ALICANTE.- El matador de toros Miguel Ángel Perera, sustituto del todavía convaleciente José Tomás, ha triunfado rotundamente en la 5ª corrida de la Gran Feria de San Juan y San Pedro, cortando tres orejas y resultado herido de gravedad en el muslo interior izquierdo por afectar a vena safena. Perera ha causado una gran impresión en sus dos toros ante un público expectante, que llenó por completo esta tarde el coso alicantino.
Según el parte médico facilitado al filo de las nueve y media de la noche, "Miguel Ángel Perera sufre una herida envainada en el triángulo de escarpa izquierdo con afectación a la vena safena interna y con hematoma a tensión. Pronóstico grave. Fue operado de urgencia en la enfermería de la plaza y trasladado a la Clínica del Perpetuo Socorro", donde quedó ingresado en espera de una rápida recuperación que le permita reaparecer el próximo lunes día 23, junto a Pepín Liria y El Cid, en el penúltimo festejo taurino de las Hogueras 2008 . La empresa no se ha llegado siquiera todavía a plantear su sustitución, según su gerente Ignacio Lloret.
Con lleno hasta la bandera, hoy se han lidiado toros de Las Ramblas, bien presentados y nobles. Luis Francisco Esplá, palmas y ovación. Sebastián Castella, silencio tras dos avisos y ovación con saludos tras otro aviso. Miguel Ángel Perera, dos orejas y oreja tras resultar herido y matar al toro, también tras tres avisos.
En el primero, Luis Francisco Esplá animó el comienzo con unas chicuelinas. El toro, negro, de 525 kilos y magnífica estampa, se cayó tras la vara porque de salida ya se vió que flojeaba de remos. En el más clásico estilo de la casa colocó Esplá el primer par de banderillas, el segundo con auxilio del capote de un peón de brega, y el tercero quedó algo trasero. Recibió aplausos. Con la muleta dió pases desde el estribo pero recibió pitos ante la flojedad creciente de la res. El toro hincaba el morro casi en cada pase aunque embestía. Una tanda de naturales arrancó aplausos y olés. Luego, pitos de nuevo.
Alguna merma de facultades ya acusa Bambino a sus 51 años. Realizó su faena en el sol, medios del 7 y el 8. Intento adornarla y logró una estocada poco profunda. Acudió al descabello y el toro fue pitado en el arrastre.
En el cuarto, "Meloso", un "colorao" de 523 kilos, inició faena con el capote. El toro aguantó la vara y se mostró luego desconfiado pero bravo. Esplá sacó su repertorio y logró música durante las banderillas como líder indiscutible en esta suerte. Pero "Meloso" acusaba cierta flojedad y se le cayó tras el segundo par. Luego, con cierto lucimiento, dió pases por arriba y arrancó varios olés a su mejor público, el de su tierra, tras hacerle algunas concesiones tolerables. Algo pasado de fecha ya, intentó hacer algo más pero al toro le costaba. Lo igualó en medios del 7 y logró doblarlo de media estocada algo trasera. Aplausos y pitos.
En el segundo, el francés Salvador Castella, comenzó midiendo con el capote al primero de su lote, "Júpiter", de 504 kilos, tricolor (blanco, negro y rojizo), bien presentado aunque también flojeaba de remos. Entró con fuerza al caballo pero sólo recibió una vara. Luego, Castella, se volvió a estirar con el capote antes de que su cuadrilla colocase tres pares de banderillas en todo lo alto, que el toro acusaba, y que fueron muy aplaudidas.
En el centro del ruedo, Castellá logró una tanda de pases bien recibidos por el respetable antes de citar de lejos e hilar una serie de naturales. Le encontró al toro su embestida por el pitón izquierdo. Luego asomó peligro y lo desarmó por prolongar la faena. Pero siguió dando pases de espaldas y lo apuró porque embestía, hasta recibir dos avisos por intentar agradar al público. Uno antes de entrar a matar de un pinchazo y después de algo más de media estocada con pitos. Por tres veces tuvo que utilizar el estoque de cruceta.
En el quinto, "Ilimitado", 545 kilos, Castellá salío en busca de trofeos. Pronto flojeó el toro y el público comenzó a pitar. Una vara y el maestro pidió el cambio. Sin embargo, nada objetó a tres pares de banderillas. Después lo toreó por ambos pitones y recibió aplausos. Falló con la espada al ponerlo en suerte. Primero, dos pinchazos y un aviso, luego media estocada y acabó con él entre pitos.
En el tercero, Miguel Ángel Perera, un torero que todavía está cuajándose, logró una de las mejores faenas en lo que va de feria, a "Defensivo", un negrote de 499 kilos, al que toreó de capa. Al igual que sus hermanos, flojeaba de los cuartos delanteros, entró y salió del caballo para recibir una sola vara, y arrancaba de lejos. Lo toreó por el pitón derecho en el centro del ruedo y la aliñada faena ya apuntaba cuando recibió una ovación cerrada, que luego quedó desbordada cuando como broche logró una magnífica estocada, que resultó mortal de necesidad, y que provocó en los tendidos una masiva petición de oreja a la que accedió por dos veces el exigente presidente Javier Zurita. El diestro, ovacionado de nuevo, dió la vuelta al ruedo mientras su rival era aplaudido en el arrastre.
En el sexto, quien acudió esta vez como sustituto de José Tomás, se enfrentó a un toro corretero, al que no se quiso picar, y que tenía lapsus. Luego, sus subalternos no estuvieron bien en banderillas y el toro se le iba a Perera. Intentó fijarlo y darle bastantes pases. El público, con el antecedente del tercero, aguantó bien hasta el final de la faena, para aplaudirle. La alargó en exceso y un toro ya muy enseñado lo enganchó con el pitón derecho, hasta seccionarle una vena clave. Mató de una estocada profunda y muy colocada, y ya que no pudo dar la vuelta al ruedo ni salir por la puerta grande, fue llevado a hombros hasta la enfermería mientras el presidente concedía otra oreja a petición de los aficionados y el toro recibía pitos por sus trazas de manso.
(En la foto de Miguel López, el triunfador de la tarde es llevado a hombros camino de la enfermería de la plaza)
Con lleno hasta la bandera, hoy se han lidiado toros de Las Ramblas, bien presentados y nobles. Luis Francisco Esplá, palmas y ovación. Sebastián Castella, silencio tras dos avisos y ovación con saludos tras otro aviso. Miguel Ángel Perera, dos orejas y oreja tras resultar herido y matar al toro, también tras tres avisos.
En el primero, Luis Francisco Esplá animó el comienzo con unas chicuelinas. El toro, negro, de 525 kilos y magnífica estampa, se cayó tras la vara porque de salida ya se vió que flojeaba de remos. En el más clásico estilo de la casa colocó Esplá el primer par de banderillas, el segundo con auxilio del capote de un peón de brega, y el tercero quedó algo trasero. Recibió aplausos. Con la muleta dió pases desde el estribo pero recibió pitos ante la flojedad creciente de la res. El toro hincaba el morro casi en cada pase aunque embestía. Una tanda de naturales arrancó aplausos y olés. Luego, pitos de nuevo.
Alguna merma de facultades ya acusa Bambino a sus 51 años. Realizó su faena en el sol, medios del 7 y el 8. Intento adornarla y logró una estocada poco profunda. Acudió al descabello y el toro fue pitado en el arrastre.
En el cuarto, "Meloso", un "colorao" de 523 kilos, inició faena con el capote. El toro aguantó la vara y se mostró luego desconfiado pero bravo. Esplá sacó su repertorio y logró música durante las banderillas como líder indiscutible en esta suerte. Pero "Meloso" acusaba cierta flojedad y se le cayó tras el segundo par. Luego, con cierto lucimiento, dió pases por arriba y arrancó varios olés a su mejor público, el de su tierra, tras hacerle algunas concesiones tolerables. Algo pasado de fecha ya, intentó hacer algo más pero al toro le costaba. Lo igualó en medios del 7 y logró doblarlo de media estocada algo trasera. Aplausos y pitos.
En el segundo, el francés Salvador Castella, comenzó midiendo con el capote al primero de su lote, "Júpiter", de 504 kilos, tricolor (blanco, negro y rojizo), bien presentado aunque también flojeaba de remos. Entró con fuerza al caballo pero sólo recibió una vara. Luego, Castella, se volvió a estirar con el capote antes de que su cuadrilla colocase tres pares de banderillas en todo lo alto, que el toro acusaba, y que fueron muy aplaudidas.
En el centro del ruedo, Castellá logró una tanda de pases bien recibidos por el respetable antes de citar de lejos e hilar una serie de naturales. Le encontró al toro su embestida por el pitón izquierdo. Luego asomó peligro y lo desarmó por prolongar la faena. Pero siguió dando pases de espaldas y lo apuró porque embestía, hasta recibir dos avisos por intentar agradar al público. Uno antes de entrar a matar de un pinchazo y después de algo más de media estocada con pitos. Por tres veces tuvo que utilizar el estoque de cruceta.
En el quinto, "Ilimitado", 545 kilos, Castellá salío en busca de trofeos. Pronto flojeó el toro y el público comenzó a pitar. Una vara y el maestro pidió el cambio. Sin embargo, nada objetó a tres pares de banderillas. Después lo toreó por ambos pitones y recibió aplausos. Falló con la espada al ponerlo en suerte. Primero, dos pinchazos y un aviso, luego media estocada y acabó con él entre pitos.
En el tercero, Miguel Ángel Perera, un torero que todavía está cuajándose, logró una de las mejores faenas en lo que va de feria, a "Defensivo", un negrote de 499 kilos, al que toreó de capa. Al igual que sus hermanos, flojeaba de los cuartos delanteros, entró y salió del caballo para recibir una sola vara, y arrancaba de lejos. Lo toreó por el pitón derecho en el centro del ruedo y la aliñada faena ya apuntaba cuando recibió una ovación cerrada, que luego quedó desbordada cuando como broche logró una magnífica estocada, que resultó mortal de necesidad, y que provocó en los tendidos una masiva petición de oreja a la que accedió por dos veces el exigente presidente Javier Zurita. El diestro, ovacionado de nuevo, dió la vuelta al ruedo mientras su rival era aplaudido en el arrastre.
En el sexto, quien acudió esta vez como sustituto de José Tomás, se enfrentó a un toro corretero, al que no se quiso picar, y que tenía lapsus. Luego, sus subalternos no estuvieron bien en banderillas y el toro se le iba a Perera. Intentó fijarlo y darle bastantes pases. El público, con el antecedente del tercero, aguantó bien hasta el final de la faena, para aplaudirle. La alargó en exceso y un toro ya muy enseñado lo enganchó con el pitón derecho, hasta seccionarle una vena clave. Mató de una estocada profunda y muy colocada, y ya que no pudo dar la vuelta al ruedo ni salir por la puerta grande, fue llevado a hombros hasta la enfermería mientras el presidente concedía otra oreja a petición de los aficionados y el toro recibía pitos por sus trazas de manso.
(En la foto de Miguel López, el triunfador de la tarde es llevado a hombros camino de la enfermería de la plaza)
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