CAMPELLO.- Los restos mortales del jurista, literato, pedagogo y humanista Rafael
Altamira y los de su mujer, Pilar Redondo, reposan desde este lunes en
un monumento funerario construido por el Ayuntamiento de Campello en el cementerio municipal. El acto de inhumación, celebrado
justo cuando se cumplen 159 años del nacimiento del erudito, lo ha
presidido Su Majestad el Rey Felipe VI. Es la primera vez en su historia que este municipio recibe a la máxima representación de la Casa Real Española.
De esta forma, se
cumple una de las voluntades de Altamira, que declaró a la prensa de su
época que cuando se apartara "de la vida oficial" se retiraría al rincón
de sus "amores más gratos", en referencia a esta localidad alicantina.
Tras tres años de trabajos y con el respaldo de las distintas
administraciones, los cuerpos de Altamira y Redondo fueron repatriados
el pasado diciembre desde México, donde murieron hace décadas. El
literato se exilió de España al estallar la Guerra Civil en 1936.
Nacido en Alicante en 1866, Rafael Altamira Crevea falleció en México en 1951, donde se exilió tras la Guerra Civil Española. Jurista, humanista, historiador y pedagogo, Altamira destacó por su compromiso con la paz y la justicia, siendo propuesto para el Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones y formando parte del Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya.
Felipe VI ha presidido un acto que ha contado con los familiares de
Altamira y diversas autoridades. Entre otras, han acudido el ministro de
Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; el
'president' de la Generalitat, Carlos Mazón; la delegada del Gobierno en
la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; la presidenta de las Cortes Valencianas, María de los Llanos Massó; el 'expresident' Ximo Puig,
actual embajador de España en la OCDE; el presidente de la Diputación de
Alicante, Toni Pérez; el alcalde de Campello, Juan José Berenguer, y
el de la capital provincial, Luis Barcala.
Numerosos
ciudadanos se han concentrado a los alrededores del cementerio
congregadas por el evento, que ha tenido lugar en una carpa instalada
frente al camposanto municipal y en un escenario engalanado con una
imagen de Altamira.
La cita se ha iniciado con la
interpretación de una pieza de Bach a cargo de músicos solistas de ADDA
Sinfònica, que más tarde han cerrado el acto con los himnos de la
Comunitat Valenciana y de España. Además, se ha proyectado un vídeo
sobre la biografía de Altamira.
Durante la ceremonia,
Berenguer (PP) se ha referido a Altamira como "uno de los intelectuales y
juristas españoles más valorados y reconocidos en el mundo entero", y
cree que su regreso a El Campello "representa la culminación de un viaje
que trasciende en el tiempo y reafirma su legado imperecedero".
Así, ha recalcado que este "intelectual brillante" y "hombre de
familia" fue un "comprometido con la justicia y la paz", por su visión
del derecho como "instrumento de concordia y no de conflicto, que es una
referencia para quienes trabajan sobre derechos humanos y cooperación
internacional".
El alcalde ha recordado que el literato tuvo
una vida marcada por la "difícil experiencia del exilio, que compartió
con otros intelectuales de su tiempo".
También ha agradecido
el respaldo, para llevar a cabo la repatriación de restos, del Consulado
General de España en México, de los dos últimos presidentes de la
Generalitat --Ximo Puig y Carlos Mazón-- y también a la Diputación de
Alicante.
Además, ha explicado que este acto es el arranque
del Año Altamira y de un proyecto que el consistorio va a poner en
marcha para subrayar la obra del jurista y humanista. Para ello, ha
apelado a la "colaboración" a todas las administraciones.
"Este acto no debe ser solo de despedida, sino de compromiso con la
educación, la justicia y la paz. Solo así podremos honrar la memoria de
Altamira", ha sentenciado Berenguer.
De otro lado, la nieta del escritor, María Luz Altamira, ha
manifestado el "profundo significado" de esta inhumación para la familia
y el legado de su abuelo.
Durante su intervención, ha
compartido uno de los primeros recuerdos que tuvo de Altamira, al que
conoció en Bayona (Francia), donde lo llevaron sus padres a visitarlo
cuando era pequeña y él ya estaba en el exilio.
"Me llamaba
poderosamente la atención su majestuosa barba, símbolo de sabiduría.
Esta imagen perdura en mi memoria y representa la figura de un hombre
que, a pesar de las adversidades, no dejó de ser un referente", ha
reconocido.
La nieta de Altamira ha destacado que el deseo
"más íntimo" de su abuelo se ha cumplido por el trabajo de las distintas
instituciones. "La patria que un día le condenó al exilio le abre los
brazos con gran afecto, respeto y dignidad. Es una muestra de justicia
histórica que refleja la reconciliación de un país con uno de sus hijos
más ilustres", ha aseverado.
En la misma línea, el bisnieto de
Altamira, Ignacio Ramos, ha compartido la "felicidad" de este acto por
los familiares que no han podido asistir, por cuestiones de trabajo,
lejanía o porque ya han fallecido.
Asimismo, ha mostrado su
"orgullo" ante el hecho de que "todos los partidos e instituciones sin
distinción hayan apoyado la repatriación de una persona que antepuso el
interés de todos los españoles a su propia ideología".
También estaba presente Rafael Prieto, otro bisnieto de Altamira.
Igualmente, el presidente de la Diputación, Toni Pérez, cree que la
"historia de la Humanidad" también se escribe con actos como el
celebrado este lunes.
El máximo responsable de la institución
provincial se ha referido a la "relevancia" de Altamira a nivel nacional
e internacional, como alguien que "enriqueció el patrimonio" a nivel
español y europeo y que albergó "dos grandes deseos, como son contribuir
a mejorar el mundo y regresar a su tierra natal".
Igualmente,
ha indicado que Altamira "abogó siempre por la paz y la concordia,
norte de la senda por la que transcurrió su labor", y se ha referido a
su "inquietud intelectual como instrumento para la socialización".
Finalmente, ha reiterado el "compromiso" de la Diputación de Alicante
para "seguir divulgando" la obra de Altamira: "El patrimonio que legó
no puede caer en el olvido".
Tras la ceremonia, Don Felipe se dirigió a la capilla, donde saludó a los familiares de Rafael Altamira Crevea. Juntos, presenciaron la inhumación de los restos, que fue acompañada por la interpretación del Preludio de la Suite para violonchelo n.2 en re menor de Johann Sebastian Bach a cargo de un chelo.
Para concluir, el Rey conversó con los familiares de Rafael Altamira Crevea y las autoridades asistentes, cerrando así un homenaje a la altura de la figura de este ilustre personaje, que dedicó su vida a la defensa del diálogo, la educación y la democracia.
Tras el acto, los restos se han inhumado en el monumento funerario construido por el Ayuntamiento, ante la presencia de familiares de Altamira y Redondo, así como de algunas autoridades.
El panteón de Rafael Altamira Crevea, de corte sencillo y elegante, está
construido en mármol travertino y granito verde báltico. En él reposan,
junto a sus padres y abuelos, los restos de este ilustre alicantino
que, a pesar de su exilio, siempre mantuvo un fuerte vínculo con su
tierra natal.
Luego, el Rey Felipe VI se desplazó al consistorio para firmar en el libro de honor municipal y hacerse una foto de familia con la corporación.
La visita al Ayuntamiento ha comenzado con la recepción de Don Felipe a la Corporación Municipal y donde ha firmado en el libro de honor y ha compartido unos momentos con las autoridades asistentes y los miembros de la Corporación Municipal de Campello, mostrando su apoyo a la iniciativa de rendir homenaje a uno de sus ciudadanos más ilustres.
En el libro de honor del municipio, Su Majestad el Rey ha destacado que “...hoy homenajeamos a una gran e ilustre figura intelectual en un acto de justicia histórica y reparación, de concordia y reconciliación...”.
Don Felipe ha añadido en la dedicatoria “...gracias y enhorabuena a todos los que han hecho posible...” que los restos de “...don Rafael y doña Pilar reposen donde él siempre quiso, en El Campello...".

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