domingo, 25 de febrero de 2024

El déficit comercial con Argelia sube a 6.100 millones en 2023



MADRID.- El giro de Pedro Sánchez en el Sáhara adoptando la tesis de Marruecos y abandonando la histórica neutralidad de España ha tenido un fuerte impacto en las relaciones comerciales con Argelia. Los últimos datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio y cribados por The Objective reflejan que, tras el veto económico de Argel activado en verano de 2022, el déficit comercial con este país se ha disparado hasta los 6.093 millones de euros durante el año 2023.

A este dato hay que sumar que las empresas españolas han dejado de exportar unos 1.700 millones de euros en este periodo, una crisis que el propio Gobierno no da por resuelta, indicando que se siguen haciendo todos por esfuerzos diplomáticos para normalizar la situación. 

 El movimiento diplomático de España tuvo un doble efecto: mientras Argelia bloqueó las relaciones comerciales se dispararon los intercambios con Marruecos, aunque el aumento del superávit con este último no ha sido suficiente para compensar la pérdida acumulada.

Los datos de Comercio indican que en 2021, último año antes del veto, el déficit con Argelia era de 2.879 millones de euros fruto de unas exportaciones de 1.888 millones y unas importaciones de 4.767 millones. 

Sin embargo, en 2022 el desequilibrio ya creció hasta los 6.575 millones y en 2023 se situó en los 6.093. En estos dos años, las exportaciones de España a Argelia han caído a mínimos con 332 millones (1.021 millones en 2022), al mismo tiempo que las exportaciones –principalmente de gas– han crecido desde los 4.767 millones hasta los 6.442 en dos años. 

En el caso de Marruecos, la situación ha sido inversa, pero no lo suficiente para compensar la caída de Argelia. Las exportaciones desde España a Rabat llegaron a los 12.146 millones de euros en 2023, una mejora del 3,4% y en cuanto a las importaciones, llegaron a los 9.032 millones, un alza del 3,9%. Esto arroja un superávit de 3.113 millones en 2023, apenas 914 millones más que en 2021 y 57 millones más que en 2020.

En este sentido, el balance es claramente negativo para España, ya que ha pasado de un déficit conjunto con Marruecos y Argelia de 680 millones en 2021 hasta los 3.520 millones en 2022 y los 2.980 en 2023. Si el objetivo con el giro al Sáhara era mejorar las relaciones comerciales con Rabat, aun a riesgo de empeorarlas con Argel, la jugada no ha salido nada bien para el Gobierno de Pedro Sánchez.

El problema es que la crisis con Argelia está lejos de solucionarse. La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, reconocía que el comercio con el país no estaba todavía normalizado, pese a algunos brotes verdes puntuales. 

Recordó que en el segundo semestre del año pasado se observaron movimientos de materiales de transporte, buques y también de camiones para, hacia finales de año, detectar la apertura de cierto comercio para animales vivos. Al empezar este año, ha aumentado la exportación de carne roja fresca, pero el resto de sectores siguen paralizados.

Un diagnóstico que coincide con las informaciones publicadas por The Objective tras contactar con empresas que tradicionalmente comerciaban con Argelia. Estas compañías confirmaron a finales de diciembre que pocas cosas habían cambiado y que los intercambios estaban lejos de volver a sus niveles habituales previos al bloqueo.  

Es verdad que se han producido acercamientos entre España y Argelia, pero todavía sin cerrar la crisis como demuestran las cifras de comercio. En noviembre volvió el embajador de Argel a Madrid y en diciembre la patronal argelina recibió al embajador español, Fernando Morán, y comunicó su apoyo a las empresas españolas, abriendo la puerta para normalizar las relaciones económicas entre ambos países.

No obstante, hace un par de semanas, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, canceló a última hora su visita al país por «motivos de agenda argelina» sin tener una nueva fecha para el encuentro. En este viaje se esperaba definitivamente sellar la paz, pero tras esta cancelación todo volvió a quedar en el aire.

Por el contrario, las relaciones con Marruecos pasan por su mejor momento. Y una prueba de ello es la visita relámpago del propio Albares y Pedro Sánchez a Rabat para reunirse con miembros de su Ejecutivo y el rey Mohamed VI

Hace un año, el presidente del Gobierno visitó Rabat, pero no logró mantener una reunión con el monarca, aunque firmaron una serie de acuerdos bilaterales económicos y de cooperación.

En cualquier caso, habría que esperar la reacción de Argelia tras esta visita de primer orden de España a Marruecos, que además se ha producido solo una semana después de que el propio Gobierno de Argel cancelara a última hora el encuentro con el ministro de Exteriores. 

De momento, no se ha reactivado la reunión ni tampoco se han vuelto a conocer movimientos públicos que hablen de una solución al conflicto comercial.

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