miércoles, 10 de septiembre de 2025

Asaja pide al Gobierno de España que corrija la curvatura del espigón de Guardamar del Segura por "seguridad"

 ALICANTE.- Asaja Alicante ha alertado de que el espigón de Guardamar del Segura "crea un efecto tapón" con los sedimentos arrastrados por el río Segura, que "impiden la salida natural al mar en caso de lluvias torrenciales", por lo que ha exigido al Gobierno de España que corrija la curvatura que se opone a la desviación natural para "facilitar el nexo natural desde el norte en caso de temporales".

En el caso de producirse este "efecto tapón", el "riesgo de fuertes inundaciones en todo el cauce y los consiguientes daños humanos, materiales y agrícolas" en los municipios que conforman el llano de la Vega Baja "se agravarían",  según ha informado la entidad agraria en un comunicado.

Por esta razón, ante "posibles inclemencias meteorológicas abruptas", como la dana de 2019 en esta comarca o la de Valencia en 2024, la asociación ha pedido "una solución estructural para garantizar la seguridad de la Vega Baja". En concreto, en San Fulgencio, Dolores, Almoradí, Rojales y Guardamar del Segura.

La entidad ha explicado que el comienzo del dragado del tramo final del cauce viejo del río Segura está previsto a partir del mes de octubre, actuación en la que se retirarán toneladas de lodos, pero la orientación del espigón "no solucionaría el problema de la evacuación ante fuertes precipitaciones", ya que "los sedimentos se acumulan en la desembocadura, lo que eleva las posibilidades de desborde e inundaciones".

De este modo, Asaja Alicante ha señalado que "no se entiende por qué nadie detuvo la construcción, a pesar de existir informes previos del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex)", en concreto uno del año 1987 que "reiteraba que los diques de encauzamiento de la actual desembocadura suponen una barrera notable al tránsito libre de la corriente sólida longitudinal".

Este escrito, ha continuado, "debió ser suficiente para afirmar que el actual espigón agravaría aún más el problema", si bien "el espigón acabó construyéndose entre 1990 y 1994 con una orientación contraria a la del resto del Mediterráneo".

Por su parte, el presidente de la asociación, José Vicente Andreu, ha subrayado que "los agricultores de la Vega Baja viven en una situación de incertidumbre constante tras la dana de 2019 en la que muchos lo perdieron todo".

En este sentido, Andreu ha manifestado que "la inacción política es preocupante y más con lo ocurrido hace escasos meses en Valencia, donde se puso de manifiesto la importancia de la actuación en barrancos e infraestructuras que regulan el agua".

En la misma línea, el presidente de la asociación ha insistido en que "se necesita una solución definitiva y estructural" y ha alertado del "pésimo estado del cauce viejo, invadido por lodos y cañas invasoras", que durante la dana de 2019 "creció hasta más de un metro al estar obstruido por falta de dragado y limpieza por el arrastre de residuos y sedimentos de la red de riego".

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