miércoles, 18 de junio de 2008

Los murcianos no se fueron defraudados/ Currito de la Vega – (3ª de la Feria de San Juan y San Pedro)

ALICANTE.- 3ª Corrida de la Feria de San Juan y San Pedro.- Algo menos de media entrada (jugaba la selección española de fútbol en Austria).- Toros de Parlade, de Portugal, con muy buena presencia y casta indiscutible. Embestían por bravos y por tener un justo peso. Y uno de Juan Pedro Domecq, el primero, mucho más cargadito. El presidente no concedió orejas, sólo una vuelta al ruedo en su afán de compadecer a este público con el vigente reglamento taurino, paso a paso y no dejándose llevar de una generosidad mal entendida. Tarde muy agradable y ya algo más ambientada, sin llegar todavía a aflorar su glamour característico. Los tendidos de sol siguen vacíos pese a una temperatura algo fresca. Bastantes niños menores de diez años en las gradas (?). Muchos murcianos para ver a Pepín Liria, comenzando por la familia Bernal-Barnuevo en la mejor barrera y en el callejón. No se volvieron defraudados.

Pepín Liria tuvo suerte con su primero, “Sigiloso”, un sobrero de Domecq de 572 kilos, azafranado y arrollador. Con empaque, como los de antes. El ceheginero lo midió con gran entusiasmo del público, mucho venido de la región vecina para ver a su ídolo. No les defraudó porque fue él quien salvó la corrida casi en solitario. El picador envaró al astado jerezano hasta la médula y el diestro pidió el cambio de tercio aunque la verdad es que empujaba aunque flojeaba de remos. Mal en banderillas al clavar una en el costado del animal.

Muy torero en su lidia, Pepín Liria hiló con maestría una faena muy bien aliñada con todo tipo de capotazos y muletazos. Su fiel público vio lo que esperaba de él porque ofreció un espectáculo torerísimo, que diría el maestro Benlloch, llevando al toro a su paso, por lo que recibió aplausos.

Pese a que el toro comenzó a desarrollar sentido, seguía humillando y Liria apuró la faena ante el clamor de peticiones desde las gradas, porque se encontraba a gusto con lo suyo y con los suyos detrás. Supo a poco. No tuvo suerte con la espada pese a una media estocada muy bien colocada porque tuvo que descabellar tras buscar el toro las tablas. El toro cumplió y fue aplaudido en el arrastre.

En el cuarto, ya de Parlade, “Marujo”, de 510 kilos y también colorado ojo de perdiz, recogido de cuerna y con unos considerables cuartos traseros, Liria brindó al público y fiel a su estilo citó de rodillas y arrancó aplausos y entonces sacó todo su repertorio hasta conseguir el olé que nunca debe faltar. Intento repetir su faena anterior pero el ejemplar no ayudaba tanto aunque al caballo entró de miedo, hasta recibir dos varas y dos pares de banderillas. El maestro, desafiante ante el toro, templó y mando, como dicen los clásicos. Incluso adornó su faena antes de estoquear, hasta el punto de que recibió un aviso. Logró una buena estocada, incluso aplaudida, pero perdió la oreja al tener que dar cuatro pinchazos y dos descabellos a una ruina amorcillada

Juan Bautista, con un estilo impecable, valiente y entregado en su primero, “Diceclaro”, 513 kilos, negro y también abierto de cuerna, realizó una faena muy bien diseñada, pausada y artística. La música de pasodoble hizo lucir aún más esa entrega del diestro. El toro también entró con fuerza al caballo, fue aplaudido en los tres pares de banderillas, muy bien colocadas por cierto, pero que acusó. Dobló de una estocada limpia y certera, por lo que Juan Bautista saludó desde los medios y recibió aplausos.

Al quinto, “Feudal”, 522 kilos, lo aguantó sin vara. Flojeaba de remos, era algo trotón y el torero solicitó el cambio de tercio. Ya acusó los dos primeros palos de los seis que recibió. Juan Bautista estuvo mejor en el segundo porque a este no le pudo sacar tanto partido. El reconocimiento a su empeño y esfuerzo lo recompensó el respetable con el tan agradecido olé. Aunque a la hora de matar, no había forma de igualar, cuando el diestro fijó a su enemigo lo clavó por el ojo de las agujas, que diría el maestro Fernández Román. Entre fuertes aplausos se pidió la oreja aunque el presidente solo concedió que diese la vuelta al ruedo por el buen sabor que dejó a la afición alicantina.

En el tercero, “Decidor”, 505 kilos y, como sus hermanos, abierto de cuerna, Matías Tejela consiguió comunicar con él dentro de otro estilo de torear. Recibió una buena vara y se cayó también en banderillas. La música no hizo pasar por alto el tipo de faena que Tejela no consiguió armar por más que lo intentó hasta casi agotar los tiempos con un fuerte dominio de la situación en el ruedo aunque estuvo a un tris del puntazo. Pese a una estocada algo desprendida, mató de un descabello.

El sexto, “Belicoso”, 550 kilos, e igualmente castaño, resoplaba como un búfalo. Desarmó a Tejela del capote. Una sola vara y cerrando plaza. En banderillas, cuatro mal puestas y dos en su sitio. Varias tandas de pases en redondo terminaron por agotar al toro. Pero el público aguantó hasta el final en espera de que, con la música, Tejela, voluntarioso, lograse hacer faena. Tras los aplausos, comenzó a desfilar tras el primer pinchazo de tres y un meteisaca. No pudo rematar sino con tres descabellos.

Al menos los murcianos se fueron conformes y contentos. El resto, en espera de mejor tarde.

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