MADRID.- Ryanair ha abierto un nuevo frente con el Ministerio de Fomento en su
batalla por reducir aún más los costes y aumentar los beneficios. La
compañía low cost pretende ahora que los pasajeros embarquen y desembarquen a pie de sus aviones, en vez de utilizar los fingers. La aerolínea que preside el controvertido Michael O'Leary
sostiene que el uso de estas pasarelas retrasa los tiempos de escala y
genera gastos extra, pero Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea
(AENA) rechaza ese argumento y apela a la seguridad de los viajeros, a juicio de 'El Confidencial'.
El aeropuerto de Alicante, el quinto de España por tráfico de pasajeros,
es el banco de pruebas elegido por Ryanair para poner en marcha esta
supuesta medida de ahorro. El conflicto está servido. Porque la low cost
ya ha advertido a AENA de que, si no atiende sus exigencias, eliminará
rutas y las trasladará a otros aeropuertos europeos. Incluso ha lanzado
un ultimátum al operador aeroportuario: cumplirá su amenaza si no recibe
una respuesta satisfactoria antes del próximo jueves 15 de noviembre
En su carrera por conquistar terreno a las compañías competidoras a base
de ofrecer los precios más bajos del mercado, Ryanair no se anda por
las ramas. Empezó cobrando por cada maleta facturada, por pagar con
tarjeta de crédito, por elegir asiento... Más tarde anunció que estaba
dispuesta a cobrar por utilizar el lavabo a bordo y que planeaba
instalar asientos verticales, rimbombantemente llamados skyriders,
para optimizar el espacio. Y ahora pretende que los pasajeros embarquen
y desembarquen a pie de sus aeronaves, sin pasar por los fingers.
El pasado 26 de octubre, Niall O'Connor, responsable de programación y nuevas rutas de Ryanair, remitió una carta al director del aeropuerto de Alicante, Santiago Martínez-Cava,
en la que reclamaba congelar las tarifas aeroportuarias y la
implantación del embarque y desembarque a pie en todos los vuelos de la
compañía. Martínez-Cava le respondió que durante la temporada de
invierno, debido al descenso del tráfico aéreo, se puede prescindir de
los fingers en el 70% de las operaciones, pero no así durante la
temporada alta, ya que ello pondría en riesgo la seguridad de los
pasajeros. Un argumento que no convenció a la aerolínea.
Daños y perjuicios
El pasado mes de marzo, un juzgado de Alicante ya desestimó la demanda
presentada por Ryanair contra AENA, en la que acusaba a ésta de "abuso
de posición dominante en la prestación de servicios" a la compañía low cost y le exigía una indemnización por los "daños y perjuicios" supuestamente causados por su negativa a suprimir los fingers
en el 100% de los vuelos. El juez le dio la razón a AENA, argumentando
que las pasarelas "benefician la fluidez del tráfico de pasajeros", y
que el embarque a pie "supone un mayor riesgo" para éstos.
Pero O'Leary no se dio por vencido. Y ahora vuelve a la carga. Sostiene
la compañía irlandesa que si el embarque y desembarque de pasajeros se
realiza a pie la escala de sus aviones puede reducirse a solo 25
minutos, frente a los 35-40 minutos necesarios si se utilizan los fingers.
El empleo de éstos, según Ryanair, disminuye la rotación de las
aeronaves e incrementa los costes de tripulación, al superar las horas
de navegación reglamentarias.
AENA tampoco parece dispuesta a dar su brazo a torcer. La operadora aeroportuaria controlada por Fomento recuerda que los slots
-las franjas horarias para las operaciones de aterrizaje y despegue-
que Ryanair solicita en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Palma o
Alicante siempre son de 35 minutos. Y que el tiempo de escala mínimo
recomendado por Boeing, fabricante del modelo de avión empleado por la
compañía de bajo coste, es también de 35 minutos.
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