viernes, 10 de noviembre de 2006

Reflexión sobre cómo engaña el PP


La verdad no está de moda entre las filas populares. Es vista como algo totalmente prescindible, inútil e incluso incómodo. El uso cínico de la mentira al que nos tiene acostumbrado el Partido Popular a partir de prácticas antipolíticas que alimentan un estado permanente de distorsión de la realidad responde a una estrategia perfectamente estudiada por sus expertos de marketing, desarrollada ambiciosamente visto el éxito que ha tenido en otros países como EE.UU.

Por mis estudios de psicología, este tema siempre me ha fascinado, y en mis libros de texto siempre ha ocupado un lugar privilegiado para la reflexión y profundización. Muy a menudo recupero mis apuntes de psicología social y les doy un repaso para refrescarme y recordar que la palabra puede ser más eficaz y puede hacer más daño que una pistola. Es interesante saber como responde la mente humana a un mensaje, cuando este es efectivo, cuando no, el tipo de lenguaje indicado según sea el público, según el nivel cultural de los receptores, así como las más diversas y efectivas técnicas de manipulación y persuasión que se puedan imaginar.

El Partido Popular aplica todos los días aquellos principios que ya entonces un tal Goebbels asentó en los oscuros años de nazismo. Lo de repetir una mentira mil veces hasta que se convierta en verdad está a día de hoy más de moda que entonces. Porque el espejo donde el PP se mira es el Partido Republicano de G. Bush y el ejemplo es que allí, sin un líder preparado, con un discurso falto de contenidos y con una gestión pésima, los neoconversadores se llevaron las últimas elecciones presidenciales contra todo pronóstico.

Porque han sido los republicanos de EEUU los que han estudiado con mayor celebridad e interés, invirtiéndo muchísimo dinero, los mecanismos del voto, las motivaciones de las personas cuando lo ejercen, y cómo los mensajes pueden hacer diana facilmente en el electorado. Una apuesta contundente por ganar a cualquier precio mediante el engaño, la falacia, la confusión y las malas artes con el adversario si fuesen necesarias. La ley del mínimo esfuerzo en definitiva, la elección del camino más corto para llegar a meta dejando de lado cualquier atisbo de ética o moral, porque repito, la verdad no les importa, es como lo demás, un negocio con el que se puede traficar.

Nos tienen tan estudiados que da miedo pensar hasta que punto los ciudadanos podemos caer en las garras de la persuasión con una facilidad pasmosa, indefensos y presos de técnicas mentales de última generación, estudiadas en laboratorio y estudios de campo de cierta importancia. Mi intención hoy queridos lectores es que seais conscientes de las técnicas que emplea el Partido Popular, directamente importadas de la potencia numero uno del mundo, para someter y aborregar a un buen numero de ciudadanos. Porque solo conociendo como actuan, podemos poner coto a sus trampas dialécticas.

Dicen los expertos que los republicanos basan su estrategia en la activación de las estructuras inconscientes, los llamados "frames" palabra traducible como marco, armazón o estructura: una especie de marcos mentales, de metáforas estructurantes de la personalidad, que organizan nuestros modos de pensar y nuestros miedos. Por decirlo de un modo más simple, nuestros prejuicios más básicos, nuestra identidad más primaria. Son aquellas cuestiones que como humanos, nos caracterizan y ante las cuales casi genéticamente solemos responder. Automática y casi irreversiblemente, cuando un mensaje logra activar un frame, poco podemos hacer si no estamos prevenidos, respondemos como simples autómatas.

No importa que se lance un mensaje falaz, subjetivo, desproporcionado, disparatado, nada de eso importa si logra activar un frame dando en la diana de los sentimientos y acertando en el inconsciente colectivo humano. Por muy simple y lamentable que parezca, esto está ocurriendo a día de hoy en la política española a imagen y semejanza de que ocurre en EEUU bajo mandato republicano.

Su acción política tiene un único fin: abastecer de miedo irreal y de inseguridad innecesaria el frame más elemental de sus votantes y de todos aquellos que puedan cazar por el camino. Solemos reirnos con cierto desparpajo, y yo el primero, de las campañas que denuncian que "España se rompe" aquellas que dicen que "el gobierno se rinde a ETA". Pero os puedo asegurar que tienen mucho más impacto del que os imaginais y merecen, si no un respeto, una consideración (o varias).

Muchos direis que eso es exagerado, que no llega la sangre al río, pero quizá formulais este planteamiento en términos erroneos, es decir, "como a mí no me engañan, no creo que engañen a mucha gente". Falso, no apliquemos nuestro rasero a los demás porque la persuasión y la psicología política son temáticas requete-estudiadas. Ellos conocen, porque así lo tienen estudiado, que una parte importante de la sociedad, de nivel cultural medio-bajo, poco dada a informarse, a leer prensa, sin inquietudes, vota por criterios vacilantes, de subjetividad acuciante, por una mera cuestión de que tal candidato despierte simpatía, seguridad o confianza.

Así ganó Bush, por dar sensación de fortaleza, de seguridad, de ser alguien que no vacila y que sería capaz de llenar el mundo de bombas atómicas con tal de defender la patria. A eso se pretende jugar desde Génova. Pintar un país caótico que solo puede salvarse en manos de alguien recto, duro y sin miramientos: su candidato.

Aquí en España mucha gente se mueve en esos parámetros que os comentaba a la hora de votar. Más de lo que nos imaginamos. Gente que ve manifestaciones de las victimas del terrorismo y automáticamente llega a la conclusión de que "si se manifiestan con todo su dolor, será que el gobierno está cediendo en algo, quizá tengan razón".

Nosotros, por nuestra ideología, simpatía o conocimiento sabemos que esto objetivamente es incierto, pero el frame profundo sigue siendo machacado constantemente y por relevos: empieza Zaplana, continua Acebes y remata Rajoy.

Todo junto a un ruido mediático organizado minuciosamente desde los mass media afines, léase La Cope o El Mundo y complementado por colectivos como el de las victimas que activan frames de "solidaridad" "empatía" o "apoyo incondicional". Infundir miedo, desconfianza en las instituciones, pintar al rival político como bobo, como débil, para después vender que lo que este país necesita es fortaleza y mano dura y que la dureza de Rajoy está más que justificada.

Su acción política tiene también un único argumento: "Nosotros somos los únicos defensores verdaderos de España, cualquier Gobierno que no sea el nuestro o político que no seamos nosotros hace daño a España". ¿Qué importa mentir? ¿Qué importa que la democracia se resienta? ¿Qué importa que la convivencia se vaya al carajo? ¿Qué importa que sufra el Estado de Derecho? Todo vale, todo está permitido, no hay límites, así lo aprendieron de los que ganaban comicios montando escándalos sexuales al presidente de turno. La verdad no importa porque no es imprescindible para llegar a la victoria.

Porque aunque no somos tontos, ni digo que lo seamos, un catedrático puede perfectamente caer en las redes de esta gente si no toma conciencia de las intenciones del emisor y si el mensaje es lanzado bajo una serie de premisas. Aquellos que día a día se topan y tienen la responsabilidad de rebatir los argumentos de la bancada popular deberían estudiar estas cosas para no caer en la trampa.

Para los Rajoy, Acebes o Zaplana se trata de recuperar el poder al precio que sea. En una sociedad líquida, frágil, esto es especialmente rentable, aunque sea repugnante, reaccionario y nada indicado para favorecer el fortalecimiento democrático de la sociedad española. Sus cartas están claras. Nada de lo que nos importa a la mayoría preocupa seriamente a estos extremistas que hoy dirigen el Partido Popular. Ni la convivencia ni el futuro ni poner en riesgo las reglas del sistema democrático que tanto luchamos por construir. Se sirven de todo: del terrorismo, de la Justicia, del Ejército, del debate territorial, de la enseñanza de nuestros hijos, de la religión, del trabajo, de la economía, del medio ambiente, de la guerra y de la paz.

Lo más peligroso de todo este asunto, es que el gobierno, el partido socialista y los grupos progresistas del Congreso no son capaces de contrarrestar estas eficaces técnicas de persuasión. Las ridiculizan, se autoconvencen de que la gente no es tonta, se ciñen a que el contenido del mensaje es irreal, y santas pasquas, a mirar para otro lado; aunque solo fuese por higiene democrática y por limpiar el polvo de la clase política, deberían prestar más atención a estas cuestiones. No se puede dejar mano ancha al "todo vale", como mínimo hay que denunciarlo, pero claro, sabiendo denunciarlo.

Ellos llevan a la práctica con brillantez una serie de premisas que todos podemos ver en cualquier cara a cara o debate entre candidatos. Ellos son los que usan un tono más fuerte, para dar la impresión de sólidez y convencimiento en su discurso. Ellos son los que más ironizan, los que más se burlan de la posición del rival que casi siempre mantiene las formas porque tiene otro talante. Ellos pierden las formas, pero no de cualquier manera; lo justo para darnos la impresión de que el oponente está diciendo disparates; incluso pueden permitirse de gastarles una "coña" para desviar el debate cuando les interesa un tiempo muerto.

Interrumpen sistemáticamente para poner nervioso al rival, llaman la atención del moderador para mostrarse victimas y hacer ver que el oponente no cumple el reglamento. Cuidan sus gestos hasta el milímetro. Todo esto unido, a los ojos de un espectador imparcial, sin ideología, sin preferencias, resulta mucho más atractivo. Hay formas de combatir estas trampas dialécticas sin ponerse a su altura, nadie propone que un debate se convierta en una pelea de gallos.

Ejemplos de "frames" utilizados por el PP, vamos allá para que quede bien claro. A los ya comentados de la unidad de España y la rendición a los asesinos de ETA, algunos más. Por ejemplo esa insistencia machocona de repetir hasta la saciedad (esta es una ténica basica que se llama "disco rayado") que Zapatero es amigo y aliado exclusivo de Castro y Hugo Chavez y que hemos pasado de ser aliados de la primera potencia mundial a darnos palmaditas con dictadores. "No somos nadie en el exterior porque nadie nos quiere ni nos hace caso". Aquí introducen un recurso patético pero efectivo, la ridiculización del político, por ejemplo, llamar a Moratinos "Desatinos". Hoy en día, hay casí más gente que conoce a nuestro ministro por lo segundo que por su apellido real.

Otro frame, muy de moda y más rentable todavía, es la utilización del frame "solidaridad" para justificar una política hídrica basada en los trasvases, aunque estos sean irracionales económica y medio ambientalmente y respondan a oscuros intereses urbanísticos más que a una sincera preocupación por los agricultores. Hoy en día todavía recogen los gobiernos populares de Murcia y Valencia los frutos de severas y machaconas campañas del Agua para todos por todo Levante, aunque eso suponga insultar y enfrentarse con otras comunidades, aquí tampoco importa el precio a pagar; "Carod Rovira nos quiere secar o todo para los catalanes", un frame complementario llamado "catalanofobia" y sobre el que no hace falta hablar. Quien no se pliegue a esas condiciones, no solo es tachado de insolidario, si no que por ejemplo, un murciano que se opone al trasvase del Ebro es automáticamente apartado y tachado de "antimurciano".

"Ellos son los malos, los catalanes, los aragoneses, a por ellos"; una forma muy inteligente de trasladar el foco de atención de la gente hacia el exterior para poder hacer lo que a uno se le antoje de puertas hacia dentro; luego nos extrañamos de los niveles de corrupción de Valencia, Alicante, Murcia, pero la realidad es que la gente, hipnotizada por un mensaje de defensa ante supuestos enemigos (ya se encargan ellos de decir quienes son), todo condimentado con un nacionalismo hidráulico bastante paleto, no ha controlado la gestión de sus gobernantes y así, muchos corruptos así han podido meter la mano con toda tranquilidad y enriquecerse con la absoluta tolerancia de unos habitantes que miran para otro lado. ¿Me equivoco o no?

Me podría explayar mucho más en el tema. Mis conocimientos me lo permiten pero no quiero ser pesado. Una de las motivaciones que me llevaron a abrir este blog fue contrarrestar y desenmascarar las técnicas persuasivas del PP. Porque yo sé perfectamente como romper ese discurso, como evitar que activen frames y en su caso, activar contra-frames (otros frames que desactivan uno anterior).

Habrá muchas personas, expertos, más instruidos que yo seguro, que deberían tener despacho en Ferraz, en La Ser o en cualquier medio interesado en desenmascarar las malas artes de la derecha mediática. No os quepa duda que un buen aparato de comunicación y unos buenos asesores pueden obrar milagros, incluso que un ex-alcohólico que cree hablar con Dios por las noches dirija el mundo.Ojalá este escrito sea leído por algún político del PSOE y lo tenga en cuenta, le de valor y ponga sobre la mensa de los compañeros esta humilde reflexión.

Es esencial que Zapatero se rodee de los mejores psicólogos, sociólogos, expertos en markenting y asesores y que la política de comunicación tenga la importancia que se merece, ni más, ni menos. Casi todo está estudiado y está en los libros, no es tan difícil. Hace un año circuló por todas las agrupaciones socialistas un documento que trataba de instruir a los cargos para comunicar eficientemente y llegar al electorado, todo ello junto con una serie de consejos para una buena labor política. Eran insuficientes, superficiales, y además, no se han aplicado porque la iniciativa provocó más cachondeo que otra cosa. Cuidado con las formas, que nos guste o no, son tan o más importantes que el contenido.

http://lasombradeaznar.blogspot.com

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