jueves, 2 de octubre de 2008

Un psicópata ex presidiario es el presunto autor del asesinato de la lencera

ALICANTE.- El zaragozano José Carlos Marín Biota, conocido como el psicópata de las papelerías por varios homicidios frustrados, fue detenido en Alicante como presunto autor del asesinato de la propietaria de una tienda de lencería.

La Guardia Civil arrestó al hombre, de 43 años, de madrugada, cuando se dirigía hacia el cuartel de la localidad alicantina de El Campello, donde actualmente reside. Al presunto homicida le acompañaba en ese momento su padre, quien parece que pudo informar de lo sucedido a la Policía.

Los hechos que ahora se imputan a José Carlos Marín Biota ocurrieron el martes por la noche en la tienda "Pikardías", situada en pleno centro de Alicante. El cadáver de la víctima, de 56 años, fue encontrado por su propio marido, quien se acercó al establecimiento porque no podía contactar con ella a través del teléfono. Al llegar allí, descubrió el cuerpo sin vida de la mujer, que yacía en el suelo del establecimiento sobre un gran charco de sangre.

Cuando los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron cargo del detenido, vieron que tenía varias lesiones de defensa. Los investigadores del crimen creen que estas heridas podría habérselas producido la víctima en un intento infructuoso de salvar su vida.

Según informaron fuentes de la Comisaría Provincial de Alicante, se da la circunstancia de que el presunto asesino había salido del Hospital Psiquiátrico de Fontcalent hacía solo cuatro meses. Él ingresó allí por un apuñalamiento cometido en Zaragoza en abril del año 2000, del que fue víctima la dependienta de una papelería. No consiguió matarla, pero la sometió a un auténtico martirio.

Este ex recluso del Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, que llevaba en libertad desde el mes de mayo, es el presunto asesino de la comerciante del centro de Alicante. El propio agresor lo confesó así a su padre sólo unas horas después del crimen, perpetrado el martes por la noche en el interior de una tienda de lencería y artículos eróticos llamada Pikardía, en Reyes Católicos.

El progenitor se puso en contacto con las fuerzas de seguridad, lo que permitió comprobar la veracidad del relato de su hijo, que fue apresado por la Guardia Civil antes de la 1.30 de la madrugada en El Campello, donde reside el arrestado.

El homicidio trascendió pasadas las once de la noche, cuando el marido de la víctima, alarmado por lo que tardaba en volver a casa, se presentó en el establecimiento y encontró a su mujer tendida en el suelo en medio de un gran charco de sangre. Él mismo alertó del suceso con una llamada al 091 del Cuerpo Nacional de Policía.

La fallecida, identificada como Dolores R.C.P., más conocida como Loli o Remedios, tenía 56 años y era vecina de Monóvar, según confirmaron fuentes cercanas al caso. Todo hace pensar que su muerte fue fruto del azar. Le podía haber tocado a cualquier otra persona.

El presunto agresor, J.C.M.B., de 43 años, padece esquizofrenia y fue condenado a doce años de internamiento psiquiátrico en un centro penitenciario por intento de homicidio, entre otros delitos.

Entró al comercio, situado en el número 6 de Reyes Católicos, cuando la encargada se encontraba sola. Supuestamente utilizó un cutter para atacar a la mujer, que forcejeó con él y opuso una fuerte resistencia, según revelan las heridas que padeció ella y que presenta el detenido.

El Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de Alicante aún no ha establecido un móvil claro del crimen, puesto que no había quedado acreditado que se hubiese producido un robo. Sin embargo, dados los antecedentes de J.C.M.B., que incluyen delitos contra el patrimonio, no se descarta esta posibilidad.

El supuesto asesino confesó a los agentes que arrojó el arma homicida a un contenedor de basura antes de marcharse a su casa. Los especialistas de la Comisaría Provincial revisaron todas las unidades de depósito de desechos próximas a Pikardía, pero no consiguieron localizar el objeto cortante. Ello a pesar de que volvieron a registrar a fondo la tienda de lencería y también el piso donde reside el arrestado.

La autopsia deberá determinar cuándo se produjo la agresión mortal, puesto que el propio homicida asegura que los hechos tuvieron lugar durante la tarde. Eso quiere decir que el cuerpo sin vida de Loli permaneció tirado en el suelo, como mínimo, unas pocas horas. Desde la calle, a pesar de ser muy concurrida, nadie se percató de nada o, al menos, nadie alertó sobre ninguna circunstancia que hubiese resultado extraña.

Rebasada la hora en la que habitualmente regresaba ella a casa, el marido de la fallecida intentó contactar con Loli por teléfono. Preocupado y cansado de no obtener respuesta, decidió desplazarse él mismo hasta la sede del negocio.

En cuestión de minutos, las inmediaciones del local se llenaron de unidades policiales. En la zona se personaron funcionarios del Grupo de Delincuencia Violenta, quienes se hicieron cargo de las investigaciones.

No hubo lugar a demasiadas pesquisas, puesto que poco después se recibió la llamada de un vecino de El Campello que aseguraba que su hijo le acababa de contar que había matado a una comerciante en Alicante.

La magistrada del Juzgado de Instrucción 3 se personó, junto con el resto de los miembros de la comisión judicial, en el establecimiento. Tras una minuciosa inspección ocular, autorizó el levantamiento del cadáver de Loli poco antes de las dos de la madrugada.

De forma paralela, una patrulla de la Guardia Civil arrestó al presunto homicida, que fue trasladado al cuartel de El Campello, hasta que agentes de la Comisaría Provincial asumieron su custodia y posterior conducción a los calabozos de la calle de Médico Pascual Pérez.

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