El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha agradecido la "sensatez y responsabilidad" de los alicantinos que se han optado por hacer una Peregrina "abierta a los 365 días en un año de limitaciones por la pandemia", mientras que la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, ha incidido en que, aunque no se ha podido celebrar La Peregrina, "la Santa Faz ha llegado a los corazones de los alicantinos desde sus casas".
"Hay que agradecer que, atendiendo al llamamiento que se hizo desde el Ayuntamiento de Alicante, los alicantinos se hayan quedado en sus casas viendo la retransmisión de la Eucaristía por televisión. Santa Faz, como se dijo, es los 365 días del año y ahora, lo que importa, es combatir la pandemia para que en 2022 podamos tener una Santa Faz como la de siempre", ha indicado el primer edil.
También ha agradecido Barcala a las monjas de la Sangre que custodian la reliquia desde que se trasladaron al monasterio y que se contagiaron, todas, de coronavirus.
Barcala ha calificado como "momento histórico" el hecho de ser testigo de la extracción del Sagrado Lienzo de la hornacina del camarín donde se custodia en un momento tan especial como el de esta pandemia y ha tenido un recuerdo "especial" a "las personas, devotas de la Santa Faz, que se quedaron en el camino y no han podido llegar hasta este año".
Por su parte, Sánchez ha hecho una petición para que La Peregrina 2022 "se viva con normalidad" y se ha sumado al agradecimiento del alcalde a la ciudadanía "por su comportamiento ejemplar y pleno de responsabilidad".
"Desde un punto de vista diferente, la Santa Faz sí ha llegado al corazón de todos los alicantinos", ha mantenido. También ha podido estar en el camarín donde ha vivido momentos "inigualables e insuperables, porque parece que a una se le mueva algo desde su interior", ha descrito.
Ambos han hecho estas declaraciones al término de la Ecuaristía, presidida por el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, y que se ha celebrado a puerta cerrada en el santuario-monasterio. También ha estado presente el concejal de Fiestas, Manuel Jiménez.
Jesús Murgui, en su homilía, ha pormenorizado sobre la devoción "muy profunda" de Alicante a la Santa Faz. "La Santa Faz es Dios que sale al Encuentro de las necesidades y dramas que vive el ser humano, en momentos como éste", ha dicho, y ha rogado a la Virgen "que interceda ante su Hijo para que nos alumbre en la noche en que vivimos".
A la finalización de la celebración religiosa, que se ha podido seguir vía streaming por segundo año consecutivo, se ha procedido a extraer la Santa Faz del camarín siguiendo un protocolo que data del siglo XVII. Las concejalas síndicas, Mari Carmen de España y María Conejero, han llevado las dos llaves que tiene el Ayuntamiento y el capellán, José Luis Casanova, las que guarda la Reverenda Madre Agustina, Sor Aurora Quesada.
Todo ello, en presencia de los canónigos custodios, José Navarro y Miguel Ángel Cremades; los Caballeros Custodios, Salvador de Lacy y Eleuterio Llorca; el deán de la Concatedral de San Nicolás, Ramón Egío, y los párrocos de Sant Joan y Muchamiel, Roque Carlos Jiménez y Miguel Ángel Cremades, respectivamente. Como maestro de ceremonias, Gonzalo Canet Fortea, secretario del Ayuntamiento de Alicante en funciones.
La lluvia ha impedido, tal y como estaba previsto, que la Santa Faz fuera trasladada, en el Faz Móvil, hasta el macho del castillo de Santa Bárbara para la Bendición a la Ciudad. Se espera, teniendo en cuenta las conversaciones entre el Ayuntamiento y Cabildo, que se pueda realizar este próximo fin de semana, según el consistorio.
Ante el inconveniente de la lluvia, tal y como ocurriera el pasado año, la Reliquia, portada por Jesús Murgui, ha salido hasta la puerta principal del templo. Allí ha bendecido a Alicante orientando el Sagrado Lienzo hacia los cuatro puntos cardinales.
Las bendiciones han estado dirigidas a "hacia los fallecidos por esta terrible pandemia", "a las familias de quienes han perdido la vida por el covid-19 y otras enfermedades", "a los que socorren a los enfermos y desarrollan tareas de protección y ayuda a la sociedad" y "a quienes ejercen el servicio y la responsabilidad de gobernar".
Para evitar que pudiera ser dañada por la lluvia, la Reliquia ha estado protegida por uno de los paraguas que se utilizaron en la Coronación Canónica de la Virgen del Remedio que el entonces obispo de Orihuela-Alicante, Victorio Oliver, presidió el 22 de noviembre de 1998 en el estadio José Rico Pérez. El paraguas, azul y blanco, tiene los anagramas de la Santa Faz y de la Virgen del Remedio.
La lluvia desluce el mínimo acto de Santa Faz, en el segundo año del virus
La lluvia ha obligado a suspender la anunciada bendición de la reliquia de la Santa Faz a la ciudad de Alicante desde el castillo de Santa Bárbara y ha deslucido aún más esta arraigada festividad que, por segundo año, consecutivo ha cancelado la multitudinaria romería por la pandemia sanitaria de la covid-19.
Desde hace 542 años (el 17 de marzo de 1489), la peregrinación solo había sido cancelada en dos ocasiones: la Guerra Civil Española y durante el presente episodio de epidemia sanitaria de la covid-19.
Las celebraciones se han centrado en una misa a puerta cerrada en el caserío de Santa Faz presidida por el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, y a la que han asistido el alcalde alicantino, Luis Barcala, y el presidente de la Diputación Provincial, Carlos Mazón, entre otras autoridades civiles y eclesiásticas.
La reliquia ha salido del camarín y ha bendecido a los alicantinos desde el pórtico del monasterio para evitar a la lluvia tras la misa, celebrada ante las religiosas de clausura de la congregación de las Monjas de la Sangre.
Algunos grupos de personas sí se han acercado hasta el caserío, pero de forma muy reducida y sin incidencias ni aglomeraciones de ningún tipo puesto que no han llegado al centenar.
La bendición desde lo alto del castillo de Santa Bárbara se ha pospuesto a los próximos días, seguramente al sábado o domingo, siempre en función de la disponibilidad del obispo y también del parte meteorológico, según el alcalde.
Luis Barcala ha destacado que la jornada se ha vivido con ausencia de incidencias y ha comentado que ha habido algunos alicantinos que han caminado hasta el caserío aunque siempre "en un número muy reducido y cumpliendo las medidas" higiénicas y sanitarias de distanciamiento social por el coronavirus.
Por su parte, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, ha expresado su devoción por la Santa Faz y ha manifestado su tristeza por la cancelación para evitar contagios pero a la vez ha destacado su "orgullo" al observar el cumplimiento "unánime" de los alicantinos a la petición del alcalde de evitar los actos de este año, en espera de 2022.
Lejos de las habituales imágenes desde primera hora de más de 200.000 personas en peregrinación al monasterio, por segundo año seguido las calles han estado vacías con un ambiente desangelado, acentuado por las bajas temperaturas de hoy para un mes de abril y la lluvia.
La romería de la Santa Faz conmemora el llamado 'milagro de la lágrima', en 1489, cuando los alicantinos sacaron en rogativa la reliquia en la que se custodia uno de los fragmentos del paño con el que, según la tradición, la Verónica enjugó el rostro de Jesús en su camino al monte Calvario y se puso fin al episodio de sequía que afectaba a los cultivos de la huerta de la ciudad.
Desde hace más de cinco siglos, decenas de miles de devotos repiten cada año esa rogativa en el segundo jueves posterior a la Semana Santa para recorrer los ocho kilómetros que separan la alicantina concatedral de San Nicolás de Bari del monasterio de la Santa Faz, situado en la pedanía del mismo nombre.
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