ALICANTE.- Faltaban unos minutos para que el reloj marcara las doce y media en punto de la mañana de un 4 de mayo de hace 40 años, en 1967, cuando el aeropuerto de El Altet comenzó su carrera para convertirse en uno de los motores económicos y sociales de la provincia de Alicante.Un avión «Convair 440 Metropolitan» de la compañía Aviaco aterrizaba con 44 pasajeros a bordo, procedente de Madrid, y se convertía así en la primera aeronave en utilizar las instalaciones que sustituían el aeródromo militar de Rabasa.
Miles de personas asistieron al acontecimiento en un aeropuerto en el que entonces los viajeros accedían a pie hasta la escalerilla del avión y la terminal era un edificio que hacía las veces de distribuidor del pasaje y terraza veraniega.
Cuarenta años después, El Altet se ha consolidado como sexto aeropuerto de España y cuarto de la Península con casi nueve millones de pasajeros en 2006, y se encuentra en plena fase de ampliación para convertirse en uno de los más grandes de la franja mediterránea, con capacidad para recibir hasta 20 millones de pasajeros al año.
Una cifra imposible de pensar aquel 4 de mayo de 1967 cuando Pilar Leaz Laviña -una señora alta, de porte distinguido, amable y simpática, como la describió Isidro Vidal en la edición de "Información" al día siguiente- descendía por la escalerilla del «Convair» y recibía un ramo de flores del diputado provincial Andrés Fernández.
Hoy, tras cuarenta ya han pasado por el aeropuerto cerca de nueve millones y medio de usuarios, nada queda de la infraestructura de finales de los sesenta ni, mucho menos, el viejo avión americano que Aviaco había comprado en 1959 a la belga Sabena y que entonces era de los más modernos del mercado gracias a su cabina presurizada, escalerilla, radar y autonomía para volar dos mil kilómetros sin repostar con una velocidad punta de 465 kilómetros a la hora. Los «Convair» serían popularizados en la década de los setenta por la desaparecida Spantax, la compañía que «inventó» los vuelos chárter pero que acabó años después en la quiebra.
El Altet de finales de los años sesenta era un aeropuerto familiar, los viajeros accedían a los aviones a pie - las pasarelas telescópicas quedaban para los aeropuertos norteamericanos - y los controladores ocupaban una torre que estuvo operativa hasta los noventa. La inauguración fue un acontecimiento y por no faltar no faltó ni la bendición del obispo, Monseñor Barrachina, santo y seña de la Iglesia en el Alicante del franquismo.
Ahora, después de cuarenta años, cuarenta mil toneladas de acero, el hormigón suficiente para llenar 193 piscinas olímpicas, el mármol equivalente al solado de 14 campos de fútbol y más de 500 personas harán posible que el El Altet se convierta a principios del año 2010 en uno de los aeropuertos más importantes de España. Las obras comenzaron en julio de 2005 y en veintidós meses han cambiado por completo el entorno del aeropuerto, transformándolo en una mini ciudad donde diariamente trabajan decenas de operarios.
La inversión para la ampliación del aeropuerto ronda los 400 millones de euros, y en cifras totales El Altet habrá pasado en cinco años de una superficie actual de 45.800 m2 a contar con un espacio de 367.000 m2 , ocupados, fundamentalmente, por un aparcamiento público de seis plantas (cuatro mil coches) y por la nueva terminal de pasajeros, que contará hasta con una estación para el ferrocarril, 92 mostradores de facturación y 16 pasarelas telescópicas para acceder a los aviones.
Las obras de la futura terminal, cuya construcción se adjudicó por 211 millones de euro se han ejecutado ya en un 20% desde que se firmara el acta de replanteo en el verano de 2005. Los técnicos confían en que el nuevo aeropuerto sea una realidad en tres años.
El inmueble se ubica al este del actual, se construye en forma de letra «L» y estará compuesto por un dique de embarque paralelo a la pista y por un edificio perpendicular, procesador de los pasajeros, unido con una pasarela a la terminal existente. Contará con 16 pasarelas para el embarque de los pasajeros en los aviones y, además de las salas de espera, un centro comercial.
La previsión es que el edificio pueda estar operativo en 2010.
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