lunes, 8 de septiembre de 2008

Elche y la crisis económica / Enrique Esquitino

Lo correcto políticamente no es servirse de las palabras para expresar la realidad, sino para esconderla; el lenguaje no se usa para entenderse, sino para faltar a la verdad o inducir a error». (Manuel Olivencia).

Ya tenemos aquí la crisis. Antes de las vacaciones parece que no era ésta la situación. Por lo menos el periodo de descanso político, que no empresarial, ha servido para que nuestros representantes políticos se olviden de torcer las palabras, que no los hechos, en contra de una realidad que ya era plenamente asumida y descontada por nuestra sociedad.

Con retraso, se están poniendo el traje de trabajo y nos esperan medidas de todo signo. Nuestro Ayuntamiento que había aprobado en el mes de julio el Plan de Dinamización Económica, ya anuncia su inmediata puesta en marcha, con medidas como la creación de una Agencia de promoción Económica y de Empleo, la ampliación de suelo en el Parque industrial, varios proyectos estratégicos y acometer obras de entidad en infraestructuras básicas, que dice bastante de su interés en poner su granito de arena en aras a paliar este conflicto socioeconómico que nos aprieta.

Leo con interés las declaraciones de Alejandro Pérez y Rafael Calvo, vertidas en este periódico en los últimos días. Elche está en una incertidumbre complicada: El calzado, nuestro sector industrial bandera, no ha terminado de resolver su crisis estructural. Continúan todavía, en un número considerable, empresas con una situación de solvencia financiera que sigue empeorando día a día, agravada de manera importante por la actitud de las entidades financieras. Nuestras empresas no tienen la dimensión adecuada, están imposibilitadas de obtener recursos propios o ajenos, y además no se deciden a tomar decisiones. Su número es importante, y su destino decidirá la calidad de vida en nuestro pueblo para los años venideros.

¿Y qué hace el Gobierno para intentar suavizar la crisis, y sobre todo para modernizar este país para el futuro? Miren ustedes, en mi opinión muy poco, y deseo equivocarme en las semanas venideras. Aquí en nuestro país, con diecisiete gobiernos autonómicos, diecisiete mercados desiguales con regulaciones de competencia distinta, y que cuando una mercancía viene del vecino comunitario, a escasos cientos de metros, se le denomina sin ningún rubor aparente importación de productos, es que, oiga, algo no funciona, y para esto no sé si alguna rama de la ciencia tiene solución, quizás la psiquiatría, pero cosas así deben solucionarse ya que resultan inaprensibles.

Todos los centros de estudios económicos, las organizaciones y lobbies de opinión social y empresarial han avanzado la serie de recetas que ayudarían a mejorar nuestra estructura económica, y coinciden todos en el núcleo más reseñable de las mismas, haciendo todos ellos hincapié en la necesidad de establecer un gran Pacto de Estado, al objeto de conseguir su eficaz puesta en marcha y eficacia de las mismas. Enumero algunas de ellas: reforma del Mercado de Trabajo, con adaptación propia del concepto de flexiseguridad, adaptando las subidas salariales a incrementos efectivos de productividad, y, control del absentismo laboral (hemos pasado en los últimos cuatro años del 4% al 6% de absentismo, con gran disparidad entre Comunidades ya que Andalucía tiene actualmente un 12%). Hacer frente a un modelo energético de futuro, sin denostar a priori ningún tipo de energía. Mejora de la Educación, tanto en calidad aportando mayor presupuesto, como buscando su infiltración con el mundo del trabajo que espera al estudiante a la finalización de sus estudios; y establecimiento de una formación continua. Simplificación y coordinación legal entre las diversas Administraciones, evitando la fragmentación del mercado, y esquivando la postura frívola que se pude producir, que una vez inmersos en un mercado europeo único, aquí se producen 17 normativas distintas para el mismo tema. El resto de asuntos dentro de estas prescripciones es muy amplio, pero lo dejamos aquí y sirva estos ejemplos de botón de muestra.

Nuestro Ayuntamiento observo que hace lo que puede dentro de su escaso poder de resolución, pero hay algo que deja de hacer, o por lo menos yo lo desconozco, y es que debería elevar a las administraciones de rango superior su preocupación por la carencia de medidas que preparen a este país para salir de su somnolencia atávica y del caos autonómico. Que Ud. y el que firma este artículo tengamos suerte.

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