MADRID.- Oaktree desembarca con fuerza en el mundo
de la promoción en la costa mediterránea. El fondo norteamericano se ha
impuesto en la última puja de activos problemáticos de Banco Sabadell, en el Proyecto Normandy. Pagará cerca de 300 millones de euros por una de las mayores carteras puestas en mercado por la entidad presidida por Josep Oliu, con créditos morosos inmobiliarios valorados inicialmente en 950 millones, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Esto supone que Oaktree se quedará los activos con un descuento de cerca del 70%,
en línea con los precios que suelen moverse en el sector. La operación
está todavía pendiente de que se cierre toda la letra pequeña que lleva
aparejada, por lo que aún puede pasar más de un mes antes de su
formalización.
El fondo norteamericano se quedará con unos 500 créditos a promotores que Sabadell recibió como herencia de la compra de CAM.
Se trata de préstamos cuyo colateral son promociones, locales o
suelos que encallaron tras el estallido de la crisis. Con ellas, fondos como Oaktree siguen dos tipos de estrategias:
reestructurar el crédito a cambio de una quita inferior al precio que
pagó (por encima del 70%); y/o quedarse los activos por la vía judicial y
asociarse a promotores locales (en ocasiones el mismo al que ejecuta)
para sacar adelante el proyecto.
El Proyecto Normandy
se divide en tres subcarteras (Single Names, Coast y Urban) en función
del tipo de activo. Dos tercios de la cartera se ubica en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.
Este fondo, asesorado en España por Carlos Gila,
se ha convertido en uno de los grandes compradores de activos tóxicos
de los bancos en los últimos años. En octubre se impuso en otra de las
grandes pujas, esta de créditos y pisos de Deutsche Bank, valorados en 430 millones.
Otras pujas en las que ha resultado vencedor en los últimos dos años son el Proyecto Gaudí, los activos del banco malo alemán, FMS, entre los que se incluía la deuda del hotel Arts en Barcelona; el Proyecto Goya, con 800 millones en crédito promotor de Ibercaja; y el Proyecto Wind, con hipotecas impagadas de Bankia.
Con el cierre del Proyecto Normandy, Banco Sabadell se ha quitado de encima activos tóxicos por valor de más de 1.300 millones en las últimas semanas. Antes de que acabara 2016, acordó la venta de 360 millones de deuda sobre 60 promociones y hoteles a Bain Capital Credit, dentro del Proyecto Traveler, tal y como adelantó este medio.
La entidad catalana sigue de esta forma liderando el
saneamiento de activos problemáticos dentro del sector financiero
español, junto a los otros dos grupos más activos, Bankia y CaixaBank.
Según las últimas cifras oficiales, de septiembre de 2016, Sabadell
tenía una exposición al ladrillo de 19.265 millones. Tras la venta de
estas dos carteras, se situaría por debajo de los 18.000 millones, lo
que implicaría una reducción de 8.000 millones de euros desde principios de 2014.
Junto a las carteras de Sabadell, otras entidades como Sareb también han cerrado desinversiones en las últimas semanas. El banco malo traspasó una cartera de 600 millones a Goldman Sachs y otras más pequeñas a otros inversores como Deutsche Bank.
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