Las hijas del regidor apuntaron directamente a Juan Cano, todavía alcalde del PP, encarcelado por la juez por su presunta implicación en el compló para este crimen. Cano llevaba tiempo sometiendo a Ponsoda a un calculado maltrato psicológico, con insultos incluidos, según explicaron las hijas, que recordaron que Ponsoda estaba "intranquilo", pero pensaron que era por su carácter reservado y por la muerte de su madre.
"Mucha gente tenía miedo de Cano, pero de eso nos hemos enterado tras su detención", afirmaron antes de calificar a Cano de "hipócrita y falso" porque no pidió que se investigara a fondo el crimen de su padre hasta que él estuvo en el punto de mira. Las hijas se quejaron de la indiferencia con la que trató el Ayuntamiento a la familia Ponsoda, a excepción de la actual alcaldesa en funciones, María Dolores Zaragoza, y cargaron contra la actitud que tuvo el alcalde, Juan Cano.
La familia de Ponsoda ha mantenido en estos dos años contactos esporádicos con agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y siempre se ha sentido arropada en la investigación. No tanto por "la actitud fría" del consistorio. María Ponsoda deslizó que el objetivo parecía "borrar" a su padre "del planeta", y agregó: "No nos han respetado". Y como ejemplo recordó que tras ir al entierro de su padre, Cano y el concejal de Turismo, Joaquín Montiel, se fueron de comida con dos trabajadores del Ayuntamiento. Antes, impidieron que algunos funcionarios salieran con media hora de antelación de su trabajo para asistir al funeral.
"Pensábamos que odiaba a mi padre, pero no hasta ese extremo", porque "no hay dinero que cubra un asesinato", añadieron, dando por hecho que Juan Cano está de una u otra forma implicado en el crimen. También criticaron la pasividad del partido. "El PP no nos ha hecho ni caso", llegaron a decir con alusiones directas a la dirección provincial.
El alcalde, encarcelado en Villena, Juan Cano, sigue sin dimitir ni renunciar al acta de concejal. El PP, que le suspendió cautelarmente de militancia, pretende que lo haga. La alcaldesa en funciones admitió que baraja la posibilidad de presentar una moción de censura con los cuatro concejales del PP y los tres de Gent de Polop para garantizar la estabilidad.
La investigación del asesinato de Alejandro Ponsoda en octubre de 2007 se centró en el móvil urbanístico. El objetivo era acotar el patrimonio personal y de las cuatro empresas de Cano y su mujer, María del Carmen Berenguer, en régimen de separación de bienes. Y sólo a su nombre o a medias con ella, el alcalde de Polop acumula un patrimonio desde que es concejal que supera los 1,3 millones de euros, repartido entre cuatro locales comerciales, un garaje, un piso, el chalé donde viven y una cuarta parte de cinco parcelas compradas entre abril y junio de este año con el concejal de Turismo Joaquín Montiel y dos sociedades de La Vila Joiosa.
Excepto un pequeño local comercial de 26 metros cuadrados y un garaje que pagaron al contado, el resto de los bienes fueron adquiridos con hipotecas por valor de 585.445 euros. Al actual tipo de interés, una hipoteca de ese importe a 20 años generaría cuotas mensuales de 2.900 euros.
Además, tiene a una hija estudiando en una Universidad en Miami (EE UU). Mientras, su salario como alcalde es de 3.660 euros mensuales brutos. Todas las cargas hipotecarias están soportadas por la CAM, entidad en la que trabajó Cano durante años.
Fuentes del mercado inmobiliario han valorado la vivienda en la que residen, que tiene 487 metros construidos en una parcela de 727, en unos 600.000 euros. El valor del 25% de las parcelas que posee Cano, según la propia tasación hipotecaria, suma otros 241.614 euros, mientras que los tres locales comerciales y el piso adquiridos en 1995 tendrían hoy un valor de 350.000 euros.
Cano y su mujer comparten la administración solidaria de la empresa Cano Berenguer, SL, que tiene por objeto social la intermediación en el mercado inmobiliario, mientras que el todavía alcalde figura como administrador único de Inversiones Puig Campana, SL.
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