lunes, 3 de diciembre de 2018

Susana Díaz y 'Vox' le muestran el camino a Ximo Puig en Valencia

VALENCIA.- La hecatombe del PSOE en Andalucía, con Susana Díaz, la gran aliada orgánica de Ximo Puig, a la cabeza, y la irrupción de Vox le han mostrado el camino al presidente de la Generalitat, que en los últimos meses había coqueteado con la posibilidad de adelantar las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana. Una opción que, a tenor del resultado cosechado por los socialistas en particular y la izquierda en general en Andalucía, parece que se diluye como un azucarillo, a juicio de Abc.


Todas las encuestas conocidas hasta la fecha apuntaban a la continuidad del Gobierno formado por el PSPV -con un Ximo Puig al alza- y Compromís con el respaldo parlamentario de Podemos. El presidente pensó que un adelanto electoral podría servir para situar la «agenda valenciana» en la política nacional. Sin embargo, el efecto «Pedro Sánchez» que se ha vuelto en contra de Susana Díaz podría, a día de hoy, restar apoyo a los socialistas valencianos. El nuevo Gobierno liderado por el PSOE no ha puesto fecha a la solución para el nuevo modelo de financiación autonómica, ha añadido leña al fuego en la «guerra del agua» al negar a los regantes alicantinos el trasvase del Tajo al Segura y su posición respecto al pesquero de Santa Pola que rescató a doce inmigrantes frente a las costas de Libia se ha situado en las antípodas de la que sostuvo en el caso del «Aquarius» y ha dado la espalda a Ximo Puig y Mónica Oltra.

Con un Gobierno incapaz de sacar adelante los Prespuestos Generales del Estado y, con ello, la anunciada mejora de la inversión en la Comunidad Valenciana, Pedro Sánchez, al igual que ha sucedido en Andalucía, resta más papeletas que las que aporta a las siglas del puño y la rosa.  
Otro motivo que se suma para desvancer el adelanto electoral barruntado por Ximo Puig es la irrupción de Vox. El partido de la derecha radical ha accedido al Parlamento andaluz con doce escaños y se puede convertir en pieza clave para la gobernabilidad de aquella región. Un actor inesperado, que en el año 2015 apenas cosechó el 0,41 por ciento de los votos (10.184 sufragios) y que, hasta ahora, no contaba en las encuestas.
De hecho, los propios dirigentes del partido que lidera Santiago Abascal dudaban hasta hace un par de semanas de sus posibilidades para acceder a las Cortes Valencianas, donde necesitarían alcanzar el cinco por ciento de los sufragios. En Andalucía han rozado el once por ciento. 
Vox, además, fía su suerte a la ciudad de Valencia -clave por su peso en las autonómicas- donde el partido situado a la derecha de PP y Ciudadanos espera lograr al menos dos concejales. Ahora, celebrarían un adelanto electoral en la Comunidad Valenciana porque «todo Vox se volcaría con nosotros».
Al respecto, Puig ha asegurado que la «peor» de las consecuencias de las elecciones celebradas en Andalucía es el «avance» de la extrema derecha, a la que ha considerado que hay que «frenar», y ha agregado que tanto PSOE como PP debe hacer un «análisis» de los resultados.
Para el presidente de la Generalitat, un adelanto electoral en la Comunitat Valenciana «no se descarta hasta que se pueda producir», pero ha destacado el trabajo realizado por su Gobierno y ha abogado por «consolidar» el final de la legislatura.
El vuelco político andaluz, con ese giro a la derecha, ha espoleado las esperanzas del PP y Ciudadanos. El primero, con Isabel Bonig a la cabeza, y el segundo, a la espera de la confirmación de Toni Cantó como candidato, creen que con seis meses por delante puede ser posible desbancar al PSPV y Compromís.
El mismo tiempo que le resta a Puig salvo que decida dar la sorpresa y adelantar los comicios tras la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat.
El 22 de diciembre se sabrá si a alguien le toca el «Gordo» del adelanto de las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana.

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