléfono móvil del sacerdote, desde el cual envió mensajes de Whatsapp haciéndose pasar por su víctima y diciendo que estaría unos días fuera, con la intención de retrasar el hallazgo del cadáver. 

El cuerpo, tal como ha venido informando Levante-EMV, fue encontrado el martes por la mañana, dentro de su cama, sin ropa y con señales evidentes de haber sido asfixiado.  

Según la información recabada por este diario, el canónigo emérito de la Catedral de Valencia solía reclutar a esos jóvenes en la calle, la mayoría de ellos entre aparcacoches del centro de la ciudad. 

Así se desprende del testimonio de personas próximas al sacerdote que han prestado declaración ante los investigadores del grupo de Homicidios y que conocían de primera mano las costumbres de Alfonso López Benito.  

La afición de llevar chicos jóvenes a casa le había generado conflictos que incluso habían traspasado lo personal y habían provocado tensiones con parte del vecindario, sobre todo después de que la Policía Nacional y la Local tuvieran que acudir en varias ocasiones a la vivienda. 

En una de ellas, ocurrida hace algo más de dos años, agentes de la Policía Nacional tuvieron que mediar entre él y el joven, en ese caso un chico rumano de poco más de 20 años tras una fuerte bronca generada por la desaparición del móvil del cura.

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