VALENCIA.- Las nuevas pruebas incorporadas al sumario que investiga la trama de Eduardo Zaplana vuelven a situar al expresidente de la Generalitat Valenciana en el centro de un presunta red internacional de cobro de comisiones a través de multitud de paraísos fiscales. Entre los nuevos indicios recopilados están las grabaciones que registraron en formato vídeo los
encuentros del también exministro de Trabajo del PP con sus
colaboradores, así como los pinchazos telefónicos originales que
permitieron llegar hasta los 6,3 millones de euros que Zaplana escondía en un banco en Suiza.
Levante-EMV, cabecera del Grupo Prensa Ibérica, ha tenido acceso en exclusiva al
material audiovisual, tributario y mercantil que ha analizado con
detalle en los últimos meses la Unidad Central Operativa (UCO) de la
Guardia Civil por orden del juzgado de Instrucción 9 de València.
Esta
semana, la magistrada instructora tenía previsto retomar los
interrogatorios a los principales imputados -ahora, investigados-, entre
los que se encontraban todos los miembros de la familia Zaplana, pero
finalmente han quedado suspendidas a la espera de que las partes revisen
esta documentación.
Además, según apunta la documentación de la que dispone este
periódico, el juzgado está a la espera de que la Guardia Civil entregue
varios informes complementarios. Respecto a la pieza del caso Erial que
sigue secreta, el juzgado vuelve a prorrogar el velo sumarial a la
espera de que los paraísos fiscales requeridos respondan a los
requerimientos de la Fiscalía. Entre esas pruebas aportadas por los
investigadores al juzgado recientemente destacan las imágenes que recogen el seguimiento de la Guardia Civil a Zaplana.
Reunión en Madrid
En concreto, la UCO grabó una
reunión que mantuvo el exjefe del Consell en el hotel Wellington, en la
calle Velázquez de Madrid, con Fernando Belhot,
el mago de las finanzas que ha acabado colaborando con los
investigadores.
Belhot es el abogado
uruguayo que movilizó el dinero de
las presuntas mordidas acumuladas en Luxemburgo para obtener
rentabilidad tras las desastrosas inversiones de Joaquín Barceló, amigo
íntimo de Zaplana y exdirector de formación de la Agencia Valenciana de
Turismo, en Andorra a través de cuatro sociedades panameñas.
Belhot abrió las cuentas de la
trama en Suiza y, tras ser imputado en la causa, decidió colaborar,
entregar el dinero ingresado en el país alpino e implicar a Eduardo
Zaplana. Las imágenes están recogidas en cuatro archivos
de vídeo distintos y los agentes instalaron una cámara en el techo para
captar la llegada del testaferro y el exdirigente del PP.
El
plano es cenital y la imagen que ofrece es panorámica, por lo que se
observa con nitidez la entrada de ambos a una sala reservada
del hotel donde se sirve el almuerzo a los clientes que así lo
solicitan.
La grabación se realizó meses antes de
la detención de Zaplana, practicada en mayo de 2018. El cuerpo de élite
de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción pidieron al juzgado que
permitiese la grabación en esta zona del hotel.
La
vigilancia de la Guardia Civil a Zaplana no tiene precedentes
en València. Es la primera vez que en un procedimiento de corrupción se
consigue grabar una reunión con tanta calidad y nitidez. Los agentes
necesitaban grabar ese encuentro, pues Eduardo Zaplana y
sus colaboradores se reunían en espacios privados y la grabación podía
generar una cuestión de nulidad si el caso llega a juicio.
Encuentros diarios
Las reuniones entre el expresidente
de la Generalitat y sus colabores eran diarias. La Guardia Civil
necesitaba recurrir a cámaras ocultas para
captar la información y los discretos encuentros. Las medidas acordadas
de captación de comunicación fueron un éxito. La jueza dio su visto
bueno y se preparó el dispositivo.
Como Eduardo Zaplana evitaba
reunirse en espacios públicos, salvo en el caso de la comida programada
con el uruguayo en un restaurante, la UCO diseñó el operativo.
Sin embargo, finalmente el encuentro tiene lugar en el hotel de
la calle Velazquez, pues Fernando Belhot regresaba a Uruguay y estaba
allí alojado. El dispositivo contó con agentes infiltrados para no
levantar ninguna sospecha.
Tras
estallar la operación policial y
mantener el juzgado durante varios meses en prisión provisional
a Eduardo Zaplana, Belhot acabó confesando dónde estaba el dinero: en
Suiza. El expresidente ha negado en los últimos meses que
el dinero intervenido por el juzgado sea suyo.
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