VALENCIA.- Si un marciano aterrizara en Valencia y se encontrara la agenda
del president Carlos Mazón jamás podría colegir que el pasado 29 de
octubre dos terribles riadas engulleron 70 municipios, 224 vidas y
dejaron varias comarcas en shock social y económico, relata
elDiario.es.
Desde el día de los desbordes del río Magro (que afectó a la
comarca de La Ribera) y del barranco del Poyo (que afectó a l'Horta
Sud), la agenda de Mazón es a veces tan desconcertante y huidiza como
muchas de las actuaciones y manifestaciones del propio líder.
Lo más
cerca que ha estado de los supervivientes y víctimas ha sido en caminos
rurales deshabitados de Utiel, carreteras sin personas, visitas a una
nave del polígono de Algemesí o paseos por el interior de edificios de
titularidad pública, como el puesto de mando del metro.
Ha evitado las preguntas ordenadas y repreguntas de la prensa, a la que
ha concedido apresurados y simples canutazos (declaración a micro)
durante dos meses, de camino a reuniones o a su despacho.
A veces ha
tenido que convocar con coordenadas geográficas, porque sus citas son en
caminos o puntos kilométricos de carreteras, no en núcleos urbanos. No
había pasado un mes de la tragedia y ya abundaban los fines de semana en
Alicante –de donde es originario Mazón, donde tiene a su familia y adonde le pilló la muerte de un operario que limpiaba un colegio de la zona cero,
en Massanassa, teniendo que volver de manera apresurada–.
Mientras
seguía el fango y los problemas para abrir negocios, se encontraban
actos tan extemporáneos en su agenda como una visita institucional a una
consulta de oftalmología de un centro médico de su Alicante natal.
Mazón y su jefe de gabinete, José Manuel Cuenca, –que es la figura que
suele trabajar las actividades del líder y le da una dirección– han
elegido como interlocutores para sus reuniones y actividades en los dos
meses clave tras la Dana a líderes económicos, de empresas y,
reiteradamente, cámaras de comercio –el president procede de la de
Alicante, donde trabajó diez años como director gerente–.
El empresario
Vicente Boluda, dos veces el presidente de la Cámara de Comercio de
Valencia, el presidente de Conexus, la patronal valenciana, la patronal
de coches... No aparece en su agenda pública, revisada y visualizada por
elDiario.es, ninguna reunión con plataformas de afectados o ciudadanos
de a pie, o trabajadores del mundo de la cultura afectados por la Dana,
representantes de padres o madres de alumnos, ni siquiera alcaldes
afectados por la barrancada. Ni policías, rectores de universidades que
tuvieron que cerrar, del sector logístico (muy afectado), taxistas que
perdieron su coche o constructores (que escasean).
Durante días enteros, tanto en los primeros momentos como en las
primeras semanas e incluso a día de hoy, la agenda es tan escueta que a
veces ha tenido como única actividad asistir, telemática o
presencialmente, al Cecopi, el Centro de Coordinación Operativa. No hay
rastro público de que haya escuchado a las poblaciones o sus necesidades
a pie de calle.
Oficialmente ha ido a Carcaixent a una reunión, a
Algemesí, Utiel, Godelleta, Torrent, Paiporta (donde está el puesto de
mando y acompañó a los reyes en su visita) y Chiva. Fuentes de
Presidencia aseguran que ha visitado más municipios de la Dana aunque no
aparezca en su calendario: “Guadassuar, Sedaví, Benetússer, Chera,
Carretera Aldaia-Alaquàs”, citan.
El propio Mazón ha mantenido en público que, aunque su agenda
oficial de president diga una cosa, él tiene más citas, eventos y
reuniones de trabajo, así como visitas a la zona cero.
También se
justificó así en la primera –y, de momento, única– convocatoria a medios
en la que ha permitido preguntas de periodistas. No fue ante los medios
de Valencia, sino tras una firma de un convenio con la alcaldesa de
Castellón de la Plana el pasado 27 de diciembre en aquella ciudad, dos
meses después de la tragedia.
A la pregunta de este medio sobre si habrá
más ruedas de prensa con preguntas, fuentes de Presidencia no han
contestado. En esta gestión de la crisis, si hay algo que se repite en
el calendario de trabajo de Carlos Mazón es una frase: “Solo gráficos”.
Es decir, a sus actos solo han podido ir fotógrafos o cámaras sin
posibilidad de hacer preguntas.
Según los datos oficiales publicados por el portal de
transparencia de la Generalitat Valenciana y recogidos en gráficos por elDiario.es, el día del desastre, y con la alerta roja de AEMET ya
activada, el president tiene tres actos que nada tienen que ver con la emergencia.
No hace ni la más mínima variación de su plan diario y acaba su jornada
pública el 29 de octubre a las 14.45, cuando se despide del líder de la
patronal Salvador Navarro y los sindicatos tras 45 minutos de reunión
apresurada. Se marcha “con prisa” a comer.
Con la periodista Maribel Vilaplana,
como él mismo tuvo que justificar acuciado por las preguntas sobre su
ausencia en el Cecopi, adonde llegó pasadas las 19.30 h. Su jefe de
gabinete tampoco está en Valencia. Ni su otro hombre fuerte y número
tres, Santiago Lumbreras. Es martes, laborable y con una alerta roja,
pero el Palau está descabezado durante muchas horas.
Esa primera semana de la Dana, toda la actividad del president
es ir a L'Eliana, municipio donde está el 112 y se celebran las
reuniones de la emergencia, y recibir a autoridades como Feijóo y
Sánchez. No hay ningún acto más.
Aparte del shock por la tragedia y la
parálisis política en los primeros días, Mazón y su equipo están
acechados por la presión de los medios que preguntan dónde estaba ese
martes. Solo hay una variación en su actividad y es ese primer domingo:
va a Paiporta a acompañar a los reyes en la jornada ya conocida por la lluvia de barro que recibió la comitiva oficial.
La segunda semana, Mazón empieza a salir en medios de comunicación para intentar revertir su problema de imagen, siempre en medios elegidos, controlados y amigos,
la gran mayoría de la Conferencia Episcopal y con audiencias exiguas.
También sale en Espejo Público y varias veces en la Cope. Su única
actividad esos días, igualmente, es asistir al Cecopi. Ninguna reunión
relevante más.
La semana del 11 de noviembre, el president intenta salir a la
calle. Lo hace visitando unas obras en la CV33 y también en la puesta en
marcha de la lanzadera de Torrent a Valencia. Allí recibe abucheos y le increpa un grupo de ciudadanos.
Será la última vez que se le vea en la calle con gente de a pie o se
anuncie un acto urbano en la zona Dana.
Esa semana la agenda sigue
siendo escueta, porque está preparando el que será su primer discurso en Les Corts,
donde pedirá un perdón condicionado a que no había información para
tomar otra decisión que la que tomó, endosando la responsabilidad a la
AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar.
No será hasta el día 21, casi un mes después de la riada, cuando
Mazón estrene una agenda distinta a la de recibir a autoridades de la
Dana e ir al Cecopi. La entidad elegida para sacar cabeza es el Banco
Sabadell para “la puesta en marcha de la cuenta solidaria de la
Generalitat”.
Acudirá al acto junto a la consellera Ruth Merino y un
director territorial de la entidad bancaria catalana.
Esa semana es
también la primera que va oficialmente a Alicante, donde el viernes
“visita las instalaciones de Alicante Gastronómica Solidaria, que ha
repartido 175.000 menús calientes en la Dana”. Mientras en Valencia hay
un despliegue logístico sin precedentes para hacer llegar comida
caliente, el president viaja a su provincia para destacar la labor de
una asociación allí.
Mazón se queda ese fin de semana en su ciudad hasta que tiene
que volver a correprisa el domingo por la muerte del trabajador al que
se había enviado a limpiar a un colegio en Massanassa declarado en
riesgo de derrumbe.
Aunque la primera intención es visitar la localidad
del mortal accidente, finalmente Mazón se queda en el Palau de la
Generalitat y envía al conseller de Educación a dar explicaciones ante
los medios. Tras la pregunta de un periodista de por qué no han ido al
colegio derrumbado y por qué estaban en Alicante, el conseller reivindica su “derecho a estar con la familia”.
La semana del 25 noviembre, Mazón la dedica a reuniones con sus
nuevos consellers tras la crisis de Gobierno, con el fichaje estrella
del militar Gan Pampols y la polémica de su salario en primera fila, y estrena un nuevo pleno con nuevas caras, tras cesar a la consellera responsable de Emergencias, Salomé Pradas, y a Nuria Montes, que conminó a las familias a no ir a preguntar por sus seres desaparecidos.
El día 29 de noviembre, cuando se cumple el primer mes de las
inundaciones, es viernes y convoca a los medios, pero no es para ningún
recuerdo u homenaje. Mientras localidades como Paiporta están
organizando un encendido de velas, conciertos y la televisión autonómica
prepara informativos especiales para ese día, en la agenda de Mazón se
puede leer: “11.30 h. Visita diversos caminos rurales afectados por la
Dana”. Fin.
Mientras, cientos de miles de personas siguen sin coche,
agua o luz en zonas urbanas. Al día siguiente se concitarán en la plaza
del Ayuntamiento de Valencia unas 100.000 personas para criticar su
gestión en la segunda manifestación multitudinaria tras la riada.
Esa semana también hace otra visita desconcertante: va a
Castellón y hace una parada institucional en el parque de Bomberos,
cuando son los de Valencia los que más actuaciones han hecho en las
inundaciones y siguen en las calles, tras las críticas por la tardía
respuesta de sus mandos: por ejemplo, los bomberos forestales,
funcionarios de la Generalitat Valenciana, fueron movilizados tres días
después de la riada.
El mes de diciembre ha seguido con la tónica de agenda vacía,
sin visitas oficiales a afectados –más allá de una escapada a la
Albufera o la visita a “una estructura” entre Torrent, Alaquàs y
Aldaia– y con la polémica cancelación de los actos de la Constitución en
la Comunitat aduciendo como motivo la Dana.
Sin embargo, el president
apareció ese día en los actos organizados por su amigo el alcalde de
Benidorm, en la provincia de Alicante, donde cada vez encuentra más
refugio frente a una València en la que no puede caminar sin ser
increpado.
En el último mes destacan sobre todo reuniones con los
portavoces de los grupos parlamentarios en Les Corts y con Cámaras de
Comercio y patronales o autónomos. También repitió reunión con la
patronal valenciana CEV y los líderes sindicales: las últimas tres
personas que le vieron antes de la gran crisis y antes de irse de comida
el día 29 de octubre. Los mismos ante quienes criticó a la Universitat de València por cancelar su actividad tras la alerta roja de Aemet ese fatídico día.
Además de verse con la patronal del automóvil por los destrozos
de coches tras la Dana y con la patronal de las aseguradoras (sin que
hayan trascendido medidas extraordinarias), Mazón también ocupó su
tiempo en reuniones con cofradías de pescadores en Alicante y en asistir
a su acto de resarcimiento y desquite: una cena el día 16 organizada
por la Cámara de Comercio de Alicante, de la que fue gerente desde 2009
tras la caída en desgracia del zaplanismo del que provenía.
Allí, los
empresarios de Alicante le mostraron su apoyo, lo elogiaron y le dieron
ánimos frente a una sociedad, sobre todo en Valencia, que aún le pide
explicaciones en manifestaciones masivas o allá adonde va, como en las
puertas de la misa de la catedral de Valencia, en la que volvió a
acompañar a los reyes el último mes del año.
El pasado diciembre también entregó viviendas para afectados en la pedanía de Valencia de La Torre,
con la sonada ausencia de la alcaldesa de la capital–distanciada de él
pese a ser del mismo partido y en las quinielas para sucederle– y
haciendo propaganda en redes, pese a que está prohibido por ley.
Carlos
Mazón ha acabado el año visitando el asilo Hermanitas de los Ancianos de
Elche en Nochebuena y posteriormente en Castellón de la Plana, pese a
que el problema fundamental de su mandato está en Valencia.
El año nuevo no ha traído grandes cambios a la zona de la Dana,
que sigue esperando ayudas y viviendo de la solidaridad mientras los
coches siguen amontonados (a la Generalitat le quedan 100.000 por
retirar, casi todos).
Pero tampoco ha traído grandes novedades a la
agenda del presidente, que ha seguido totalmente vacía y sin un
protagonismo claro de la reconstrucción: “No se ha registrado actividad
en la Agenda para este día” se puede leer entre el día 27 de diciembre y
el 2 de enero.
El año 2025 para él ha empezado el viernes día 3, otra
vez en la provincia de Alicante: “El president de la Generalitat, Carlos
Mazón, asiste a la presentación del ‘Estudio de viabilidad del tramo de
FFCC de Alcoy a Alicante’. Salón rotonda. Círculo Industrial de Alcoy.
Calle San Nicolás, 19. Alcoy”.