martes, 2 de noviembre de 2021

La vacuna de Johnson & Johnson aumentaría el riesgo de coágulos de sangre en el cerebro, según sugiere un estudio



ROCHESTER.- La vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson aumentaría el riesgo de que una persona desarrolle coágulos de sangre en el cerebro poco comunes, según sugiere un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista científica JAMA Internal Medicine.

El estudio fue llevado adelante por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, quienes compararon los datos de la población general antes de la pandemia con los datos recopilados de los efectos secundarios de las vacunas que sufrieron los estadounidenses.

De esta manera, descubrieron que una persona que recibió la vacuna de Johnson & Johnson tenía 3,5 veces más probabilidades de desarrollar coágulos de sangre en el cerebro que una persona promedio antes de la pandemia.

La trombosis del seno venoso cerebral (CVST) es un efecto secundario ya conocido de la vacuna J&J, y el descubrimiento de este riesgo fue la razón por la que el uso de la vacuna se detuvo en abril en Estados Unidos.

Sin embargo, el equipo insiste: “La mayor tasa de este raro efecto adverso debe considerarse en el contexto de la eficacia de la vacuna para prevenir COVID-19″.

Los investigadores recopilaron los datos prepandémicos de Olmstead, County, Minnesota, un condado de alrededor de 158.000 personas de 2001 a 2015. Luego utilizaron el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para hallar diagnósticos de coágulos de sangre en personas que recibieron la vacuna J&J entre la fecha de aprobación a fines de febrero de 2021 y el 7 de mayo.

Encontraron 46 reportes de CVST en el VAERS después de recibir la vacuna J&J, aunque ocho fueron retirados del grupo por ser informes duplicados o por no haber sido diagnosticados profesionalmente. Por lo tanto, en total se detectaron 38 casos relacionados con la vacuna J&J, con más del 70% entre mujeres.

Esto implica 8,65 casos por cada 100.000 personas, una tasa 3,5 veces mayor que la de la población general.

También descubrieron que hay un mayor riesgo de desarrollar este afecto adverso dentro de los primeros 15 días después de recibir la inyección, y que las mujeres corren un mayor peligro si tienen entre 30 y 64 años.

La vacuna de dosis única de J&J era muy esperada por su formulación de un solo uso, y también fue muy utilizada por turistas que viajaron por pocos días a EEUU. Sin embargo, su lanzamiento se vio afectado por una serie de problemas de fabricación y algunos efectos secundarios raros pero graves, como un trastorno de los coágulos sanguíneos y una reacción neurológica denominada síndrome de Guillain-Barré. 

En ambos casos, los organismos reguladores decidieron que los beneficios de la inyección superaban los riesgos.

Las farmacéuticas rivales Pfizer y Moderna han suministrado la gran mayoría de las vacunas COVID-19 en Estados Unidos. Más de 170 millones de estadounidenses se han vacunado completamente con las dos dosis de estas empresas, mientras que menos de 15 millones de estadounidenses recibieron la vacuna de J&J.

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