MADRID.- Francisco Camps tiene claro qué es lo que le permite, a pesar del enorme deterioro de su figura política dentro del PP, confiar en seguir al frente de la Generalitat valenciana: las encuestas. El PP no parece perder votos por el caso Gürtel, con lo que Mariano Rajoy no tiene prisa por relevarlo. "El 22 de mayo vamos a ganarlo todo, vamos a lograr la mayor distancia que jamás nadie sacó [al segundo partido en la Comunidad Valenciana]", dijo ayer Camps.
Sin embargo, la inquietud no para de crecer dentro del partido, tanto en Valencia como en Madrid. El juez José Flors parece decidido a llevar a juicio por cohecho al presidente valenciano antes incluso de las elecciones. El entorno de Camps no se esperaba el último paso del juez, harto de la estrategia dilatoria de los abogados del líder valenciano. Y vuelven los rumores y la gran pregunta: ¿Llegará hasta las elecciones?, se pregunta El País.
Las dudas parten de una decisión de Rajoy. El líder del PP, que ha dejado claro a quienes le conocen que está muy distanciado de Camps, aunque no tanto como para forzarle a dimitir, se niega a confirmarle oficialmente como candidato. Oficiosamente lo es -y el propio Rajoy afirmó el pasado septiembre que Camps "debe ser el candidato del PP en las próximas elecciones"-, pero formalmente no ha sido confirmado por el Comité Electoral, presidido por Miguel Arias Cañete.
Sí lo han sido, por el contrario, otros cabeza de lista como la asturiana Isabel Pérez Espinosa, el navarro Santiago Cervera o José Ramón Bauzá en Baleares. Rajoy ha decidido que no confirmará a Camps y los demás presidentes autonómicos hasta que se convoquen oficialmente las elecciones, a finales de marzo.
El líder del PP gana tiempo para ver qué pasa con el juicio de Camps por cohecho, pero ese retraso tiene muy inquieto al presidente valenciano, según varios dirigentes. Fuentes de la dirección aseguran que Camps ya ha pedido varias veces, la última después del auto de Flors del miércoles, que le confirmen como candidato. Rajoy se niega. Sería un paso definitivo y prefiere esperar.
La idea más instalada en la calle Génova, sede del PP en Madrid, es que el líder no empujará a Camps -su gran aliado en los momentos difíciles de la derrota de 2008- pero le dejará caer a la mínima oportunidad porque la Comunidad Valenciana, con varios dirigentes imputados, se ha convertido en un problema de imagen precisamente ahora que Rajoy va camino hacia La Moncloa espoleado por las encuestas y habla de "política ejemplar".
Muchos dirigentes creen que Camps podría llegar a las elecciones como candidato, y ganar, con lo que podría reivindicarse, y después dimitir por sus problemas judiciales. Como sustituto, visto que Rita Barberá sigue rechazando el puesto, en Génova se maneja el nombre de Alberto Fabra, alcalde de Castellón, bien visto por todas las facciones del partido.
La versión oficial es que Camps será candidato. El portavoz del partido, Esteban González Pons, lo repitió ayer en un acto con el presidente valenciano. Hay quien mantiene que la dirección nacional no ha apoyado a Camps en los últimos días, explicó González Pons al auditorio, pero remató: "Va a seguir siendo el presidente de la Generalitat los próximos cuatro años". "La verdad, Paco Camps, que lo que están haciendo, lo que está pasando contigo, será de justicia, a la que yo respeto porque es seguramente de justicia, pero no es justo", añadió.
De hecho, en la dirección del PP se maneja la hipótesis de que Flors incluso archive el caso. Y, si no es así, se cuenta con la posibilidad de que la sala le salve, como sucedió hace un año, lo que provocó un varapalo del Tribunal Supremo a esa sala. Aun así, algunos dirigentes reconocen en privado que el equipo jurídico del partido, dirigido por Federico Trillo, ha planteado siempre la hipótesis más optimista con el caso Camps y se ha equivocado muchas veces.
Lo que ha llegado claramente a su fin es la estrategia dilatoria de la defensa de Camps, empeñado en alargar el proceso para intentar llegar a las elecciones antes del juicio y ser absuelto en las urnas, según la doctrina instalada en el PP valenciano por Carlos Fabra, presidente de la diputación de Castellón.
Desde que el juez Flors decidió, en 2009, que había suficientes indicios de un delito de cohecho impropio por haber recibido trajes gratis de la trama Gürtel, Camps no ha hecho más que recurrirlo todo. El propio juez hizo una advertencia el 22 de enero a la defensa, que seguía solicitando pruebas y más pruebas. Los recursos han logrado retrasar más de un año la solución judicial, pero ahora parece inminente. Lo que parece menos claro es la solución política al caso Camps.
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