MADRID.- Todas las cifras de la Caja Mediterráneo (CAM) han empeorado hasta la tragedia. En el primer semestre ha perdido 1.136 millones, según los gestores del Banco de España. La morosidad ha escalado al 19% y en un año ha perdido 13.000 millones en recursos de clientes, según recoge hoy 'El País'.
Con esta tarjeta de presentación no parece que vaya a haber peleas por quedarse con la CAM, que se ha convertido en un barco a la deriva. El Estado inyectará 2.800 millones para que alcance el capital legal. Sin embargo, ni con estas ayudas se solventará su mayor problema: la situación financiera. La entidad tiene vencimientos en los mercados mayoristas por, al menos, 5.000 millones, según fuentes de la entidad. Otras fuentes los elevan a 7.000. Con la situación actual de los mercados, esta es una carga casi insoportable para quién asuma la CAM.
Fuentes del sector apuntan que no sería descabellado que el comprador pidiera al Estado que le prestara esta cantidad, que podría ser devuelta tras la recuperación del mercado. Más que dinero a fondo perdido para tapar agujeros, como se hizo con Cajasur, el comprador de la CAM pedirá liquidez. Esto supondría elevar la deuda pública, una mala noticia. A mediados de mes se acabará la auditoría y a finales la valoración de la CAM hecha por HSBC, Crédit Agricole y PWC.
Sin embargo, las tres principales entidades bancarias españolas: el Banco de Santander, el BBVA y Caixabank están interesadas en quedarse los activos de Banco CAM, antes Caja Mediterráneo, según aseguró en su edición de ayer el periódico The Wall Street Journal, que citó fuentes cercanas a la operación.
El rotativo estadounidense asegura que el Banco de España está siendo asesorado por Merril Lynch, que sería el encargado de distribuir el cuaderno de venta de la CAM a potenciales compradores para que presenten sus ofertas no vinculantes a finales de septiembre.
En esta línea, el periódico cita a Caixabank como el principal candidato, dado que dispone de un ratio de capital superior al de los dos grandes bancos españoles. Además, recuerda que tanto el Banco de Santander como el BBVA tendrían que llevar a cabo una ampliación de capital para afrontar la compra, lo que podría diluir la retribución de sus accionistas y provocar un descenso de su cotización. En un contexto de volatilidad de los mercados, cualquiera de estas grandes corporaciones bancarias deberá medir muy bien sus pasos para no espantar a los inversores y provocar un perjuicio en la matriz superior al beneficio obtenido con la absorción de la caja alicantina.
De hecho, el diario norteamericano recordó ayer que hasta ocho entidades bancarias estuvieron mirando los libros de la CAM antes incluso de ser intervenida por el Banco de España en julio, pero todas ellas se mostraron reacias a entrar en su capital porque las autoridades del organismo regulador se negaron a articular un esquema de protección de activos, dada la exposición de la caja al sector inmobiliario.
Sin embargo, The Wall Street Journal dio por hecho que, como ya sucedió con Cajasur o Caja Castilla-La Mancha, las pérdidas de 1.136 millones a 30 de junio provoquen que probablemente el Banco de España acabe ofreciendo esa protección de activos, lo que, según fuentes internas de la caja, posibilitaría que la vasca BBK pudiera entrar en la puja y asegurar la pervivencia de la Obra Social de la entidad alicantina.
Tras perder el 25% de su valor en cuatro sesiones consecutivas, las cuotas participativas de la caja remontaron ayer un 9,2% y acabaron cotizando en el mercado continuo a 1,9 euros.
Por otra parte, la Asociación de Impositores Valencianos de Caja Mediterráneo ha pedido al director de la sucursal del Banco de España en Alicante, Luis Expósito Pineda, que acuda a una asamblea informativa, que se celebrará en Valencia.
La asociación ha enviado a Luis Expósito una carta, hecha pública este miércoles, en la que le informan de la asamblea informativa que han convocado para el 20 de septiembre en la Fundación deportiva Municipal, situada e el paseo de la Petxina.
Los impositores le piden que acuda "como máxima autoridad en el territorio del banco central y supervisor del sistema bancario español", al entender que su presencia es "necesaria para informar de cómo esta entidad pública, al servicio de los ciudadanos, va a defender los intereses de los impositores que con su trabajo y ahorro contribuyeron a que la CAM fuera la cuarta caja del Estado".
1 comentario:
La única persona capaz de resolver este feo negocio es Juan Antonio Gisbert. Todo lo que se está haciendo es perder tiempo y que la situación le explote al Banco de España, que ha hecho méritos, junto con los gestores, para ello.A todos hay que exigirle responsabilidad.
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