MADRID.- El Partido Popular, que se espera gane las próximas elecciones generales de noviembre, tiene la intención inmediata de emprender una nueva reforma financiera, obligando a los bancos a asumir un mayor nivel de pérdidas en sus carteras inmobiliarias y a sanear las deterioradas carteras crediticias, según dijo un miembro del partido, Álvaro Nadal.
Los socialistas, en el poder desde hace casi ocho años, ya han emprendido una reforma del sector financiero que se ha traducido en una ronda de fusiones entre las cajas de ahorros, en impulsar la búsqueda de nuevos inversores y reforzar significativamente sus bases de capital mientras que España trata de recuperar la confianza de los inversores internacionales.
Pero todavía persisten dudas sobre las garantías de las entidades respecto al balance de sus libros, especialmente de aquellas carteras inmobiliarias a las que es difícil adjudicar valoraciones debido a la iliquidez de los mercados.
Estas dudas están complicando los esfuerzos de cinco bancos que todavía están intentando levantar capital.
La reforma bancaria ha sido un elemento clave en los esfuerzos de España para recuperar la credibilidad de los mercados durante la crisis de deuda soberana que ha llevado a Grecia, Irlanda y Portugal a ser rescatados.
"Nosotros pensamos que lo que hay que hacer es clarificar el valor de los activos y la mejor manera posible es hacerlo con ventas, con ventas en el mercado en la mayor proporción posible", dijo el secretario de Economía del Partido Popular (PP), Álvaro Nadal.
Los sondeos muestran una ventaja del PP de 15 puntos sobre los socialistas de cara a las elecciones generales del 20 de noviembre. Nadal dijo que entre las primeras medidas que tomaría un eventual nuevo Gobierno del PP estaría una nueva reforma del sector financiero.
La banca española se ha visto afectado por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 y por el incremento de los créditos dudosos contraídos con los promotores inmobiliarios.
Datos oficiales muestran que todavía hay una bolsa de 700.000 de viviendas sin vender en España a finales de 2010.
El Gobierno ya ha tenido que intervenir en la actual crisis en tres entidades, CCM, CajaSur y la CAM, esta última fuertemente expuesta a una deprimida zona del mercado inmobiliario como la costa levantina.
En la actualidad, la CAM se encuentra en proceso de subasta y el Banco de España parece que va a tener complicado colocársela a una entidad privada.
La tasa de morosidad del sector financiero ya ronda el 7 por ciento, la más alta desde febrero de 1995, alcanzando un volumen de impagos de unos 125.000 millones de euros.
Hasta febrero, el sector bancario español acumulaba en sus libros un cartera inmobiliaria valorada en 64.000 millones de euros, valorada a precio de coste, y había provisionado en torno a un 30 por ciento de esta cifra.
Nadal dijo que el PP todavía no había decidido qué mecanismo utilizaría para obligar a los bancos a vender activos, aunque aseguró que habría varias fórmulas para hacerlo.
"Tiene un efecto muy inmediato porque consigues un precio de equilibrio en el mercado inmobiliario y activas el mercado", agregó.
Los sondeos muestran que los votantes podrían penalizar al PSOE por la gestión de la crisis económica y llevar al país a una tasa de desempleo superior al 20 por ciento, la más alta de los países de la Unión Europea.
El PP espera lograr una mayoría absoluta en la legislatura así como tener el control de la mayoría de autonomías y municipios en España para impulsar una ambiciosa agenda de reformas, entre las que se incluye el saneamiento de los balances bancarios y una reforma del mercado laboral.
El precio de la vivienda ha caído un 17 por ciento desde el pico inmobiliario y analistas consultados consideran que todavía hay un largo camino por recorrer antes de que se estabilicen.
Nadal dijo que la venta de activos y la valoración a mercado en el próximo año u año y medio provocaría nuevas necesidades de capital en los bancos que provendrían del fondo de rescate de la zona euro, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, con sus nuevos poderes.
"Estoy pidiendo un esfuerzo enorme al sector bancario, enorme (...) pero lo que conseguimos es que los inversores vean bancos limpios en los que están interesados", dijo.
Los grandes bancos españoles, como Santander, más diversificados, dicen que las eventuales pérdidas que sufrirían con un nuevo ajuste inmobiliario en España no serían relevantes en sus balances.
Una vez que las cajas de ahorros con problemas hayan vendido los activos inmobiliarios e incrementado sus provisiones, un gobierno del PP estaría abierto a vendérselo a cualquier entidad privada que fuera seria en la gestión de un banco, dijo Nadal.
Los bancos deberían reavivar el préstamo comercial a cambio de recibir otra ronda de capital, explicó Nadal, que añadió que la virtual congelación del crédito bancario está impidiendo el crecimiento.
"El problema bancario español es manejable", dijo, incluso asumiendo provisiones en los activos inmobiliarios.
Economistas cercanos al PP han propuesto también que el nuevo gobierno se haga cargo de entre 5 y 7 cajas de ahorros y separe sus activos tóxicos en un banco malo en el que el Estado asumiría las enormes pérdidas. Nadal dijo que no estaba a favor de crear un banco malo.
El Banco de España ha estimado que el sector bancario necesita un máximo de 17.000 millones de euros, aparte de los cerca de 10.000 millones de participaciones preferentes convertibles que el Gobierno ya ha inyectado en las cajas.
Nadal dijo que su estimación era significativamente superior pero no quiso dar una cifra concreta.
El consenso entre analistas y economistas es que las necesidades de capital se sitúan entre los 30.000 y 60.000 millones de euros.
Los nuevos requerimientos para los bancos del Banco de España son un tier 1 del 8 por ciento -- un ratio que mide la fortaleza financiera -- para los bancos cotizados y del 10 por ciento para aquellos que no estén en Bolsa.
Nadal dijo que el PP nunca había estado de acuerdo con esos requerimientos, porque creía que el primer paso debería haber sido limpiar los balances de activos inmobiliarios y créditos morosos, y luego ver cuánto capital se necesitaba. Sería duro cambiar esos requerimientos ahora, pero no imposible.
"Deberíamos sondear el mercado para ver si acepta la combinación de limpieza con más capital y después relajar los requerimientos de capital (... pero) primero tenemos que ganar credibilidad".