BERLÍN.- Retirarse en países como Tailandia
o España al finalizar la vida laboral es una alternativa cada vez más
tenida en cuenta por los jubilados alemanes, que, al margen de buscar el
sol, se enfrentan a la imposibilidad de afrontar los altos gastos en
Alemania derivados de la atención médica y otros cuidados.
Se estima que actualmente unos 220.000 jubilados alemanes viven en el
extranjero, explicó Alexander Keller, de la página Web "Wohnen im
Alter", un buscador especializado en residencias para pensionistas
germanos.
Los países preferidos por los jubilados alemanes continúan siendo los
destinos tradicionales de vacaciones, como España, Francia o Italia,
así como lugares con un alto nivel de vida, como Suiza y Estados Unidos,
explicó Keller.
Entre las naciones de la Unión Europea (UE), España lidera la
clasificación y es el destino elegido por 50.000 jubilados alemanes que
viven en el país de manera permanente.
Pero lugares más lejanos como Tailandia han experimentado un notable
crecimiento en los últimos años en las preferencias de los alemanes en
edad de jubilación o de los familiares que buscan una institución que se
haga cargo de sus progenitores.
En los últimos años, se han construido en Tailandia geriátricos y
residencias destinadas especialmente al cuidado de alemanes y al
tratamiento de enfermedades mentales como la demencia senil o el
alzheimer.
El principal motivo del éxito de los países del sudeste asiático,
según los expertos, es el menor coste de los cuidados sanitarios, lo que
permite garantizar una atención más personalizada que en los asilos de
Alemania, la gran potencia económica europea.
De acuerdo al último "Informe de datos", publicado el pasado
noviembre por la Central Federal para la Formación Política (bpb), la
población alemana mayor de 65 años se duplicó en los últimos cincuenta
años y pasó del 11,6 % en 1960, al 20,6 % (17 millones de personas) en
2006.
Según "Wohnen im Alter", el gasto que una persona debe afrontar para
ser atendido a tiempo completo en una residencia germana oscila de media
entre los 1.800 y los 4.000 euros.
Por su parte, el seguro alemán suele cubrir entre 450 y 1.918 euros
de los gastos, a tenor del grado de dependencia, con los que estas
personas deben aportar la diferencia de su propio bolsillo.
Algo complicado cuando, por ejemplo, según cifras de la Oficina
Federal de Estadística (Destatis) de 2008, el 28 % de la mujeres mayores
de 60 años que viven solas percibían unos ingresos netos por debajo de
900 euros al mes.
El 74 % de los hombres y el 69 % de la mujeres cobraban entre 900 y
2.600 euros mensuales, mientras que sólo el 6 % de los varones y el 2 %
de las mujeres tenían unos ingresos superiores a 2.600 euros.
Tanto por precio como por proximidad geográfica, Polonia se ha
convertido también así en otro de los destinos predilectos de los
alemanes para retirarse.
Según explicó Sylwia Wikowska, responsable de una organización
polaca especializada en ofrecer servicios geriátricos a extranjeros,
especialmente alemanes, los gastos varían en este país desde los 950
hasta 1.700 euros por mes, un precio muy inferior al de su país de
origen.
Wikowska, cuya institución cuenta con ocho residencias en el oeste de
Polonia que cumplen con los estándares germanos, reconoció que "los
ancianos alemanes prefieren sobre todo España, especialmente Mallorca, y
ahora también Tailandia. El clima es la ventaja de estos países".
Sin embargo, aseguró, muchos valoran la cercanía de Polonia "porque
pueden seguir viendo a sus familias regularmente y visitar su país con
frecuencia" y, además, tienen acceso a prestaciones de calidad y
personal germano-parlante.
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