¿Puede sustituir el petróleo saudí al libio? Según diferentes medios, no, puesto que el petróleo saudita es demasiado "amargo" (contiene más azufre) y las refinerías que transformaban el petróleo libio necesitan crudos más "dulces" (con menor contenido en azufre). Stuart Staniford no se cree la versión que los saudíes están propagando, y sostiene que el petróleo puede ir a otras refinerías dónde sí puedan procesarlo sin tener que adaptarlas.
Parece que el escepticismo de Staniford era compartido, y los saudíes han afirmado que podrían producir más y enviar más petróleo a través del oleoducto que llega hasta Yanbu en el Mar Rojo, para su envío a Europa. También afirman que están estudiando reorganizar sus exportaciones y coordinarlas con los exportadores del África occidental de manera que el petróleo africano que se enviaba a Asia fuese sustituido por petróleo saudí y aquél se pudiese exportar a Europa en sustitución del petróleo libio.
Esta segunda medida sí que respondería a las afirmaciones de que, pese a que Arabia Saudí posee la única capacidad ociosa significativa en el mundo (4 mbd), su petróleo demasiado amargo no sirve para el mercado. Si la respuesta saudí llega a ser necesaria, el precio del petróleo será un buen indicador para saber la verdad del asunto.
En primer lugar queda claro la importancia del petróleo para Libia, supone el 95% de sus exportaciones y le proporciona el 50% de los ingresos, contribuyendo en un 25% al PIB.
Esta es la infografía de Rianovosti sobre las exportaciones de petróleo libias:
Destaca que el 75% del petróleo libio va a parar a la Unión Europea, de este porcentaje un 8,6% viene a España y un 32% a Italia, lo que le supone a esta del orden del 18% de todo el petróleo que importa (y que explica las facilidades que proporcionó Berlusconi al show mediatico del histrionico Gadafi en su reciente visita a Italia). EEUU recibe muy poco, solo un 6% de las exportaciones libias van para allí. Lo mismo se puede decir de China, el otro actor importante de la economía mundial, solo le llega el 10% de las exportaciones libias.
Vistas así las cosas, una ruptura del tablero de juego sería perjudicial para Europa, que se encuentra muy bien situada en las exportaciones libias (de ahí la tibieza del tratamieto inicial de la revolución libia), y podría suponer una escalada de posiciones para EEUU que recibe solo el 6% de sus exportaciones.
Otro aspecto importante a destacar es lo que está ocurriendo con la demografía y el consumo interno de Libia
En 1965 eran 1,8 millones de habitantes, con un consumo per cápita de 5,5 barriles per capita/año. En el 2007 pasaron a ser unos 6 millones de habitantes con un consumo de 17 b/c/a. Se espera que en el 2030, en menos de 20 años, ya sean 8,5 millones de habitantes y que el consumo de petróleo per capita aumente también. Está ocurriendo lo mismo que en todos los paises productores, su población y su consumo de petróleo esta aumentando.
Si como resultado de las actuales revueltas, con Gadafi o sin él, hay reformas, y se incrementa la democracia y la equidad (lo que sería absolutamente deseable), cabe esperar una mejora en las condiciones de vida de los libios, y por lo tanto un aumento aún mayor del consumo interno de petróleo, y consecuentemente menos petróleo disponible para la exportación.
¿En que contexto se está produciendo la crisis libia?
Probablemente estemos en el zenit de producción petrolífera mundial. Desde el 2005 entramos en una meseta ondulante, en la que no ha aumentado de forma significativa la producción. Sin embargo su demanda sigue creciendo, y al ser la energía la llave que nos permite acceder a los demás recursos, el petróleo se convierte en el elemento determinante de la situación económica.
Podemos rastrear el origen de la actual crisis económica en los altos precios del petroleo (147$ el barril) que se dieron en el 2008. A nadie se le escapa la importancia del petróleo en el transporte, todos los que pasamos por las gasolineras somos conscientes, pero muchos ignoran la íntima relación que hay entre el petróleo y nuestra alimentación:
Alguien avisado no se extraña nada de que el nivel más alto del precio de los alimentos, desde que la FAO inició el registro, fuese en 2008, y coincidiese con el nivel más alto del precio del petróleo. Pues bien, dicho nivel se ha superado ahora, coincidiendo, también, con la remontada del precio del barril. Esta circunstancia está en el origen de las revueltas del norte de África, como lo estuvo en las dificultades que tuvieron las familias más pobres de EEUU en el 2008 para pagar la hipoteca, debido al alza generalizada de los precios, ocasionada por el elevado precio del petróleo, y que está en el origen de la crisis de las "subprime".
¿Cuanto petróleo produce Libia?
Como señala muy bien Luis de Sousa en su artículo de septiembre de 2008 Libya and World Oil Exports en The Oil Drum, Libia no ha pasado aún su zenit de producción gracias al barbecho en que se la mantuvo hasta el 2004, en que se le levantaron las sanciones por parte de la ONU.
Luis de Sousa preveía para el 2011 una producción de 2 millones de barriles / día, con un aumento paulatino hasta 2018, en que se alcanzaría una producción máxima de unos 2.2 mb/d, sin embargo, la producción actual es de 1.33 millones de barriles diarios, más baja de la prevista debido a la crisis, lo que puede retrasar uno o dos años el zenit.
Pero el aumento de producción desde 1.3 hasta 2.2 mb/d el 2018 o 2020 no va a significar también un aumento de las exportaciones libias, porque si las cosas siguen como hasta ahora, y se incrementa el consumo interno, las exportaciones se mantendrían estables y comenzarían a disminuir abruptamente a partir del zenit.
Solo si la actual crisis libia, en vez de profundizar en la democracia y la equidad, se resuelve con la desestabilización del actual régimen, radicalmente nacionalista, para la instalación de otro, títere de occidente, y menos nacionalista que el actual, cabría esperar una disminución del consumo interno, y por lo tanto más petróleo para la exportación. Y... ¿Quien puede ser el más interesado en que la revuelta Libia se torne en una de las revoluciones de colores que han asolado el mundo últimamente?
(*) Fernando Ballenilla es profesor de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Alicante. Daniel Gomez, periodista y editor de crisisenergetica.org
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