miércoles, 23 de octubre de 2019

El principal accionista privado de Bankia busca apoyos para fusionarla con ING


MADRID.- Artisan Partners Asset Management, el mayor inversor de Bankia después del Frob, está promoviendo la integración del banco dentro del gigante holandés ING, del que también es accionista significativo. Su objetivo es evitar una posible fusión con Sabadell, el emparejamiento con el que lleva especulando el mercado desde hace meses. 

Este fondo californiano aterrizó en el capital de Bankia en 2017 y tiene una participación del 3,07%. En ING declara casi un 5% a través de varios fondos, el mayor porcentaje por detrás de la gestora BlackRock, con el 7,8%.
En términos de capitalización bursátil, ING es siete veces más grande que Bankia, con 40.516 millones de euros.
David Samra, socio gestor del fondo internacional de Artisan, explica a Expansión que ya han planteado de manera preliminar sus reticencias a la operación Bankia-Sabadell a técnicos del Frob -no a su presidente- y a ejecutivos de Bankia. Por ahora no ha recibido respuesta a sus planteamientos. 
"La operación con Sabadell perjudicaría a Bankia, ya que Sabadell tiene una peor posición de capital y no le aportaría nada en cuanto a herramientas para modernizar el banco y prepararlo para competir en el mundo digital", explica. Este fondo tiene 20.000 millones de dólares bajo gestión.

Alternativa

Artisan ve, en cambio, múltiples ventajas si el comprador es el banco holandés. "ING ganaría escala en España, donde ahora su tamaño es una décima parte del de Bankia. A su vez, aunque no haya muchas sinergias por el lado de los ahorros de costes, Bankia podría beneficiarse al incorporar la plataforma tecnológica de ING, que es una de las mejores, para mejorar su servicio. Además, facilitaría al Gobierno español la salida del banco y cumpliría con el deseo del BCE de potenciar las fusiones transfronterizas", afirma.
De prosperar esta hipotética operación, sería la primera vez que ING opta por adquirir un banco tradicional (con oficinas) fuera de Holanda. De momento, Artisan no ha recabado apoyos entre accionistas significativos de ING.
La toma de control por parte del grupo holandés sobre Bankia implicaría necesariamente el lanzamiento de una opa. Si el pago se efectuara en acciones de nueva emisión más una prima, el Frob pasaría de tener el 61,78% a ser accionista minoritario del grupo resultante con alrededor del 10%. Sería la mayor participación por detrás de BlackRock. Según fuentes del mercado, la cúpula del banco holandés difícilmente aceptaría que el Estado español fuera un accionista tan relevante.
ING aterrizó en España hace 20 años. Cuenta con 3,95 millones de clientes, gestiona depósitos por valor de 36.503 millones y mueve 19.495 millones de financiación.
Artisan asegura, por el contrario, que Bankia podría aprovecharse de la plataforma tecnológica de ING. Sin embargo, la que funciona en España no está claro que pudiera adoptarse en Bankia porque no está pensada para una entidad tan grande. "Lo más complicado podría ser la integración tecnológica", admite David Samra.

Activismo

Artisan es un fondo que utiliza estrategias activistas. Es decir, presiona para forzar cambios de estrategia en sus participadas. En la compañía industrial ABB pidió la separación y venta de sus divisiones. Su lista de inversiones también incluye la filial de Telefónica en Brasil.
El contribuyente no ha recuperado todavía nada de los 22.404 millones inyectados en Bankia. En teoría, el banco ha devuelto 3.083 millones vía dividendos y venta de dos paquetes de acciones en mercado, pero ese dinero sigue en BFA, su matriz, para pagar los pleitos con inversores.

Problemas de las fusiones transfronterizas
 
El BCE lleva años alentando las fusiones entre bancos europeos, de momento sin éxito. Buena parte de la culpa la tiene la falta de un Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) europeo. Hoy se da la paradoja de que los grandes bancos son supervisados y resueltos desde Fráncfort. 
Sin embargo, en caso de quiebra de una entidad es el fondo de garantía nacional el que debe compensar a los ahorradores en todos los países en los que está presente. 
Precisamente porque no hay un FGD europeo, la libre circulación de euros entre países no es real, ni tampoco la llamada Unión Bancaria. Según denuncian las propias entidades, los bancos encuentran grandes dificultades para manejar capital y liquidez ágilmente de manera transfronteriza en Europa. 
A esto se unen las diferencias de legislación mercantil, de consumo y de insolvencia que existen entre países -las directivas permiten introducir especificaciones locales-y que muchos productos no son replicables de un mercado a otro. Una fusión exige un alto coste en capital y, de momento, las mayores sinergias (gracias a los ahorros de costes) están en los mercados locales.

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