Sarkozy espera reunirse con los directivos bancarios el 25 de agosto, tras el primer consejo de ministros tras las vacaciones estivales, dijo su oficina en una declaración.
Los banqueros se reunieron en la oficina del primer ministro para intentar asegurar al gobierno que el plan de bonificaciones se atendrá a las directrices acordadas en la reunión del Grupo de los 20 en Londres.
El debate de las bonificaciones en Francia reapareció esta semana tras un artículo aparecido en el diario izquierdista Liberation según el cual BNP Paribas destinó 1.000 millones de euros para compensar a los 17.000 empleados de su división de banca corporativa y de inversiones, unos 59.000 dólares por empleado.
El líder de la oposición socialista, Martine Aubry, consideró la suma un "escándalo" tras la utilización de miles de millones de dólares del erario para rescatar a los bancos durante la crisis financiera.
Los seis bancos más importantes de Francia, incluyendo BNP Paribas y Societé Generale, recibieron parte de los 360.000 millones de euros destinados por el gobierno para rescatar a la banca, de los que 320.000 millones de euros fueron destinados a garantizar créditos de dudoso pago.
Sarkozy había prometido que no serían pagadas bonificaciones en el 2009 en los bancos beneficiarios de ayuda estatal.
El debate refleja la indignación pública surgida en Estados Unidos, donde la Cámara de Representantes protestó el pago de bonificaciones a los ejecutivos de bancos y empresas que recibieron fondos del erario, y decidió la semana pasada limitar los salarios de los ejecutivos de Wall Street y sus empleados.
En la reunión cimera del G-20 en abril, los dirigentes mundiales acordaron que los bancos deberían asegurarse que "sus estructuras de compensaciones son consistentes con los objetivos a largo plazo de las firmas y la prudente adopción de riesgos".
Agregaron que esos pagos no deberían ser efectuados a corto plazo cuando los riesgos corren a largo plazo.
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