"Se convierte en un objetivo absolutamente estratégico", dijo durante un debate celebrado en la Eurocámara.
También el comisario responsable de Transportes, Siim Kallas, reconoció que la repercusión en los pasajeros del cierre del espacio aéreo será un "elemento de reflexión estratégica de cara al futuro", dada la importancia de la intermodalidad, la flexibilidad entre los medios de comunicación y de contar con un sistema alternativo de transporte.
Muchos eurodiputados pusieron igualmente de relieve que conviene reforzar y ampliar el transporte ferroviario y marítimo para reducir la dependencia del sector aéreo.
Mientras, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, consideró "ridículas" las críticas vertidas contra Bruselas acusando a las instituciones comunitarias del caos provocado por las restricciones de vuelo y recordó que la gestión del tráfico aéreo es competencia exclusiva de los Estados miembros.
Para Barroso arremeter contra la CE no es más que un recurso a la retórica "nacionalista y populista".
"Si hay un ámbito en el que hay competencias nacionales es el del tráfico europeo, donde la decisión la toman los reguladores nacionales", subrayó.
Por lo demás, tanto el comisario Kallas como el representante de la presidencia española de la UE aseguraron haber actuado "con la máxima prudencia y el mínimo riesgo" sobre la base de los datos de Eurocontrol, el organismo europeo de gestión del tráfico aéreo.
Algunos eurodiputados pusieron no obstante en entredicho la decisión de cerrar el espacio aéreo por las consecuencias económicas que tendrá para las aerolíneas, entre ellos la eurodiputada holandesa del PPE Corien Wortmann-Kool, para quien cerrar el primer día todo el espacio aéreo fue una decisión "rápida" adoptada sin una valoración precisa de la situación real.
También alertó de que habrá que tener cuidado para que las ayudas que estudia la Comisión Europea no sean aprovechadas por los Estados para ayudar a sus compañías nacionales.
El presidente del Grupo Parlamentario Socialista, el alemán Martin Shulz, pidió en cambio a la CE "flexibilidad" a la hora de conceder estas ayudas y reclamó una acción sostenida en el tiempo para reforzar la interoperabilidad ferroviaria europea.
En nombre de los liberales, la alemana Gesine Meissner subrayó la necesidad de establecer "un cielo único europeo", y lamentó que, tras 20 años de debate, aún no sea posible "comprar un único billete para ir del norte al sur de Europa".
Según Meissner, con un cielo único europeo, no se habría evitado la erupción del volcán, pero "la reacción hubiera sido mejor".
El representante de los Verdes, el también alemán Michael Cramer, reclamó que el espacio aéreo permanezca cerrado mientras sea necesario por motivos de seguridad y no ceder a las presiones de las compañías aéreas. Y pidió replantear el futuro del transporte europeo que pasa, a su juicio, por recuperar el sistema ferroviario.
Para la eurodiputada socialista española y antigua ministra de Transportes, Magdalena Álvarez, la crisis generada por la nube volcánica puede ser una oportunidad para incluir en el futuro Libro Blanco que elabora la Comisión Europea las medidas necesarias para reducir la dependencia del sector aéreo y fortalecer alternativas como el transporte ferroviario y las autopistas del mar.
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